miércoles, 12 de noviembre de 2014

Evangelizar, ¿en las discotecas?

Reciente actualización, 13 de noviembre de 2014

El motivo de esta reflexión es porque en una noticia leída, decía el Cardenal Cañizares, que hay que evangelizar, incluso que los jóvenes deben llevar la Palabra de Dios a las discotecas.

Parece una buena idea. Pero son jóvenes y no tiene demasiada preparación: oración diaria, constante, conocimiento de las Sagradas Escrituras, del Magisterio de la Iglesia Católica, devoción a la Santísima Madre de Dios, un corazón libre de sí mismo y de las cosas terrenales, penitencia. Huida de las ocasiones peligrosas, no imitar el proceder de este mundo, ni sus expresiones. Pues uno debe expresarse según el Espíritu Santo, conforme en la medida que nos demos por entero al Señor. La Evangelización no debe salirse nunca del camino espiritual, no según mi propia medida, ni para dar complacencia al mundo; esto no sería evangelizar.

Hay ciertos obstáculos por lo que una persona, ya sea joven y mayor de edad, no puede evangelizar, un corazón dividido, amor al mundo, deporte, entretenimientos mundanos, estas cosas impide que el Espíritu Santo, risas, inconstancia, juergas. Actitudes como estas imposibilitan la evangelización.
 


¿Es posible evangelizar en las discotecas? Apresuradamente podríamos decir que sí como había observado arriba; que podría hacerse. Pero la realidad nos muestra otra cosa.

Pero... ¿cómo es el ambiente de las discotecas? ¿es acogedora a la Palabra de Dios?

El Cardenal Cañizares, por su entrega generosa al servicio de Dios y de la Iglesia Católica, que es un buen obispo, no conoce la gravedad de las discotecas, o no ha sido informado  debidamente sobre la cruda realidad que hay en ese tipo de ambientes.

Protestarán los libertinos y sodomitas que suelen reunirse en esos ambientes, y pueden hacer mucho mal. Siempre lo hacen, y cuánto más, cuando enseguida en la Evangelización, les hará despertar su odio contra la Iglesia Católica y contra Dios.
 
Evangelizar debe ser una tarea para que todos los oyentes puedan escuchar el mensaje de Dios. Pero hacerlo adentrándonos en las discotecas, no está permitido, según reflexionamos las Sagradas Escrituras.

--“En la Biblia no habla de discotecas”—

Es verdad, para comprender las Sagradas Escrituras, la Iglesia Católica nos ha enseñado la belleza de la Lectio Divina, porque también el Espíritu Santo, siempre, que nosotros seamos fieles al Magisterio, comprenderemos muchas cosas más que con la simple lectura de pasada. Sin la Lectio divina, el demonio nos estorbaría en interpretarla correctamente, y la interpretación del demonio no tiene validez alguna.  El tentador nos engañaría haciéndonos creer que podemos entrar y allí dar comienzo la evangelización.

Fijémonos lo absurdo, “La Iglesia no prohíbe el baile”, este otro ejemplo y otros parecido, es porque no han leído o comprendido la Sagrada Biblia. Y por eso, son muchos cristianos que se perderán, pero en su “amor propio”, ese orgullo y soberbia que envenena, impiden en ellos, la claridad de la Santa Escritura que Dios concede a todo aquel que se lo pida con humildad de corazón.

Sigamos:

El ambiente de las discotecas no es lo apropiado para que los que están allí puedan oír el mensaje de salvación, dificultades: el ruido, el ajetreo de la gente, los empujones, el alcohol, las impurezas de los asistentes, lujuria entre las parejas, estos peligros existen. Si una persona ya está en plena actividad pecaminosa, no quiere oír el mensaje de Dios.

Otro ejemplo, ¿Quién puede evangelizar en medio de una turba de personas enfurecidas que van por las calles con manifestaciones, a gritos e insultos contra otras personas, sean políticos o empresarios? ¿Qué me diga alguien que es posible mostrarle la ? Y si es posible, porque no se convierten? El enemigo de las almas

¿Cree que los libertinos y blasfemos callarán la boca mientras les habla de Dios? La respuesta es no, y el ambiente se agravará, y el Señor será muy ofendido. Y no debemos provocar a los demás para que ofendan al Señor, en un terreno que pertenece al demonio como es cualquier discoteca.

