martes, 3 de septiembre de 2013

Juan Pablo II, consagración de la Iglesia y del Mundo al Inmaculado Corazón de María

No hemos de faltar a la cita con el Papa Francisco, mediante nuestras oraciones, serán días de gran necesidad,
 
El beato Juan Pablo II, también hizo real esa misión. Consagración de la Iglesia y el Mundo al Inmaculado Corazón de María. También se hace mención de Pío XII
 
Aún así, en estos años ha habido ciertos desordenes, pero gracias a la Consagración que ofreció el Papa Juan Pablo II, se ha estado descubriendo todas las suciedades que se habían metido en la Iglesia Católica, y nuestro querido Benedicto XVI, una importantísima labor en la Iglesia de Dios. Esta consagración siempre es útil, vemos por ejemplo, el gran número de conversiones, esto por una parte, pues también ha habido almas consagradas que se han hecho enemigos de Dios, por los pecados de escándalos Como decía, esta consagración ha sido y es una luz, que el Señor nos envía, para ir descubriendo las trampas de las tinieblas.
 
El Papa Francisco, consagrará de nuevo al Mundo al Inmaculado Corazón de María. Nuestras oraciones no serán suficientes, necesitamos renovarnos interiormente, pero a máxima conciencia. La consagración del Mundo al Inmaculado Corazón de María, es para hacernos más espirituales.

Si queremos amar al Señor, hemos de renunciar todo aquello que no tiene relación con lo que nos enseña Nuestro Señor Jesucristo, y es rechazado por la Palabra de Dios, todos los eventos paganos. Y los cristianos tenemos que vivir, como si dentro de una hora nos presentamos para ser juzgados. Si hemos tenido misericordia, significa, que hemos aprovechado todo el tiempo para la vida de pureza, gracias a las virtudes y el poder de la oración incesante. Rezamos poco, y lo hacemos mal, es por eso, que dejamos que la tentación sea quien nos domine, y el demonio nos haga como juguete suyo, que nos lleva a los entretenimientos y diversiones paganas, con el fin de que no dediquemos nuestro corazón completo al Señor.

Mis buenos hermanos, no podemos continuar, no debemos participar en las obras de las tinieblas. No podemos estar ahora en la luz y seguidamente pasarnos a las tinieblas. No debemos burlarnos de Dios en ningún sentido. Si estamos en la Luz, jamás pasemos a las tinieblas, a la mundanidad del diablo.

Queremos ser enteramente fieles al Señor, Él lo ha dado todo por nosotros. El Señor nos ama, pero el mundo a quien muchos siguen, odia a sus seguidores, los aborrece. Y quien disfruta del mundo, se cierra al Amor de Cristo; « el amor del Padre no está en él» (1Jn 2, 15)

El alma que ama a Cristo y le adora, porque es nuestro Dios y Salvador, no puede tener tiempo para lo que Él no nos ha enseñado. Oremos intensamente por la Santa Madre Iglesia Católica.

Pues consagrar al mundo al Inmaculado Corazón de María, es haber aceptado el camino espiritual y vida de santidad.

Guardemos las oraciones que el Beato Juan Pablo II, nos enseña, y recémoslo todos los días, al menos antes de dormir, o en cualquier otra hora del día. Consagrémonos diariamente a los Corazones de Jesús y de María Santísima y nuestra vida va a cambiar en conformidad y complacencia a la Santísima Voluntad de Dios nuestro amado Padre.