domingo, 28 de agosto de 2016

«El que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado» (Lc 14,1.7-14)

Bendito sea el Señor nuestro Dios y Salvador Jesucristo, bendita sea la Purísima Madre de Dios y Madre Nuestra.

La alegría de ser cristiano, siempre con la mirada puesta en el Señor nuestro Dios, por eso no podemos desprendernos de la Sagrada Biblia, aprendemos a ser humildes. Cuando no somos fieles a Cristo, somos sometidos por el demonio a cualquier engaño, porque nos falta el remedio de la oración. Aceptemos las correcciones del Señor en nosotros y de la Santa Madre Iglesia Católica, y de nuestros pastores, que son fieles al Señor.