Hay otra enseñanza de Jesucristo que dice:

«No deis las cosas santas a los perros, ni echéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen con sus patas y al revolverse os despedacen. » (Mt. 7.6)

La doctrina de Jesucristo no es algo para que el mundo ofenda al Señor, y nosotros que somos hijos e hijas de la Iglesia Católica, debemos por la caridad y el amor de Cristo, custodiarla. Pues no todos están dispuesto a recibirlo bien. Un corazón inficionado por la impureza, siempre será incapaz de acoger dignamente el mensaje de la evangelización según Jesucristo.

No demos los santo a quienes no están preparados dignamente para recibirla, es fácil de comprender, es la doctrina de Cristo Jesús, es también la Sagrada Comunión, el Magisterio de la Iglesia Católica es conocida por el mundo entero, pero no todos lo aceptan porque han elegido el camino de la perdición.


Quien no sabe valorar la Palabra de Dios enseguida se olvida de muchas cosas que el Señor nos enseña, el desinterés por las Sagradas Escrituras es bien notoria.  Quien ama a Jesucristo no se mete en los ambientes cavernosos del Maligno para bailar y pecar. Quien ama a Jesucristo de corazón no baila, sino reza y hace penitencia, porque tenemos un alma que salvar, la nuestra, y ayudar a los que quieren salvarse.

¿Quieres evangelizar a los jóvenes? Fíjate en las calles, en las plazas, allí sentado hay ciertos grupos de jóvenes, en el que puede aprovechar para hablarles de Dios, no espere en el momento de que vayan a la discoteca, porque el demonio tiene mucho poder ahí, entre los suyos. Las discotecas son las cavernas donde habita los demonios, una profunda corrupción, la abominación, no te metas ahí, para que no te contamines ni te corrompas.

No soy el único que lo piensa, que los enemigos de Cristo, nunca serán capaz de acoger dignamente la Palabra de Dios. Los que viven en pecado mortal se reúnen en discotecas para satisfacer sus impurezas.

Alguien puede decir, “estoy al cien por ciento con la decisión de que se evangelice en las discotecas”, esto es señal de desconocimiento de la Palabra de Dios. Pues hay lugares donde se puede anunciar el Evangelio de Cristo y hay otros lugares en que el cristiano no tiene que pisar ese suelo.

Si alguien está al cien por cien a favor de una decisión errónea, muchos estamos con Cristo Jesús, por eso estamos pendiente lo que su Divina Palabra nos dice, y no nos equivocamos.

Pero si alguno se empeña en ir a la discoteca, ira solo, según lo que sentencia el Santo Cura de Ars, que deja a su Ángel de la Guarda fuera.

Hay más facilidad hablarles de Dios mucho antes que se encaminen a las discotecas para cometer pecados... 

Ahora bien, ¿cómo es posible evangelizar teniendo gran ignorancia de la Palabra de Dios y de las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia Católica? Yo veo que para evangelizar se requiere ese conocimiento, Jesús nuestro Señor nos los enseña en el Evangelio, cuando enviaron a sus discípulos a prepararle el camino, por sendas, caminos. San Pablo nos exhorta a que no nos metamos en ambientes donde la impureza es bien notoria.  



Es importante que a nadie se le debe privar de la Palabra de Dios, pero cualquiera que entre en discotecas para pasarlo bien, no busca a Dios. Sin embargo, no hemos de olvidar, que aquellas mismas personas, ya queda dicho, la podemos encontrar en las calles reunidos con sus amigos, o en las plazas por ejemplo.

Vigilad para que a nadie le falte la Gracia de Dios (Hebreos. 12, 5). La Gracia de Dios no entra donde impera el pecado mortal.

 
Las almas que llevan a Cristo en su propia vida, jamás aplaudirán, jamás procederán según el mundo.  

¿Se puede evangelizar sin dedicar cada día a la oración del Santo Rosario?

¿Se puede evangelizar con un espíritu mundano? No, los aplausos, según la foto de la noticia, estos jóvenes que acogen la noticia con “entusiasmo”, se les nota que están aplaudiendo. Pero aplausos y espiritualidad son incompatibles, de esto lo aprendemos de las Sagradas Escrituras. Pues el evangelizador que comienza con aplausos, no tendrá un fin que debe ser Cristo, y sus palabras caerán en saco roto.

