martes, 1 de enero de 2013

Tedeum: A Ti, oh Dios, te alabamos, te adoramos

Son muchìsimas almas que han terminado el año 2012 del mismo modo que han comenzado el 2013: en Gracia de Dios, estas almas son bienaventuradas, la paz en sus hogares, la alegría de la Familia, y Dios en el centro de ellos, terminaron orando, comenzando orando, el himno precioso del Tedeum, esto es hacer un trocito de cielo en el hogar.
 

 
No tienen la costumbre del mundo, sino las de los mismos ángeles del cielo, que se reúnen para adorar y alabar al Señor.
 
El problema del mundo, es que en algún momento de estas celebraciones de fin y año nuevo, siempre está la cizaña, pero esto se evita cuando hay una perfecta unidad con el Corazón de Cristo.
 
Quien ama la oración, se aleja de toda discusión y palabrería, Dios nos ama, Dios es la alegría de los corazones, de las almas bien dispuestas, no se olvida de ninguno de nosotros, por eso, nuestros oídos no la debemos poner en atención a lo que el mundo, la televisión ofrece. Si algo de atención hemos de poner en la televisión, siempre serán los momentos en que se glorifique a Dios, como una Santa Misa, un programa de verdadera piedad católica que camina con el mismo sentir de la Iglesia Católica.
 
 
 
Te doy gracias, Dios mío, porque me has permitido permanecer en este primer día del año 2013, en esta Solemnidad de la Madre de Dios, guárdanos siempre en Tù Corazón, no permitas que ninguno de los que te buscamos y amamos a la Iglesia Católica, nos apartemos de Ti, antes, prefiero que me des la muerte que una vida de pecado. Morir es preferible antes que pecar, ya que el pecado habituado es una muerte en vida, es un infierno, es un tormento.
 
Por eso, Señor, también te ruego, que socorras rápidamente a tus hijos e hijas que no quieren separarse de tu Amor, concédeles fuerzas y sabiduría, y que ellos mis hermanos y hermanas, te prefieran a ti, sin importarles las crisis de este mundo, porque contigo, Señor, con tu Gracia y Amistad, toda crisis está muerta, para vivir la verdadera riqueza espiritual, aún en medio de la pobreza material.




 
 

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