¡Gloria y alabanza a la Santísima Trinidad, y a la Siempre Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, Madre de Dios!
[Nota, en el otro blog: Jesús Misericordioso, confío en Ti; he añadido dos lecturas para reflexionar.
San Jerónimo Emiliani: «Sólo en el Señor debemos confíar.
De las cartas de San Ambrosio, obispo ]
Recuerdo hubo una temporada en que, más de uno, han pretendido que mi vida no sea conforme a Cristo, pues los consejos que daban, son muy de este mundo. [Nota, en el otro blog: Jesús Misericordioso, confío en Ti; he añadido dos lecturas para reflexionar.
Me encaminaban hacia la tristeza y la oscuridad, y lo que es peor, lo que nunca han conseguido, apartarme de la Iglesia, pues mi fuerza la encontraba en la oración, cuando lo que yo buscaba y siguo en el empeño es vivir conforme a Cristo. La oración que nos lleva a la seguridad, pero también el Señor me ponía remedio en las lecturas de la vida de los Santos Padres... meditaba su doctrina espiritual, e iba descubriendo cosas que nunca me enseñaron los sacerdotes.
San Pedro de Alcántara con sus edificantes escritos, San Juan de la Cruz y muchos otros, me iluminaban mi vida, por el Amor de Cristo, y de mis temporadas de angustia y crisis, nunca abandoné la oración, por eso, continúo en la Iglesia Católica, para seguir caminando con Cristo hacia el Padre Celestial.
A causa de que tengo, un hueso, que no está en su lugar, no puedo escribir, tanto como antes, pues siento cansancio en el brazo derecho, la vista, la salud, que de momento voy a aplazar el tema sobre la tertulia de la oración, la radio, y la televisión. Sin embargo, iré compartiendo, más sobre la vida de oración, de otros autores y reflexiones personales. De los que tengo archivados por ejemplo, sobre la Dirección Espiritual. Y no todos son aptos para ser maestros o guías espirituales, yo no he hallado ninguno en mi ciudad que sea semejante a Cristo, como lo enseña el Catecismo de la Iglesia Católica.
Aún con mi falta de salud, doy gracias a Dios, por permitirme escribir todo lo que puedo hacer, pues la enfermedad no debe ser obstáculo para hacer todo el bien, siempre, y si el Señor me ha concedido también esta conexión de Internet, no puedo andarme ocioso. Pues siempre cada uno de nosotros, hemos de trabajar por la gloria de Dios y bien de todas las almas.
Cuando uno quiere encontrarse con un Director Espiritual, en la ciudad no es fácil de encontrar, pero por medio de Internet, nos encontramos con personas, sacerdotes, religiosos y religiosas, incluso seglares comprometidos con el Evangelio de Cristo en la unidad de la Iglesia Católica.
Me he encontrado con algunos… “guías espirituales” que tristemente no están en comunión con las enseñanzas de Cristo y en la Unidad de la Iglesia católica, pues llegaron a decirme cosas muy distintas a lo que enseña Jesucristo, la Iglesia y los Santos Padres. Esto es cuando no tenía Internet. Pero yo siempre me he inclinado por la verdad y el amor de Dios, y no me siento con los ánimos para seguir los consejos, que no se identifica con el Corazón de Cristo.
Pero tanto por Internet, como fuera de él, siempre tenemos medios para guiarnos espiritualmente, sin equivocarnos, en primer lugar tenemos la Palabra de Dios, las Sagradas Escrituras, el Catecismo de la Iglesia Católica, es una importante guía para nuestra educación cristiana, también tenemos libros de importante espiritual, de la medida de los santos contemplativos como San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, etc. Sin olvidarnos que el Papa enseña con la sabiduría de Dios. Son estos modelos los que nos puede llevar hacia la santidad, y poniendo todo nuestro corazón en el Corazón de Cristo, y nuestra mente, imitando la Santísima humildad de Jesús y María Santísima.
Como había dicho, en Internet, encontramos almas con gran conocimiento espiritual, gracias a su cercanía e intimidad con Dios, por medio de la oración contemplativa que les ayuda a tener un verdadero recogimiento, en ellos podemos encontrar más ayuda espiritual, que algunos que conozco personalmente, pero que les respeto.
Además de que nos podemos encontrar con religiosos y religiosas, que están en constante comunión con el Espíritu Santo por su vida de recogimiento y su perseverancia, por otra parte, también un seglar que está en comunión, comprometido con la fe de la Iglesia Católica y con el Papa, bien puede ayudarnos también en la vida de santidad. Es alma de oración, tiene presente en su vida la humildad, la vida de oración y las demás virtudes cristianas. Hay seglares que tienen una vida de gran religiosidad, y éstos también son aptos para ser buenos consejeros espirituales, porque unos y otros son instrumentos que están al servicio de Dios y ayudan a sus hermanos con la sabiduría de Cristo.
Pero hay otros, como queda dicho, son un peligro para el encuentro con Dios, por eso, hay que discernir atentamente para no equivocarse.
Los malos pastores; ¿quiénes son?
