sábado, 26 de noviembre de 2011

«Os digo que si éstos callan gritarán las piedras.» (Lc 19, 39)


San Agustín

San Agustín: «Uno debe decir la verdad, especialmente cuando una dificultad hace que mucho sea más urgente. Que lo comprenda el que pueda comprenderlo.
Guardémonos muy bien de que, guardando silencio por consideración a los que no sean capaces de comprenderlo, no sólo se frustre la verdad, sino que sean dejados en el error los que pudieran haber captado la verdad, escapando así de su error».  

Me viene al pensamiento aquello que dice Jesucristo: «El que no está conmigo está contra mí» (Lc 11, 14-23)

Llega el Adviento: Respiremos esperanza (por Monseñor Carlos Osoro)

¡Menudo problema!

Para muchos cristianos sin pensar en el tiempo de Adviento, ya en el mes de Noviembre se vive como en Navidad.

No hemos de olvidar el Adviento, si vivieramos la misma fe de la Iglesia Católica, entonces es fácil comprender el sentido del Adviento.

Cuando el corazón se apega a este mundo, no capta el mensaje del Espíritu Santo a través de la Iglesia Católica, el corazón embotado no puede aclarar a nadie las ideas, y no se vive la fe como es debido.

¿De qué sirve al alma ir a Misa, comulgar diariamente, y no crece en la fe, sino que hace todo lo que quiere? ¿Y eso que quieren no es lo que quiere Cristo ni enseña la Iglesia Católica?

Por otra parte es de locura tratar a Dios sin reconocer su Majestad, con indiferencia e irreverencias.

Hay crisis que son manifiestas, las que todos conocen, pero hay otra crisis que nadie están interesado en reconocer, y es su desamor a Cristo, su desamor a Dios nuestro Señor, las oraciones mal hechas, las indiferencias, el gran silencio ante tantos abusos y atropellos litúrgicos; es el silencio de los cristianos desamorados de Cristo, le da igual coger la Comunión de cualquier manera. Y tantos desordenes. Nuestra preparación para salir al encuentro de Cristo debe ser todo el año, pero en estas fechas del Adviento, es necesario tomarse un tiempo para los Ejercicios Espirituales. El problema está, que no todos ponen en práctica lo que se puede enseñar en esos retiros. Pues en los días siguientes se vive como si Cristo ya no contara otra vez en la vida personal; y así años tras años. Que hay corazones que no se resuelven muy en serio en las enseñanzas de Cristo y de la Iglesia Católica.

Todos queremos salvarnos, pero hay que trabajar con perseverancia en el camino de nuestra salvación.

La solución a nuestro problema, debe resolverse con nuestra voluntad a tomar en serio el Evangelio de Cristo con la fe de la Iglesia Católica, y nos salvaremos,

Hermano, hermana, ojalá que otros hermanos siguieran vuestros ejemplos de estar preparados para el encuentro con Cristo, sois bendecidos por el Señor gracias a vuestra preparación espiritual, que no os olvidáis de Él. No renunciemos a este camino, hemos de ser perseverantes en el tiempo que el Señor nos da antes de salir para la eternidad feliz.