Donde allí haya aplausos no hay verdadera evangelización.  Cuantas  veces se aplaude es cuanto el mundo y el demonio quieren ganar. Los aplausos forman parte del espíritu mundano.
Cuando piensan que aplaude por una decisión que parece buena, pero quien está dispuesto a llevar el Evangelio a otros, no aplauden, sino que pide ayuda al Señor para realizar esta misión importantísima: Evangelizar con el mismo sentir de la Iglesia Católica.
es todo lo contrario que se hacía en siglos pasados, los verdaderos creyentes, los que habían vencido: mundo demonio y carne, no aplaudían, sino daban gloria y alabanza a Dios con cánticos espirituales. Los que son del mundo no son guiados por el Espíritu Santo para la Evangelización. Y los Santos y Santas siempre tuvieron razón.
 

 


Esta enseñanza de nuestro querido Papa Emérito Benedicto XVI,  la encontramos en las obras completas de Joseph Ratzinger.

Sin la menor duda, las personas que más aplauden, es la que menos se interesan en alimentarse por las Sagradas Escrituras y el Magisterio de la Iglesia Católica. Y acaban cayendo en las redes del mal, las malas influencias de este mundo corrompido.

·         «No os dejéis seducir: las malas compañías corrompen las buenas costumbres. » (1 Cor. 15, 33)

La Palabra de Dios nos invita a no dejarnos engañar. Las malas compañías son también las actividades, entretenimientos, diversiones, juegos, bailes, concursos, todo lo que sea causa de que nuestro corazón y pensamientos se distancien de Cristo Jesús y sus intereses. Todo lo que no nos lleva al pensamiento de Dios es malo. Y meterse en ambientes  y divertirse dejan claro, que no están animados a la conversión del corazón, muertos a la Gracia de Dios por el pecado mortal.

El tentador puede engañar incluso a los mejores pastores si se descuidan. Por eso debemos estar siempre vigilantes y muy atentos, y las Sagradas Escrituras, bien conocida es un arma poderosa contra los engaños y seducciones del Maligno.

·         Huye de las pasiones juveniles y sigue en cambio la senda de la Justicia, la fe, la caridad y la paz con los que invocan al Señor con corazón limpio. (2Tm, 2,22)

¿Y dónde se desatan las pasiones? Es lo mismo que desatar a los demonios. Para mí, ese significar "huir de las pasiones, es alejarnos de toda ocasión de peligro, que no necesitamos entrar para anunciar al Señor. Ya que existen otros modos, como el Señor nos enseña, de llevar el Evangelio a todos, pero no en el terreno de las tinieblas, desde fuera. 

Las discotecas, las escuelas de bailes, o concursos, son terrenos propiamente de Satanás, muchas personas están atrapadas en estas fauces, enviar a evangelizadores para anunciar la Palabra de Señor allí no es conveniente para la juventud que no está preparada para ello. No se puede enviar a un cristiano a la boca del demonio para evangelizar.

Las discotecas no es como un mercado, es la antesala del infierno, sí, la discoteca es una antesala por donde los que entran voluntariamente es para meterse más en el infierno. Drogas, alcohol, visión abominable de tantos pecados mortales; la inmoralidad, la lujuria ¿es ahí donde se quiere enviar a los jóvenes cristianos?

--Ya, pero es para que evangelicen—

--Huye de las pasiones juveniles. Pasiones que se encuentran en las cavernas de los demonios, donde la pasión y el placer por la variedad de pecados, están en esos espacios, pues las discotecas, son cavernas donde se reúnen para pecar. 

La Palabra de Dios nos invita a no mezclarnos con las malas compañías, para evangelizarles, ya les encontramos en la calle, pero no es necesario entrar. Anunciarles lo que se expone en un ambiente de pecado, lujuria, impurezas, que acepten una invitación a beber sin que sepa que es lo que hay en la bebida. Es un peligro gravísimo.

 La discoteca almacena y propaga la corrupción moral. Decir estas cosas, puede doler a los amigos de diversiones, pero necesitan pensar en la salvación de su alma.

