jueves, 9 de febrero de 2012

Las cualidades de un buen director espiritual son...

Hay un gran número de personas, que no son aptos para ser guías o directores espirituales, por el gran daño que llegan a causar a las almas.

El Señor en su misericordia y ternura, nos atrae por el camino de la conversión, nos anima a conseguir una dirección espiritual, porque no podemos caminar sólo, necesitamos una buena guía, experimentada en la fe, en el espíritu, en la oración, en la contemplación, en la caridad, en el servicio vocacional, o sea, como otro Cristo, tal cuál viéramos cara a cara, y viendo sus ejemplos, que no son contradictorios con la Vida del Evangelio con el mismo sentir de la Santa Madre Iglesia Católica.

EL Señor nuestro Dios, nos ayuda a comprender, cuales son los verdaderos directores espirituales. Y tenemos que obedecerle, no podemos permitir que el lobo con piel de oveja, nos dirijan, pues esto el camino que lleva es la perdición, y no podemos buscar condenarnos.
 
Una mentalidad a tradiciones mundanas, expresiones dialécticas que no se relaciona con las expresiones de las enseñanzas de Cristo, las aficiones deportivas no caracterizan al espiritual, sino al mundano, al cristiano carnal, no son aptos. Cuando se desobedece las normas de la Iglesia, ya para la Sagrada Liturgia, los desordenes que no se corrigen dentro de la Casa de Oración, es decir, la permisión, de que todos deben hablar entre ellos en vez de recogerse para orar devotamente. 
 
Cuando nos fijamos en Cristo, humilde, santo, sabio, casto, compasivo, y también en la Santísima Madre de Dios, que guardaba dentro de su corazón la Palabra de Dios, pues son cualidades que debe tener el Director Espiritual.
 
La soberbia, las aficiones deportivas, el orgullo, el egoísmo, la rebeldía a la Iglesia Católica, desobediencias a las normas que ordenan una vocación personal, etc. A estos hemos de evitar, y no pedirle siquiera consejos espirituales, los malos modos y las groserías no proceden de un trato con Cristo, ni siquiera cuando se expresan como si no creyesen; pues se puede encontrar, que uno querrá ser director espiritual, pero que no querrá en definitiva encaminarle hacia un convento o monasterio para dedicarse a la oración, sino que le aconsejará, que se quede en el mundo. Del mismo modo, los respetos humanos, no deben estar presente en la Dirección Espiritual, porque castiga duramente al alma del dirigido. 

 

Las cualidades de un buen director espiritual son estas: santo, sabio y experimentado, pues si falta una de ellas hay peligro… Entre un director sabio y bueno, y otro que sea santo, pero ignorante, se ha de dar preferencia al primero, porque el ignorante, decía Santa Teresa de Jesús, puede hacer sufrir mucho a las almas.
La persona dirigida también ha de tener sus cualidades: «sinceridad, humildad, pureza de intención y obediencia…» y deseo de adelantar en la virtud, cumpliendo el plan de vida trazado y compaginable con sus obligaciones.
Cuando no hay sacerdote donde escoger, Dios te hablará por medio del que tengas a mano. La dirección debe ser sobrenatural y no meramente humana. Pío XII en la «Mentis nostrae» aconseja la dirección espiritual a los sacerdotes, pues les dice no fiarse de sí mismo y proceder con sencillez y docilidad.  (P. Benjamín Martín Sánchez, Diccionario de espiritualidad Bíblico-Teológico, p. 105. Apostolado Mariano. Sevilla)

De hecho, el director que sea santo, ha de ser prudente y sabio, pues algunos que sin estar preparado, toma la dirección espiritual de alguna persona, y este director tiene malos modos, más que ayudarle le perjudica. La santidad es importante, y el santo de por sí, no es grosero, ni falta a la caridad cristiana cuando promueve devociones, no lo busca para sí mismo, el buen director no es ladrón de almas ni destructor de cocciones religiosas, sino todo lo contrario, que siempre piensa en Jesucristo y en llevar almas a Dios.

