domingo, 15 de enero de 2012

La perseverancia en la oración neutraliza los dardo del enemigo infernal

Cuando mi vida estaba en la oscuridad y en el pecado, cuando oraba, lo hacía mal, el enemigo de aprovechaba de la situación para arrojarme en las tentaciones, en la que yo, por no orar con devoción, caía, pero Dios estaba cerca, y gracias también a la intercesión de la Santísima Madre de Dios, me animaban a acercarme al sacramento de la confesión.