Cualquier persona que desconozca las Sagradas Escrituras, enseguida cederá ante el mal, no está edificado en Cristo, por mucho que evangelice, porque una parte de su vida la entrega a los placeres terrenales, en su corazón no admite a Cristo.

Un joven cristiano habituado a aplaudir, aún no ha conocido a Cristo. Porque los aplausos son de este mundo, no son inspiración del Espíritu Santo. Los aplausos nos apartan de la caridad y del respeto a Dios, en su lugar una falsa misericordia.  

Insisto, tenemos las calles para anunciar el Evangelio de Cristo, no es necesario esperar el momento, en que también estaríamos colaborando para pagar una entrada y evangelizar. Apartarse de las malas compañías.  

En estos casos, es Cristo, quien  nos enseña el modo de ir al encuentro de aquellas personas, pero sin necesidad de meternos en la cueva de Satanás.

“Cristo está conmigo y me protegerá”

Pero si tú mismo te expone al peligro. El primer peligro es que desconoces las Sagradas Escrituras como queda dicho,  a partir de ahí, vienen un sinfín de peligros que no te esperaba. El demonio se aprovecha de tu desconocimiento. Quien lea atentamente las Sagradas Escrituras y sobre todo, se la aceptamos, nos daremos cuenta que no todos los sitios puede uno evangelizar como voy insistiendo.

¿Cómo se puede evangelizar sin haber insistido en el conocimiento de Dios, y también la oración?

«Esta es la Voluntad del Señor que os apartéis de la impureza, que cada uno de vosotros trate a su cuerpo con santidad y respeto, no dominado por la pasión como hacen los gentiles que no conocen a Dios. » (1Tes. 4, 3-5)

Que nos apartemos de la impureza, en mi reflexión tengo claro, que no se debe ir a ambientes, donde la impureza y la corrupción es la dominante, y las discotecas lo son, es la obra del Maligno para los que se pierden. «Guardaos de toda clase de mal» (1Tes. 5, 22).

¿Cómo espero que Cristo me proteja, si me meto en medio de una cueva de pecados y perversidad en ese tipo de locales para bailar y pecar…? 

Escuchad, queridos hermanos, si fuera de las discotecas, hay personas que no quieren convertirse al Señor, aun cuando se les hable del bien que pueden hacerse en salvar su alma, te da una paliza con deseos de darte muerte, ¿es que dentro de una discoteca, donde se baila al compás de los demonios y el ambiente apesta a pecado estarán dispuesto a escuchar a Dios?

 «Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores ni toma asiento con farsantes, sino que se complace en la Ley del Señor, y noche y día medita su Ley » (Salmo, 1, 1-2).

De nuevo repito, busca a los jóvenes que se hallan en zonas de parque, en las calles, que están en grupo, y háblale del Señor. 


*La Palabra de Dios no puede fructificar en un corazón corrompido por el pecado, un corazón mal dispuesto, es esta la realidad. El ambiente de las discotecas da muerte a todo lo que puede ser espiritual. No te escucharán.

 

El sembrador (Mt 13,1-23)

1 Aquel día salió Jesús de casa y se sentó a la orilla del mar. 2 Se reunió en torno a él una multitud tan grande, que tuvo que subir a sentarse en una barca, mientras toda la multitud permanecía en la playa. 3 Y se puso a hablarles muchas cosas con parábolas:

—Salió el sembrador a sembrar. 4 Y al echar la semilla, parte cayó junto al camino y vinieron los pájaros y se la comieron. 5 Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra y brotó pronto por no ser hondo el suelo; 6 pero al salir el sol, se agostó y se secó porque no tenía raíz. 7 Otra parte cayó entre espinos; crecieron los espinos y la ahogaron. 8 Otra, en cambio, cayó en buena tierra y comenzó a dar fruto, una parte el ciento, otra el sesenta y otra el treinta. 9 El que tenga oídos, que oiga.

10 Los discípulos se acercaron a decirle:

—¿Por qué les hablas con parábolas?

11 Él les respondió:

—A vosotros se os ha concedido el conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no se les ha concedido. 12 Porque al que tiene se le dará y tendrá en abundancia; pero al que no tiene incluso lo que tiene se le quitará. 13 Por eso les hablo con parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. 14 Y se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice:

Con el oído oiréis, pero no entenderéis;

con la vista miraréis, pero no veréis.