«Debéis trabajar con cuidado por hallar un maestro, cuyos avisos podáis seguir en la conducta de la vida que habéis abrazado, que sea capaz de enseñaros el camino recto para ir a Dios, que esté adornado de toda suerte de virtudes, y que pueda dar en todas sus acciones buen testimonio de la caridad que le anima.» (San Basilio, de abdic. rer., sent. 33, Tric. T. 3, p. 196) (Sentencias de los Santos Padres Tomo I, pág. 111. Apostolado Mariano. Sevilla)
 

Cuantas vocaciones son echadas a perder, porque el alma no ha hallado un buen director espiritual que le haya comprendido, pues no es correcto dar la opinión personal, y tanto más grave, el intentar que se desconfíe de la Divina Providencia de Dios, por ejemplo, cuando alguien quiere seguir los pasos de Jesucristo como San Francisco de Asís, San Pedro de Alcántara, dice el desinteresado, “entonces, cuando pasa dos o tres días, qué como vas a comer”, etc.  Estos son los asalariados que se despreocupan de las ovejas de Cristo, que busca solamente lo suyo, y le aconseja también, que se busque un trabajo en el mundo. ¡Cuantas artimañas intentan los malos pastores, para quebrantar las vocaciones consagradas al Señor! Una vez que ya se conoce esas intenciones no cristianas, es importante evitarles, no buscar consejos de ellos, porque nuestra obediencia es ante todo a Cristo, nunca a quienes nos aparten de Él. Porque si cuando se comporta como egoístas, la santidad no puede entrar en ellos. Y desgraciadamente, hay muchos que han echado perder su propia vocación a la santidad; no son santos. 

Los santos no podían soportar que un dirigido tuviera una dirección espiritual donde se contaminasen con los elementos del mundo. Hoy día faltan muchos buenos directores espirituales. No todos los directores espirituales de este siglo XXI son espirituales, porque ponen precisamente lo que había referido su corazón en las cosas inclusos en las tradiciones mundanas, y han perdido el sentido de la realidad.




«¡Oh, insensatos Gálatas!, ¿Quién os ha fascinado a vosotros a cuyos ojos se presentó a Cristo crucificado? Sólo quiero que me contestéis a esto: Recibisteis el Espíritu por las obras de la Ley o por haber escuchado con fe? ¿Tan insensatos sois? ¿Empezasteis por el Espíritu para terminar en la carne? ¿Habéis vivido en vano tantas experiencias? Y si fuera en vano… Vamos a ver, el que os concede el Espíritu y obra prodigios entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la Ley o por haber escuchado con fe?» (Ga. 3, 1-5)

 

San Pablo nos exhorta a que no nos dejemos engañar por nadie, quien sea, pues también algunos sin vivir el Espíritu de Dios pretenden ser “maestros espirituales, En Colosences 2, 4); que no debemos dejarnos engañar por nadie; pues hay algunos que por su inclinación al mundo, han llegado el verdadero sentido de la fe. . Pues no existe otro camino para acercarnos a Cristo sino el espiritual, el mismo que Cristo nos enseña. La cultura y la tradición del cristiano es Cristo y la Iglesia Católica, sin Cristo seríamos ¡nada!

 

Si el alma se invade por el espíritu de Cristo, no necesita las cosas terrenales, y son aptos para dirigir a los que verdaderamente buscan a Cristo por el único camino existente, y este es espiritual. En el momento en que acepte y se fascine por la mundanidad, ya ha roto su relación con Dios que es Espíritu.

 

Dice el Señor: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de Mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos. Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres. –Y añadió– Anuláis el Mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición» (Mc 7, 6-9).

 

Hoy es mucho más grave que lo que sucedía en tiempos e Jesús, que rompían con el Mancamiento del amor, de la caridad. Hoy día, algunos contaminan lo espiritual con la mundanidad y la profanidad. 

Si el culto que ofrecen a Cristo está vacío, generalmente para todos, en cuánto se relacione con la mundanidad, mucho menos eficacias tienen los que se arrogan una dirección espiritual, pero sin compromiso espiritual en la práctica personal. 

