domingo, 2 de marzo de 2014

Mateo 6, 24-34: Buscad el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura

Mis buenos hermanos, ante todo, deseo todo lo mejor para vosotros y vuestras familias: la vida eterna.

En este mundo debemos pasar dando gloria y alabanza al Señor nuestro Dios, que tanto nos ama, que no nos deja, lo que recibamos de Dios, no es solamente para nosotros, sino para los que buscan al Señor con toda su alma, y también oraremos por la conversión de los pecadores, a fin de que abran sus corazones al Amor de Dios y se conviertan.

No debemos pedir por pedir, conozco a personas que buscaron ante todo la añadidura, trabajaban incluso en domingo, olvidando la oración y la santificación eucarística, Esto significa que quien obra así, que no quiere a Dios,  sino lo material, al final, al no tener a Dios, lo pierde todo.
 
Sin Dios la vida es sufrimiento, amargura, un caos, un infierno. Sin la búsqueda de Dios, entra pronto el diablo, y los aleja cada vez más de la esperanza y de la dulzura de Dios.
 
Por eso debemos amarle con todo corazón, el demonio no es parte de nuestra vida, sino nuestro enemigo más terrible, pero con Cristo Jesús y María santísima, todo es más fácil, hasta el demonio se aleja de nosotros.
 
No puede haber pobreza en el pobre que se entrega a Dios, ya que la oración perseverante alegra nuestro espíritu, nuestra vida. Es una realidad. Quien no reza, por sí mismo se tira desde un acantilado a su propia desesperación.