15 Porque se ha embotado el corazón de este pueblo, han hecho duros sus oídos, y han cerrado sus ojos; no sea que vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan con el corazón y se conviertan, y yo los sane.

16 »Bienaventurados, en cambio, vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen. 17 Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos ansiaron ver lo que estáis viendo y no lo vieron, y oír lo que estáis oyendo y no lo oyeron.

18 »Escuchad, pues, vosotros la parábola del sembrador. 19 A todo el que oye la Palabra del Reino y no entiende, viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su corazón: esto es lo sembrado junto al camino. 20 Lo sembrado sobre terreno pedregoso es el que oye la palabra, y al momento la recibe con alegría; 21 pero no tiene en sí raíz, sino que es inconstante y, al venir una tribulación o persecución por causa de la palabra, enseguida tropieza y cae. 22 Lo sembrado entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de este mundo y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y queda estéril. 23 Y lo sembrado en buena tierra es el que oye la palabra y la entiende, y fructifica y produce el ciento, o el sesenta, o el treinta.

Esta parábola es la más larga del discurso. Viene en los tres sinópticos (Mc 4,1-20; Lc 8,4-15) y es casi el paradigma de las parábolas del Reino. Su mensaje puede compendiarse así: ¿Por qué la palabra de Jesús produce efectos tan dispares entre los oyentes? Hay que tener en cuenta que nos movemos en el misterio de la gracia que Dios concede y de la correspondencia del hombre. Hay que salvaguardar los dos aspectos: la libertad de Dios al dar la gracia y la libertad del hombre al corresponder. Los discípulos no debieron de comprender al principio la parábola. Era como pasar de la oscuridad a la luz potente. El Maes­tro tuvo la paciencia de ir paso a paso. La parábola resulta clara tras la explicación (vv. 18-23), y nosotros, lectores del evangelio, la podemos entender tanto en el contexto de la vida de Jesús como en el de la vida de la Iglesia. La palabra de Jesús necesita la buena acogida de los hombres. Hay quienes la oyen sin entenderla (v. 19; cfr v. 14): son sordos a Dios, como las autoridades religiosas de Israel, que han estado acechando a Jesús (cfr 11,1-12,50) y malinterpretándole. Otros son débiles o inconstantes (v. 21), como las muchedumbres que le oyeron junto al monte (5,1) o se beneficiaron de sus milagros (14,21), y, en cambio, le dejaron sólo en la hora de la prueba. Otros fallan, pero no por debilidad cuando hay que defender la palabra, sino porque la Palabra del Señor no puede fructificar en una vida que no sea recta (v. 22). Pero la Palabra de Dios, cuando es enviada a la tierra, es fecunda siempre (Is 55,10-11), no deja de encontrar un lugar donde dar fruto. La Palabra de Jesús en cuanto palabra de Dios puede fructificar en mayor o menor proporción (v. 23), porque los hombres no ­somos iguales, pero siempre es eficaz: «Cuando esta palabra es proclamada, la voz del predicador resuena exteriormente, pero su fuerza es percibida in­teriormente y hace revivir a los mismos muertos: su sonido engendra para la fe nuevos hijos de Abrahán. Es, pues, viva esta palabra en el corazón del Padre, viva en los labios del predicador, viva en el corazón del que cree y ama. Y, si de tal manera es viva, es también, sin duda, ­eficaz» (Balduino de Cantorbery, Tractatus 6).
 
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Enseñanzas de la Conferencia Episcopal Española sobre la parábola del sembrador:

13: El anuncio de la llegada de los cielos (4, 17) ha suscitado entusiasmo y seguimiento, pero también polémica y rechazo; llega pues el momento de explicar en qué consiste aquel reino. A este fin, sirve la parábola del reino que son relatos breves y sugerentes con imágenes y comparaciones tomadas de la vida cotidiana, que pretenden hacer pensar al oyente y que va evocando los diversos aspectos del Reino de Dios. El lenguaje poético y simbólico al que recurre Jesús pretende llevar al oyente o al lector a interrogarse sobre su propia situación ante Dios que ofrece su Reino.