Si vemos a alguien que justifique por ejemplo los bailes, los elementos mundanos, deportes, tauromaquia, circos, etc. Olvídate de él o de ella, pues no tiene claro su vida, ya que no está ordenada conforme al Espíritu de Dios, es carnal, es una pobre alma que se ha dejado contaminar por la corrupción del mundo cayendo en la ceguera espiritual. Estas personas nos apartara de Cristo, nos puede hablar, pero nunca lo hará en la medida del Corazón de Cristo. 
 

 
  • «…los malos directores de conciencia son los que aprisionan a las almas, los que no saben discernir los dones del Espíritu Santo, los que cierran las salidas que dan acceso a los grados mas alto de la  “escala secreta”, de la que tanto venimos hablando.» (San Juan de la Cruz; vida y doctrina: por León Cristianí. Editorial de espiritualidad. Pág. 242-244) 
  •  «Conviene que conozcas esta doctrina segura: el espíritu propio es mal consejero, mal piloto, para dirigir el alma en las borrascas y tempestades, entre los escollos de la vida interior. Por eso es Voluntad de Dios que la dirección de la nave la lleve un Maestro, para que, con su luz y conocimiento, nos conduzca a puerto seguro». (San José María Escrivá de Balaguer, Camino, n. 59.) 
  • En los consejos evangélicos no hay que tomar parecer, si será bien seguirlo o no, o si son observables o no, porque es ramo de infidelidad. El consejo de Dios no puede dejar de ser bueno ni es dificultoso de guardar, si no es a los incrédulos ya los que fían poco de Dios, ya los que se gobiernan por prudencia humana. El que dio el consejo, dará el remedio, pues lo puede dar. (San Pedro del Alcántara (Fray Contardo Miglioranza) Evangelio en Romance, página 195. coedición Misiones Franciscanas Conventuales, 1982)  
 
Un alma que vive según el mundo, no está de acuerdo con la espiritualidad de los Santos Padres, puede incluso hablar de lo que no practica como la caridad, el amor a Cristo, la humildad, y la mayor parte de los entretenimientos mundanos, queda vacío de Dios.
Desconfiemos de todo aquel que tiene afición al fútbol, o que se entretiene en programaciones laicistas de la televisión, y se acostumbran en usar palabras como los mundanos, hay que desconfiar, pues por su inclinación  a lo mundano, se cierra a la vida del espíritu. 

Me convence porque es cosa del Espíritu Santo, y creo más al Espíritu Santo que a los consejos humanos.

Y del mismo modo, dice el Catecismo de la Iglesia Católica
 
CIC 2690 El Espíritu Santo da a ciertos fieles dones de sabiduría, de fe y de discernimiento dirigidos a este bien común que es la oración (dirección espiritual). Aquellos y aquellas que han sido dotados de tales dones son verdaderos servidores de la Tradición viva de la oración:
Por eso, el alma que quiere avanzar en la perfección, según el consejo de San Juan de la Cruz, debe «considerar bien entre qué manos se pone porque tal sea el maestro, tal será el discípulo; tal sea el padre, tal será el hijo». Y añade: «No sólo el director debe ser sabio y prudente sino también experimentado... Si el guía espiritual no tiene experiencia de la vida espiritual, es incapaz de conducir por ella a las almas que Dios en todo caso llama, e incluso no las comprenderá» (San Juan de la Cruz, Llama estrofa 3. Obras completas).

   Si quiere o pretende ser contemplativa ha menester para ir muy acertada dejar su voluntad con toda determinación en un confesor que sea tal. Porque esto es ya cosa muy sabida, que aprovechan mas de esta suerte en un año que sin esto en muchos (Santa Teresa, Camino de perfección, 18, 8).
Es muy peligroso para sí mismo, el deseo de querer que la propia opinión prevalezca sobre la Palabra de Dios, en esta conducta, falta la humildad y sencillez del corazón.  

