domingo, 29 de enero de 2012

Amar la oración o la insensatez de las tradiciones de los hombres carnales

Esta reflexión va a molestar a pobres almas, y posiblemente de la comunidad valenciana, porque la fiesta de "moros y cristianos", necesita una verdadera purificación, vivir más la espiritualidad, la verdadera religión católica y no es así. Y del mismo modo, las romerías del Rocío, ¿se piensa acaso que lo que sucede es comportamiento humilde y casto?

Pero... San Agustín: «Uno debe decir la verdad, especialmente cuando una dificultad hace que mucho sea más urgente. Que lo comprenda el que pueda comprenderlo.
Guardémonos muy bien de que, guardando silencio por consideración a los que no sean capaces de comprenderlo, no sólo se frustre la verdad, sino que sean dejados en el error los que pudieran haber captado la verdad, escapando así de su error».
Cuando la oración es superficial, no agrada a Dios, y esta es cuando se hace con los labios. voy comprendiendo que si un alma, después de muchos años que va a la iglesia, uno más en la Santa Misa, comulga, habla entre ellos, o atiende al móvil, es porque tiene su corazón cerrado a Cristo, ya que se entretienen entre sus iguales, y desantienden a lo que el Señor quiere manifestarle, siendo así, que el que chichisbea no está rezando, su corazón lo mantiene bien lejos de Dios.

Si cuando oramos solo con los labios, no nos engañemos, pues con el sonido de los labios ya no se centra en la oración, y esto es verdad, no hay meditación posible. Por eso, los Santos Padres que son maestros de oración nos enseña lo que han aprendido de Jesucristo.
                                           
Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.» (Mt 15, 8-9; Mc 7, 6)
Sabemos que hay almas que rezan, pero ponen su corazón en las cosas terrenales, y aprenden cosas que no son del agrado del Señor, se dividen entre Dios, pero mayormente hacia el mundo.
La oración del cristiano debe ser auténtica, salida del corazón, pues con los labios no nos ayudan a acercarnos a la verdadera adoración; en el Evangelio de San Marcos: Él les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres. Les decía también: «¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición! (7, 6-9 )-
En muchos pueblos españoles hay ciertas tradiciones, que lo que menos importa es la espiritualidad y santidad cristiana, pero se han acostumbrado de tal forma, que no pueden pasarse sin esas tradiciones de hombres, que no son inspiradas por el Espíritu Santo.  

En Andalucía, hay una multitud de “devotos” que en romería quieren llevar en procesión a la Santísima Virgen María, entre empujones, enfados, iras, rabias, y se llaman “devotos”; en la comunidad valenciana, hay festejos de “moros y cristianos”, que no pueden pasarse sin sus fuegos artificiales, el horrible ruido de los trabucos para festejar San Jorge. ¿Y la piedad? ¿y el recogimiento? Estuve un año. Fue en la década de los 90, en una iglesia, estaba llena de personas, los había que estaban disfrazados porque iban a participar en ese festejo, como “moros y cristianos”. Habían convertido la casa de oración, en un lugar ofensivo al Señor. Cuando la falsa devoción se hace notar, es terrible, es otra forma grave de escarnecer y ofender gravemente a Jesucristo, es como si el pueblo había caído en la locura y llevara de nuevo a Jesucristo al Calvario, en medio de burlas y desprecios.
Estas palabras de Jesús se hace realidad en nuestros tiempos; «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres. Les decía también: «¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición! 
Uno le dijo: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» Él les dijo: «Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán.
«Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: “¡Señor, ábrenos!” Y os responderá: “No sé de dónde sois.”
Entonces empezaréis a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas”; y os volverá a decir: “No sé de dónde sois. ¡Retiraos de mí, todos los agentes de injusticia!” «Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera. (Lc 13 23-28).
Los festeros buscan lo suyo, ya la caridad no tiene que estar presente, cuando comienzan sus ruidos, ni les importa, si en una casa puede haber ancianos enfermos, que necesita silencio y tranquilidad, no les interesa si en la ciudad haya monasterios o conventos de vida contemplativa, que esas almas consagradas necesitan su silencio, no, no buscan eso, los amigos del mundo, adoradores de tradiciones inútiles.

Pero en las romerías, algunos de los que participan se dedican a la oración, pero un mayor número van a divertirse, cantan canciones profanas más que religiosas, y bailan, lo que es contrario a la vida de Cristo.
 En las localidades donde se pretende que la fiesta religiosa sea enteramenete religiosa, ya antes del comienzo, es decir, antes de salir en procesión, si en falta veracidad para la verdadera devoción, no se prepararán orando, sino hablando entre ellos, y faltando el respeto a la casa de Oración. ¡Qué pena que Cristo es ofendido, cuando hacen de la Casa de Oración, un salón de personas muy amigas de palabras y juicios ajenos!

Hemos de considerar mejor la caridad para con Cristo en primer lugar, pues si no es así, no amamos a los hermanos cuando se consiente en que hagan lo que no conviene dentro de la Casa de Oración.

No hay comentarios:

Publicar un comentario