13, 8 La parábola establece una contraposición entre las tres partes de la semilla que no dan fruto por dificultades externas y la última de una gran cosecha. Es una invitación a creer en la fuerza del Reino de Dios, o de la Palabra de Dios que, pese a las decepciones y fracasos, es una realidad presente y posee una fuerza que acabará dando fruto.

13, 25 Esta parábola destaca que hay poderes empeñados en impedir la buena cosecha y que la cizaña hay que atajarla, pero con lucidez y paciencia.

 
Segunda parte:

Por eso hermanos míos, sí, es posible llevar la Palabra de Dios a las discotecas, pero lo que se ha de contar, que no será aceptadas por todos, y si ya sabemos que es lo que sucedió al Santo de los Santos, que es Cristo Jesús, y los Apóstoles, totalmente desprendido de todo lo terrenal. No será nada, pero nada fácil evangelizar, cuando en el corazón está dividido, y no es del todo para Jesucristo.

Los corazones que van a esas cavernas de los demonios, sí, me sigo refiriendo a las discotecas, es porque no llevan una vida moral, recta, casta. Y el vicio es obstáculo para aceptar la Palabra de Dios.

La Evangelización se hace precisamente ineficaz, porque no va acompañada de la penitencia, de la oración. Es el apego a lo terrenal lo que imposibilita la propia evangelización. Entonces no está anunciando a Cristo sino así mismo, sirviéndose de Cristo, también esto suele verse en algunas redes sociales, y no suelen aceptar los propios errores para no corregirse. “Yo predico a mi manera”.

El motivo de la predicación es Cristo, nosotros debemos quedar fuera de lugar, solo Dios es importante, Cristo que a todos quiere salvar.

En el comentario hemos leído, que hay poderes que impiden el crecimiento de la cosecha de la fe. El ruido dentro de las discotecas impide oír cuando se está hablando de Cristo, y lo importante es que todos escuchen el mensaje de Dios, salir de ambiente del pecado.

Pero el poder de Dios no tiene límite, la del demonio sí. Por lo que pienso, si una persona quiere evangelizar incluso en las discotecas, además de la oración, penitencia, el tener un corazón completamente bien dispuesto para Dios, si no lo consigue una vez, debería volver otro día, ahora bien, ¿qué es lo que enseña Cristo si no nos escuchan? Cuando el corazón no es puro, es rechazada como rechazaron a Cristo.

·         «El que no entienda la Palabra de Jesús –dice San Juan Crisóstomo-, es porque no lo ama. Ya se arreglarán para entenderlas si se tratase de un negocio que les interesase! Porque esas palabras no son difíciles. Sino profunda. No requieren muchos talentos sino mucha atención » (Benjamín Martín Sánchez, Nuevo Testamento explicado. Apostolado Mariano. Sevilla)

 

Palabras de Benedicto XVI, Papa Emérito:


En el Evangelio de este domingo (Mt 13, 1-23), Jesús se dirige a la multitud con la célebre parábola del sembrador. Es una página de algún modo «autobiográfica», porque refleja la experiencia misma de Jesús, de su predicación: Él se identifica con el sembrador, que esparce la buena semilla de la Palabra de Dios, y percibe los diversos efectos que obtiene, según el tipo de acogida reservada al anuncio. Hay quien escucha superficialmente la Palabra pero no la acoge; hay quien la acoge en un primer momento pero no tiene constancia y lo pierde todo; hay quien queda abrumado por las preocupaciones y seducciones del mundo; y hay quien escucha de manera receptiva como la tierra buena: aquí la Palabra da fruto en abundancia.

Pero este Evangelio insiste también en el «método» de la predicación de Jesús, es decir, precisamente, en el uso de las parábolas. «¿Por qué les hablas en parábolas?», preguntan los discípulos (Mt 13, 10). Y Jesús responde poniendo una distinción entre ellos y la multitud: a los discípulos, es decir, a los que ya se han decidido por Él, les puede hablar del reino de Dios abiertamente; en cambio, a los demás debe anunciarlo en parábolas, para estimular precisamente la decisión, la conversión del corazón; de hecho, las parábolas, por su naturaleza, requieren un esfuerzo de interpretación, interpelan la inteligencia pero también la libertad. Explica san Juan Crisóstomo: «Jesús pronunció estas palabras con la intención de atraer a sí a sus oyentes y solicitarlos asegurando que, si se dirigen a Él, los sanará» (Com. al Evang. de Mat., 45, 1-2). En el fondo, la verdadera «Parábola» de Dios es Jesús mismo, su Persona, que, en el signo de la humanidad, oculta y al mismo tiempo revela la divinidad. De esta manera Dios no nos obliga a creer en Él, sino que nos atrae hacia sí con la verdad y la bondad de su Hijo encarnado: de hecho, el amor respeta siempre la libertad. (Ángelus, Palacio apostólico de Castelgandolfo Domingo 10 de julio de 2011)
 