Considerar en qué manos nos ponemos para que nos dirija espiritualmente, porque nos podríamos condenar, si nuestro director espiritual, no nos corrige: "Tienes que renunciar a esas aficiones deportivas, te está apartando del camino de la oración y recogimiento". Ningún aficionado a la idolatría del mundo, y en esto, debe comprenderse el fútbol, etc, pues no tienen relación con los intereses de Cristo. El inclinado a la mundanidad no nos puede ayudar a vivir la espiritualidad que nos pide el Señor.

Yo he visto en el deporte y otros elementos del mundo, como graves obstáculos para obedecer a Cristo Jesús, pues está totalmente vacío de toda espiritualidad. Si digo esto, si un cristiano esté consagrado o no, tenga estas aficiones, nunca nos ayudará con la radicalidad espiritual que Cristo y la Iglesia, y nuestros pastores, el Papa, los obispos, y sacerdotes, religiosos y religiosas, si se han contaminado con estas cosas del mundo, nada espiritual puede hacer por nosotros.



 
 Benedicto XVI a los sacerdotes: Ante el «desierto espiritual», anunciar a Cristo
Benedicto XVI a los sacerdotes: Ante el «desierto espiritual - Zenit
  •  «…los sacerdotes no están llamados a anunciarse a sí mismos o sus opiniones personales, sino a Cristo» ROMA, (ZENIT.org viernes, 13 mayo 2005)
  • «Queridos amigos, ésta es también la verdadera naturaleza de nuestro sacerdocio. En realidad, todo lo que constituye nuestro ministerio no puede ser producto de nuestra capacidad personal, esto vale para la administración de los sacramentos, pero vale también para el servicio de la Palabra, no hemos sido enviados para anunciarnos a nosotros mismos o a nuestras opiniones personales, sino el misterio de Cristo y, en Él, la medicina del verdadero humanismo. Nuestra misión no consiste en decir muchas palabras, sino hacernos eco y ser portavoces de una sola «Palabra» que es el Verbo de Dios hecho carne para nuestra salvación» (Benedicto XVI Discurso a los presbíteros y diáconos de la diócesis de Roma, 13 de mayo de 2005. [De las enseñanzas de Benedicto XVI, 1/2005 p.505. Edibesa.]
Por eso, no es correcto, ni anuncia a Cristo al dirigido el director espiritual que no trabaja por Cristo, sino que se anuncia así mismo y trata de imponer su propia opinión. Y es muy peligros, tanto para el sacerdote que no tenga los mismos sentimientos de Cristo, y se encargue de dirigir “espiritualmente” a un alma, que quiere romper con el mundo, para siempre, pero aunque estando en el mundo sin ser del mundo. No se puede ser criminal de vocaciones a la vida religiosa. Es preciso huir de los malos.
Si nos interesa temas de espiritualidad y recogimiento para ir adelantando, siempre habrá algunos que dirá que eso no debe ser así. Como aquel que cuando yo le hablé que tengo libros de santos y temas espirituales, y sobre todo, le mencioné, San Pedro de Alcántara, me respondía que yo no tenía que hacer caso a esos escritos.

 
En el tiempo actual, hay quienes no aceptan la espiritualidad y el trabajo de San Pedro de Alcántara, y lo mismo, según estos "consejeros" hasta Santa Teresa de Jesús se equivocó en las reformas, Son las almas que se inclinan por este mundo, como no entienden nada de recogimiento interior, desean tener discípulos o seguidores que le acepten, según el mundo.
  • «Es preciso que los hombres vean en nosotros ministros de Cristo y dispensadores de los misterios de Dios. » (1 Cor 4, 1.)
 
