jueves, 3 de mayo de 2012

Abuelita de 70 años, se consagra como religiosa contemplativa

Una joven de 70 años, una abuelita, ha sido admitida a la vida religiosa, Dios sigue llamando, no tiene en cuenta la edad de la persona, porque ama a todos, los que responden a la llamada de Dios, dicen sí.


 Dios cuando llama, desde que uno es un niño pequeño hasta un anciano, no quiere dejar nadie fuera del camino de la salvación eterna. A una joven de 70 años el Señor lo ha llamado para la vida contemplativa.
Vemos que cuando el Señor llama, a quien quiere; uUna esposa, esposo, que pueden enviudar, también tiene la posibilidad, pero sólo si el Señor lo quiere, y acepta el alma llamada, a terminar sus días en un monasterio de vida contemplativa.
Con 70 años sigue siendo admitidos, ¿quién los admite? Quien ama al Señor con toda el alma y con todo su corazón. Pero si no ama al Señor, dirá al que ha sentido la llamada del Señor, "tú no tienes vocación", ¡qué manera de engañarse y de engañar a otros, negando la entrada a la vida religiosa a quienes han sentido de verdad la llamada del Señor. Dice San Alfonso María de Ligorio, que quien no tiene verdadera vocación, sean religiosos o sacerdotes, estos no harán nada de bueno por ayudar a sus hermanos a la vida religiosa.

Pero hay que ser alma de santidad para admitir a una joven de 70 años, sí, es joven en su espíritu, la edad, dicen los Santos Padres no son impedimentos para la vida consagrada.

Hace algunos años leí, que un hombre, un enfermo fue aceptado para el sacerdocio, una enfermedad que se consideraba incurable,

Vocaciones hay, pero no siempre son admitidos en los conventos y monasterios, pues es posible, que el "maestro de novicio", no quiere que esa alma viva con toda fidelidad el Evangelio de Cristo.

Pero a esas mismas personas que son negada la entrada en la vida religiosa, según la disposición del corazón, son admitidos por los santos.

Quien no vive la santidad, al no permitir las nuevas vocaciones, no está ayudando al crecimiento de la fe, no está colaborando con Dios.

Vocaciones las hay, lo que no se encuentra fácilmente, son almas que ayuden a completar estas necesidades vocacionales.

Aunque esto no es reciente, ha ocurrido siempre.

Quien ha acogido a esta abuelita, son las almas que se dedican a la verdadera oración, almas contemplativas, son almas que generosamente se han entregado al Señor.

Puesto que si el corazón tiene afición a lo mundano, con esa persona no puede contarse para que la ayude a realizar la vocación persona.

Quien trabaja por la gloria de Dios y ama a sus hermanos, ese sí dirá que sea admitido en la orden religiosa por la que se ha sentido llamado, llamada por el Señor, y por la edad, es claro, que ya engañan algunas personas, diciendo: "a tu edad, ya no es posible vivir esta vida", hermanos, ¡qué poca fe tienen o ninguna, aquellos que cierran las puertas a las vocaciones consagradas!

La enfermedad tampoco es ningún impedimento para la vida consagrada, nos lo ha demostrado los Santos Padres, como San Francisco de Asís que llegaba a admitir a personas ya pasada la edad según el mundo, y no olvidemos el caso, de San Rafael de Arnaiz, que no fue desechado por los hermanos que amaban de corazón al Señor!