viernes, 2 de noviembre de 2012

Señor, Dios mío, aumenta mi fe

La fe es necesaria para santificarnos, por eso, cuando vamos al encuentro del Señor, es para estar con el Señor, que para estar con otras personas y hablar un rato con otras personas, y charlas innecesarias, pues hay que hacerlo fuera de la Casa de Oración. Dejar fuera de la iglesia, todas las cosas que no corresponde a nuestra fe y santificación personal.
 
Tanto amor nos tiene el Señor, que el Santo Padre, ha inaugurado el Año de la Fe, y debemos crecer, salir del estado de la tibieza, nuestra vida ha de cambiar en atención al Señor, dedicarnos por entero a su Santísima Voluntad. Profundizar en la oración, conocer mejor los documentos del Concilio Vaticano II, el Catecismo de la Iglesia Católica, estar atentos cuando el Papa nos adoctrina para gloria de Dios.
 
¿Qué significa creer en Cristo Jesús, como Dios y Señor de todo? Pues creer y no amarle es dedicasrse al mundo, es no trabajar por la fe. No, lo que necesitamos es cambiar, dejar todas las cosas que no nos acerque a Cristo, entregarle a Él todo nuestro corazón, sin reservarnos nada a nosotros, No olvidemos que Cristo no se reservó nada para sí, porque nos amó hasta dar su vida por nuestra salvación eterna.