Tiempo de Cuaresma, tiempo de conversión y perseverancia en el Amor de Dios

Dice el Señor: «El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama.» (Mt 12, 30; Lc 11, 23). El cristiano no deben volverse contra Cristo para aliarse con el mundo o con el demonio y la carne.

Como bien sabemos, ya vamos hacia la Pascua, pero estamos todavía en tiempo de Cuaresma, la III Semana; nueva oportunidad que el Señor nos ofrece para la conversión de nuestro corazón. Muchas personas, jóvenes y niños el año pasado murieron. Aun cuando tenían edades de juventud, no han llegado a este año. El Señor nos ha concedido este nuevo año; pues tampoco sabemos nada sobre el próximo año, estamos en las manos del Señor, y hemos de serle muy agradecidos, con todo  nuestro corazón; aprovechando los días de nuestra vida para profundizar en la oración y meditación, esto es algo que voy repitiendo para que n caiga en el olvido, ya que el mundo intenta ahogarnos y perdamos la fe. El mundo tiene odio a Cristo; pero sabemos que Dios no ha venido a condenar al mundo sino a salvar a quien quiere salvarse; y se convierte de corazón.

Necesitamos ser constante en la vida de oración, siempre caminando con Cristo, no perderle de vista ni un solo instante.

Dedicar nuestra vida a Cristo debemos hacerlo constantemente, el recuerdo del Señor tiene que ser imborrable en nuestra mente y corazón.

Todo cristiano para no desparramar y seguir trabajando por la causa de Cristo, no debe aceptar las invitaciones que el mundo ofrece para sus entretenimientos; por ejemplo, los respetos humanos es una identidad del infiel, es una cobardía, pero también las provocaciones y las presunciones, la jactancia y la doblez no tiene relación con la vida del espíritu que cada uno hemos de mostrar ante Dios, vivir conforme al Espíritu de Dios.

Los Ejercicios Espirituales son regalos que el Señor pone a nuestro alcance, hemos de aprovecharlo al máximo. Porque sería una hipocresía: “Yo asisto a los Ejercicios Espirituales, pero a lo largo del año, tengo la costumbre de decir palabras altisonantes, fumo, me divierto, río y bailo”. Estas almas no lo saben, pero viven en una oscuridad permanente con ese comportamiento, no sabe ayudarse así mismo, y tampoco le dice nada los ejemplos de Cristo, sino que le conoce y lo guarda en la memoria, pero no en el corazón ni en la propia vida. Y estas pobrecillas almas, repiten lo mismo año tras año, No sacan provecho espiritual de los Ejercicios Espirituales, su vida queda estancada en este mundo, la esclavitud de los vicios y las malas palabras, no le santifican, y suelen engañar a otros con una falsa piedad. Son muchos los llamados,  «Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.» (Mt 22, 14); recordemos también la parábola sobre las vírgenes prudentes y las imprudentes; las imprudentes querían aprovecharse de las que se prepararon para el encuentro con el Esposo, pero las que no lo fueron, iba a la suya, descuidando las tareas más importantes.

Evangelio de San Mateo, 7: 19-27

19. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego.

20. Así que por sus frutos los reconoceréis.

21. «No todo el que me diga: 'Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial.

22. Muchos me dirán aquel Día: 'Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?'

23. Y entonces les declararé: '¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!'

24. «Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca:

25. cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca.

26. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena:

27. cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.»

Estar edificado sobre la Roca, Cristo, entonces el mundo no podrá hacernos daño, ni siquiera nos alcanzará, aunque nos pondrá trampas para que caigamos en el engaño y mentira; pero con nuestra perseverancia en Cristo Jesús, podremos desviarnos de todos esos obstáculos.

 Nuestro amor a Cristo debe ser constante, porque hay pobres almas que dicen que amaban a Cristo, pero no les ofrecieron su corazón, ni su vida, y terminaron por perder la fe. Pues lo que pedían a Dios eran cosas que dañaban al alma, pero como no se lo concedían, se apartaron de la Iglesia, y vinieron las tempestades de este mundo, y ya no se acordaron de Dios, y terminaron mal.

No es válido ante Dios; “He ido a Misa, he comulgado, ya he cumplido”, y luego esta alma, inclina su corazón a lo que el mundo le ofrece ya yendo a centros deportivos a gritar, con insultos, palabras indecorosas, mal sonante, porque al olvidarse de Cristo, ha escogido un “falso dios”; el fútbol por ejemplo, que es la diversión de los que no entregan su corazón a la voluntad de Dios Padre. Pues hay personas que reconocen y dicen abiertamente que el futbol es su religión, así son los idólatras. Y entre ellos están los “cristianos” que con pensamientos fugaces y superficiales, se acuerdan de Dios, pero no para hacer su voluntad. Pero si quisieran también podrían ser herederos del Reino de los cielos, pero dando la espalda al mundo y a todo lo que no tiene relación con la Voluntad de Dios.

Y precisamente, como ya he dicho, tenemos los Ejercicios Espirituales, que sirven para despertarnos del sueño, y no dormir en la muerte. No se puede hacer precisamente esos Ejercicios con la mente y el corazón así mismo y al mundo.

Los Ejercicios Espirituales, son una bendición de Dios, para hacernos más fuertes, pero quien la dirige debe tener los mismos pensamientos y el corazón de Cristo, si no es así, ningún provecho se sacará.

Los que son de Cristo no ponen su corazón en las cosas mundanas, Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen.  Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. (Jn 10, 27-28). No escuchan al mundo, por eso son de Cristo, no imitan el proceder de los mundanos, por eso tiene más fuerzas por la gracia de Dios, y derribarán tentaciones terribles, superarán noches oscuras, Porque con cuanta más dificultad se vean más se sujetarán a Dios, orando incesantemente.

Tenemos todo el año para dedicarnos a Dios, así como esos días intensos: Adviento, Navidad, Cuaresma, Semana Santa, Pascua y otros tiempos litúrgicos, por los que son de Cristo, saben sacar al máximo provechos espirituales.

Cuando el alma es de Cristo, le ama con todo su ser, Cristo le reconoce, y le prepara la morada eterna en el Reino de los cielos, para cuando llegue su momento.