Todos aquellos que desconocen la vía del amor divino, todos aquellos que no están al corriente de las elevaciones místicas y que, por esta misma razón en que viven ellos mismos.
Y San Juan de la Cruz pone, si es que se puede hablar así, los puntos sobre las íes. Para él el paso de la meditación discursiva a la contemplación, de la que ha hablado en todos sus escritos anteriores, es de una importancia tal, que todo director que, por ignorancia de la vida contemplativa, quiere mantener a un alma llamada a dicha vida en la práctica de la meditación discursiva, viendo en la contemplación o “advertencia habitual, amorosa y apacible de la presencia de Dios en el alma” punto menos que una desidia, una acidia, una holgazanería intelectual, causa a esa alma un daño incalculable. Le priva efectivamente de todas las riquezas que Dios le tiene preparada entre lo que diríamos la “pasividad”, es decir, la pura disponibilidad del alma bajo la acción de Dios que habita en ella.
Escuchemos a San Juan de la Cruz lamentarse de los directores que proceden de este modo:
«Y con ser este daño más grave y grande que se puede encarecer, es tan común y tan frecuente, que apenas se hallará un maestro espiritual que no le haga en las almas que empieza Dios a recoger en esta manera de contemplación. Porque, cuantas veces está ungiendo Dios el alma contemplativa con alguna unción muy delgada de noticia amorosa, serena, pacífica, solitaria muy ajena del sentido de lo que se puede pensar... y vendrá un maestro espiritual que no sabe sino martillar y macear con las potencias de un herrero, y porque él no enseña mas que aquello y no sabe mas que meditar, dirá: Andad, dejaos de esos reposos, que es ociosidad y perder el tiempo, sino tomad y meditad y haced actos interiores, porque es necesario que hagáis de vuestra parte lo que en vos es, actos y diligencias, que eso otros son alumbramientos y cosas de bausanes».
La cosa está bien clara: los malos directores de conciencia son los que aprisionan a las almas, los que no saben discernir los dones del Espíritu Santo, los que cierran las salidas que dan acceso a los grados mas alto de la “escala secreta”, de la que tanto venimos hablando.
Larga, minuciosa, vigorosamente, San Juan de la Cruz marca con hierro candente esta traición -el vocablo no es demasiado fuerte- de los directores espirituales, de los que dice aún “no entiendo a las almas que van ya en esta contemplación quieta y solitaria, por no haber llegado ellos ni sabido qué cosa es salir de discursos de meditaciones... Piensan que están ociosas y les estorban e impide la paz de la sosegada contemplación...”
Para el santo, esta manera de proceder es una verdadera “injuria” hecha a Dios. Los tales «meten su tosca mano donde Dios obra».
Lo que San Juan de la Cruz reclama para las almas –y aún ha habido quién ha querido presentarlo como guía rudo y austero– es la santa libertad de los hijos de Dios. Las veinte páginas en las cuales fustiga a los maestros espirituales que desconocen las vías místicas del espíritu figuran entre las más vigorosas y bellas que él escribiera. [San Juan de la Cruz; vida y doctrina: por León Cristianí. Editorial de espiritualidad. Pág. 242-244]. Muy recomendables son también las obras completas de San Juan de la Cruz, editado por la B.A.C.
Por eso, no podemos renunciar a la buena dirección espiritual. La podemos hallar entre los libros de la doctrina de los santos, y son muchos. Yo recomiendo en especial a las de San Juan de la Cruz, San Bruno, Santa Teresa de Jesús, San Pedro de Alcántara, San Francisco de Asís, entre otros muchos, por su gran espiritualidad que tienen, y que lleva a sacar gran provecho para la salvación de las almas. Y no debemos olvidar; es imprescindible poner atención a las enseñanzas del Santo Padre Benedicto XVI, es un alma muy entregada a la causa de Jesucristo para bien de toda la humanidad. Ya comprando libros de sus enseñanzas, sus escritos que son fuente de riqueza espiritual, en nuestros tiempos, pero también los demás libros ya referidos.
«Buscad para confesor y director un sacerdote santo y piadoso» (Santa Teresa de Jesús)
Un exceso de activismo en el sacerdote, puede impedir su tiempo de prolongar la oración, es una puerta que se cierra a la vida espiritual, y pensando más en las tareas del día, hay riesgo de que cuando deba decir un consejo espiritual, no sea sobrenatural ni espiritual, y esto causa dolor a las almas que quieren encontrarse seriamente con Cristo, y no son capaces incluso, para ayudar en las vocaciones para la vida religiosa. “En el mundo hará mejores cosas”, no son capaces de llevarlos a Cristo por las vías de santidad.
Estimada hermana, Dios tiene siempre su medio para darnos una mano para acercarnos a ÉL, esos medio son los instrumento que Él va colocando en le camino de cada uno para ayudarno a vivir más en su presencia que son eso Mestros Espiritiales que nos dan esa herramienta para la unión con Dios, pidamos por ellos para que el Señor los ilumine siempre y le de el don del dicernimiento en todo moemnto para ayudar a tantas alma gue Dios ha puesto en sus manos, Dios esté con usted.
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