sábado, 24 de enero de 2015

Acción de gracias y desvelo por los creyentes, Filipenses 1, 3-11


Mañana domingo por este año, termina el octavario por la unidad de los cristianos. Siempre tiene que haber un acuerdo según el Corazón Divino de Cristo Jesús, el Dios que ha venido a salvarnos. Lo que nos divide… son tantas cosas, porque incluso entre los católicos puede aparecer un cierto desacuerdo, uno de los problemas es no vivir precisamente la fe de la Iglesia Católica. El verdadero cristiano es aquel que su fe está edificada en Cristo Jesús, que no tiene apego a las cosas mundanas, aún en las aficiones fotográficas, busca siempre a Dios, la evangelización para todos. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y la imagen del Evangelio que algunos muestran, en diversas fotografías religiosas católicas, para quienes estén atento al Evangelio, lo comprenden también que es así, incluso cuando se fotografía la naturaleza, encontramos las señales de que Dios está siempre presente.

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Nosotros debemos ser más constante, más decidido en anunciar a Cristo, algunos hermanos en la red demuestran su constancia, siempre atentos al Señor, ellos al obrar así, va muy por delante de nosotros, porque si accedemos a las tentaciones del demonio, que es quien consigue ese gran descuido por la Palabra de Dios, esa inconstancia de nuevo poner su corazón a la mundanidad, es ganancia para el demonio, pero nosotros perdemos. Todo lo que no sea servir a Dios es pérdida irrecuperable en todos los sentidos, aquellos hermanos que se preocupan de los intereses de Cristo, avanzan mucho más rápidos, ¡menudo ejemplo nos están dando!, de esa fidelidad a Cristo. Por eso, no nos sometamos a las tentaciones. Que Dios es luz y salvación para todos nosotros.

Las palabras de San Pablo, en la cárcel, encadenado, era libre en su espíritu, no se angustiaba, porque todo lo esperaba en el Señor Cristo Jesús nuestro Salvador. Nosotros necesitamos romper las cadenas de nuestras malas costumbres, vicios y pecados. Porque esto nos puede llevar todavía más en la oscuridad de tal forma, que ya no veamos luz para salir.

Si cuando Cristo nos ha llamado, siempre es para lo bueno y santo, por eso, la inconstancia no forma parte del creyente, los apegos a las cosas mundanas pueden poner fin a nuestra fe, y no avanzar en el camino de nuestra salvación.

San Pablo era muy feliz, porque tenía fieles colaboradores para seguir anunciando el Evangelio de Cristo en todas partes.

Es importante salir de la superficialidad, pues en lo superficial no hay autentico amor a Dios, y se descuida siempre su Palabra para nuestra vida interior.
 
Tener los mismos sentimientos de Cristo es preocuparse unos de otros, siempre conforme al Altísimo, y muchos hermanos nuestros se han hecho uno con Cristo para bien de todos nosotros, pues también necesitamos como San Pablo y todos los santos, hacer que esos mismos sentimientos de Cristo, forme parte y para  siempre en nuestras vidas.
 

Los textos y el comentario que sigue  a la epístola a los Efesios, es del Nuevo Testamento (Eunsa)

 

Acción de gracias

y desvelo por los creyentes

 

Epístola a los cristianos Filipenses 1, 3-11:
3 Doy gracias a mi Dios cada vez que os recuerdo, 4y siempre que rezo por todos vosotros, lo hago con alegría, 5por vuestra participación en la difusión del Evangelio desde el primer día hasta hoy, 6convencido de quien comenzó en vosotros la obra buena, la llevará a cabo hasta el día de Cristo Jesús. 7 Es justo que yo sienta esto por cada uno de vosotros, ya que os tengo en el corazón, porque todos vosotros sois partícipes de mi gracia, tanto en mis cadenas como en la defensa y consolidación del Evangelio. 8Dios es testigo de cómo os amo a todos en las entrañas de Cristo Jesús. 9Pido también que vuestro amor crezca cada vez más en perfecto conocimiento y en plena sensatez, 10para que sepáis discernir mejor, a fin de que seáis puros y sin falta hasta el día de Cristo, 11 llenos de frutos de justicia que proceden de Jesucristo para gloria y alabanza de Dios.

 Lectio Divina:

·         1, 3-11: La alegría es una de las notas sobresalientes de este escrito (cfr. 3.1; 4,4), causada de modo especial por el buen espíritu y comportamiento de los filipenses. A ella se refiere Pablo como uno de los frutos del Espíritu Santo (cfr. Ga 5, 22). Proviene de la unión con Dios y del descubrimiento de la amorosa Providencia con la que Dios vela por sus criaturas y, de modo particular por sus hijos. La alegría da serenidad, paz y objetividad al cristiano en todas las acciones de su vida. La identificación de San Pablo con Jesucristo es tan grande que puede decir que han pasado a su corazón los mismos efectos del corazón de Cristo (v.8).

·         El Magisterio de la Iglesia, a partir de las palabras del v. 6, ha enseñado frente a la herejía pelagiana, que tanto el inicio de la fe son fruto de la gracia y de la libre correspondencia humana (cfr. Conc. II de Orange, can. 5). Siglos más tardes, el Concilio de Trento reiteró esta enseñanza: así como Dios ha empezado la obra buena, la acabará, si los hombres cooperamos con su Gracia (cfr. De iustificacione, cap. 13). Junto a esa confianza en el auxilio divino, es necesario el esfuerzo personal por corresponder a la Gracia, pues en palabras de San Agustín: «Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti» (Sermones 169, 13)

 
·         1,9: El crecimiento en la caridad estimula el empeño por alcanzar un mayor  «conocimiento» de Dios. «El que amadice Santo Tomás– no se contenta con un conocimiento superficial del amado, sino que se esfuerza por conocer cada una de las cosas que le pertenecen, y así penetra hasta su interior» (Summa theologiae 1-2.28.2c)

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Hasta aquí arriba la Lectio divina,
Es necesario mantenernos perseverantes en la evangelización, no como lo hacen los hijos de este mundo, sino con el Espíritu Santo, desde Dios para Dios, como exhortaba el Cardenal Joseph Ratzinger/Benedicto XVI

Con la alegría y la dulzura de Cristo Jesús, mantengámonos siempre firmes en la fe, y que la Santísima Virgen María nos libre de todo peligro de alma y cuerpo.

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