- "Cuando un hombre descubra sus faltas, Dios las cubre. Cuando un hombre las esconde, Dios las descubre, cuando las reconoce, Dios las olvida". San Agustín (354-430)
San Agustín fue muy respetado en su tiempo, como lo sigue siendo en la actualidad, por todos los fieles que están en comunión con la Iglesia Católica. San Jerónimo ya lo definía como Papa, que no ha llegado a serlo, pero como sabemos, es uno de los doctores más importantes tiene la Iglesia Católica.
A veces podríamos pensar, que rezar mucho podría llegarnos a cansarnos, y dejamos de rezar, entonces el demonio aprovecha ese tiempo, para seducirle con alguna tentación.
Para evitar todo tipo de cansancio cuando oramos, es necesario ver lo que hay en nuestro corazón, pues si abrimos bien los ojos, nos encontramos con nuestro hombre viejo, con sus costumbres desordenadas, con sus vicios y pecados. Pero nosotros cuando nos purificamos por dentro, ese cansancio se desvanece, pues la Gracia de Dios nos ayuda a tener alas, y no cansarnos nunca de orar al Señor. ¿Quién se puede cansar de respirar aire para los pulmones? ¡Nadie!, pues la oración es el aire puro que necesita nuestro espíritu y caminar en santidad.
También el Santo Padre Benedicto XVI en la actualidad, en una de sus audiencias, ha hablado muy bien de este santo obispo y doctor Agustín.
Sus escritos también hoy, es luz que nos ayuda para comprender la Belleza del Espíritu Santo, su verdad clara y vivificante.
A nosotros nos pasa algo parecido en estos tiempos, cuando vemos que un hermano, una hermana, ha compartido textos espirituales, nos alegramos cuando lo leemos, como si fuera un tesoro, y efectivamente, es el Señor nuestro tesoro, que por medio de estos hermanos y hermanas, nos esta hablando a nosotros, y le agradecemos en Cristo, esa caridad tan maravillosa que vemos reflejadas en sus escritos espirituales. Pero lo más importante, por su cercanía a Cristo, no se dejan dominar ni corromper con lo mundano. Sus expresiones se identifican con la pureza del Evangelio con los mismos sentimientos de la Iglesia Católica.
Y lo mismo, sacerdotes, religiosos y religiosas, aprendemos mucho de ellos, nuestros queridos hermanos, como sacerdotes de Cristo, que con sus escritos quieren nuestro bien.
Y ninguno buscamos nuestra gloria, sino que Cristo sea amado y respetado, y la Iglesia Católica, y es esto lo que nos alegra.
En mi caso, no me llama la atención si leo que un hermano o hermana cristiana, se expresa con un lenguaje indecoroso, o, que tiene alguna afición mundana, yo evito a estas personas porque no están en la misma línea de fe de la Iglesia Católica.
En cambio, a quien en su corazón está plenamente unido con el Corazón de Cristo, y de ellos puedo aprender maravillas; la humildad de corazón, la caridad, la castidad, y todos los demás valores cristianos. Estos hermanos y hermanas a pesar de estos tiempos tan materialistas, buscan ante todo la verdadera vida del espíritu, sin contaminación del mundo.
Hemos de rechazar todo lo mundano, porque es puro veneno, que entibie nuestra fe y apaga la caridad. Los mundanos siempre buscan su propia gloria y satisfacion temporal.
Yo disfruto leyendo la doctrina de los Santos Padres. Y muchos hermanos y hermanas nuestros, que comparten nuestra fe católica, por su fidelidad a la Iglesia Católica y al Papa, tienen gran semejanza con estos santos por su trabajo por los intereses de Cristo. Y es que nos alegramos, por su caridad, su amor profundo a Cristo y al Papa, por su defensa entusiasta a la Iglesia Católica.
San Jerónimo, veía con qué entereza, con qué perseverancia, San Agustín estaba en constante comunión con Dios, su sabiduría la encontramos en sus escritos.
En uno de los libros del Apostolado Mariano, vemos una serie de cartas espirituales, a distintas personas, a santos como San Agustín, y contra los herejes.
La doctrina de los Santos Padres y entre ellos, Doctores de la Iglesia, no tiene tiempo de caducidad, ya que por ellos, es el Espíritu Santo de Dios, todavía nos sigue educando en el camino de la santidad y salvación eterna.
San Jerónimo, Doctor de la Iglesia |
San Agustín, obispo y Doctor de la Iglesia. Doctor de la Gracia |
San Jerónimo a San Agustín
En todo tiempo he venerado vuestra beatitud con el honor que os es debido y he amado al Salvador que en ti habita. Más ahora, si posible fuere, añado algo al montón, llenándolo cumplidamente, porque no sufro pase ni una hora sin mencionar tu nombre, pues con el ardor de la fe has hecho frente los vientos que soplaban. Preferiste en cuánto a ti dependía, ser liberado sólo de Sodoma que permanecer con los que en ella perecían.
Sabe tu prudencia a qué me refiero. ¡Tened valor! En todo el orbe sois celebrado, los católicos os veneran de nuevo como a fundador de la antigua fe, y lo que es todavía timbre de mayor gloria, todos los herejes te detestan y a mí me persiguen con un odio parejo, queriéndonos matar con su deseo, ya que no pueden hacerlo con sus espadas.
Guardéos incólume la clemencia de Cristo nuestro Señor y acordaos de mí, señor venerando y beatísimo papa.
Ante la tumba de san Agustín, el Papa relanza su mensaje central: «Dios es amor» (Este es el núcleo de su pontificado, explica)
Benedicto XVI presenta a san Agustín como modelo de conversión para nuestros tiempos (Al celebrar misa en Pavía, la ciudad donde se encuentra su tumba)
Intervención en la audiencia general
- Benedicto XVI revive la vida de san Agustín
- Benedicto XVI revive la conversión de san Agustín (Quinta y última intervención en la audiencia general dedicada al obispo de Hipona)
Otros
Salmo 136, «Junto a los ríos de Babilonia». Que también nos enseña palabras de San Agustín.
Benedicto XVI: Creyentes y no creyentes, peregrinos hacia la Ciudad de Dios
Nuevo:
Estupenda entrada. Gracias José Luis :)
ResponderEliminarGran entrada con una impresionante referencia amigo. Vengo aquí también para desearte un feliz verano y despedirme de ti hasta Septiembre. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Hermosa y completa entrada.¡Muchas gracias!
ResponderEliminarDios le bendiga siempre.