Aunque para esto parece no son menester letras, mi opinión ha sido siempre, y será, que cualquier cristiano procure tratar con quien las tenga buenas, si puede, y mientras mas, mejor; y los que van por camino de oración tienen de esto mayor necesidad, y mientras mas espirituales, mas. [...] así que importa mucho ser el maestro avisado, digo de buen entendimiento, y que tenga experiencia; si con esto tiene letras, es grandísimo negocio. Más si no se pueden hallar estas tres cosas juntas, las dos primeras importan más; porque letrados pueden procurar para comunicarse con ellos cuando tuvieren necesidad. Digo que a los principios, si no tienen oración, aprovechan poco las letras. No digo que no traten con letrados, porque espíritu que no vaya comenzado en verdad, yo mas le querría sin oración, y es gran cosa letras, porque estas nos enseñan a los que poco sabemos y nos dan luz, y llegados a verdades de la Sagrada Escritura, hacemos lo que debemos. De devociones a bobas nos libre Dios (Santa Teresa, Vida, 13).  
  • 1841 «Mas si en el confesor se entendiera que va encaminado a alguna vanidad, todo lo tengan por sospechoso, y en ninguna manera, aunque sean buenas platicas, las tengan con el, sino con brevedad confesar y concluir. Y lo mejor seria decir a la prelada que no se halla bien su alma con el y mudarle, que esto es lo mas acertado, si se puede hacer sin tocarle en la honra (Santa Teresa, Camino de perfección, 4, 13). »
  • 1841 «Los que conducen las ovejas de Cristo como si fuesen propias y no de Cristo, demuestran que se aman a si mismos y no al Señor (San Agustín, Trat. Evang. S. Juan, 123). »
  • 1842 « No debemos seguir las huellas ni abrazar la doctrina y consejo de aquellos cuya única reputación estriba en las canas y en los anos que han vivido. Si, en cambio, debemos guiarnos por aquellos que llevaron durante su juventud una vida irreprochable y digna de elogio, y se formaron no según sus propias luces y criterio, sino de acuerdo con las enseñanzas y doctrina de los mayores (Casiano, Colaciones, 2).»
El mundano únicamente trabaja por sus propios intereses personales, Nunca te llevará de corazón a Cristo, se lo impide su corazón dividido, del que no pone solución para ordenarlo según Dios. En ese corazón dividido: "lo que dice el Papa no va conmigo, y hago lo que quiero", las propias obras son como un altavoz que resuena, y que hace notar lo que quiere ocultar el mundano en su propio corazón. Muchas almas terminan por perder la fe y la salvación de su alma.


Los que queremos seguir a Cristo, perseverar en el Amor de Dios, amar a la Iglesia católica, todos necesitamos dirección espiritual, desde el Sacerdote, obispo, y todos los demás cristianos hijos e hijas de la Iglesia Católica, pero desgraciadamente, no hay buenos directores espirituales. Se lo suplicamos al Señor, que envíe obreros santos y eficientes a su viña, que nos ayude. Pero ¿dónde encontrar una buena dirección espiritual como la de San Pedro de Alcántara, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, San Francisco de Asís, San Bruno?, pues sencillamente en los libros de vida y doctrina de santos y santas, incluso las enseñanzas del Santo Padre Benedicto XVI, siempre nos encontramos aquello que necesitamos aprender y poner en práctica. Benedicto XVI, me es de gran ayuda para la vida espiritual. Él nos enseña a Cristo, no así mismo, es un hombre lleno de Dios, y por eso, no cabe duda de que nos encamina por la Verdad en Cristo Jesús. Leer, meditar  sus palabras es una importante recomendación para nuestro bien. 
 
Pues el cristiano que va sin dirección espiritual conforme a la voluntad de Dios, llega a perder la fe, y cuando se pierde la fe, ya no hace caso a los buenos consejos de los cristianos, y tiene en nada las enseñanzas de Jesús. Pues conozco casos así.


Más aquí: Directores espirituales

1 comentario:

  1. Estimada hermana, gracias por este compartir,todos somos instrumentos de Dios pero tenemos que reconocer que ante todo somos seres humanos llenos de debilidades, y pecado y aun así Dios cuenta contigo y conmigo, hemos de orar muchos y sobre todo aquellas alma se son maestros espirituales de almas, han de vivir en autentica comunión con el Señor, oremos hermana para que estos maestros espirituales sean verdadera luz en el camino de las almas,la paz de Cristo sea con usted.

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