Ya san Agustín planteaba este problema en un comentario suyo a la parábola del sembrador: «Nosotros hablamos —decía—, echamos la semilla, esparcimos la semilla. Hay quienes desprecian, quienes reprochan, quienes ridiculizan. Si tememos a estos, ya no tenemos nada que sembrar y el día de la siega nos quedaremos sin cosecha. Por ello venga la semilla de la tierra buena» (Discursos sobre la disciplina cristiana, 13,14: PL 40, 677-678). El rechazo, por lo tanto, no puede desalentarnos. Como cristianos somos testigos de este terreno fértil: nuestra fe, aún con nuestras limitaciones, muestra que existe la tierra buena, donde la semilla de la Palabra de Dios produce frutos abundantes de justicia, de paz y de amor, de nueva humanidad, de salvación. Y toda la historia de la Iglesia con todos los problemas demuestra también que existe la tierra buena, existe la semilla buena, y da fruto. (Benedicto XVI, Audiencia General, Plaza de San Pedro, Miércoles 24 de octubre de 2012). 

Dificultades siempre las habrá. Pero nosotros como cristianos no tenemos la costumbre de discutir con nadie, si piensan de distinta forma a la fe de la Iglesia Católica. La discoteca no tiene tierra buena, por lo que hay que ir con cuidado.
Incluso fuera de cualquier discotecas, pero si no quiere oír que le estás hablando de Cristo. Verdaderamente, los hay que hasta blasfeman, ¿Queremos que suceda eso? Claro que no. Cristo tenía que salir de aquellos lugares donde no querían aceptar su Mensaje de Salvación, nosotros no somos más que Cristo (cfr. Jn. 13, 16). Aunque hay algunos temerarios que van por su cuenta, y se valora más así mismo y se olvida de las enseñanzas del Divino Maestro.

Hay muchos sitios por donde se puede llevar la Palabra de Dios, si te cierran la puerta en un sitio, hay otras muchas abiertas, y en algunas de ellas, alguien puede escuchar con agrado aquella Palabra de Jesús, que esperaba durante mucho tiempo. 
 
Hay países que no aceptan la visita de nuestros Papas, y no van, pero desde fuera de aquellos países, se sigue anunciando a Cristo. Y muchos gobiernos no han podido hacer callar al Sucesor de Pedro.

San Pablo nos enseña, como la fe de algunos fueron echado por tierra, hoy los jóvenes atiende más a las discusiones que a la conversión del propio corazón. Pues la propuesta del Cardenal Cañizares de llevar la Evangelización inclusive a las discotecas, ha generado en algunos, que defienden más el deseo de los bailes, de las discotecas, de todo lo profano, olvidándose por completo de los intereses de Cristo Jesús. Si esto pasa ahora, es tanto más nocivo en las discotecas, que no aceptarán el mensaje que les llevaría a la conversión, pues la fe no es para todos.  

  • «Por lo demás hermanos, orad por nosotros para que la Palabra del Señor avance rápidamente y alcance la gloria, como ya sucede entre vosotros, y para que nos libremos de los hombres perversos y malvados; pues no todos tienen fe. Pero  sí que es fiel y os guardará del Maligno.  (2Tes. 3, 1-3)
 

La fe no es para todos, pues hay quienes hacen la guerra a la fe, que no lo aceptan, que la rechazan incluso con brutalidad demoniaca. No tienen fe y no quieren tenerla.

  • «Hermanos, sed imitadores míos y fijaos en el modelo que tenéis en nosotros. Porque muchos —esos de quienes con frecuencia os hablaba y os hablo ahora llorando— se comportan como enemigos de la cruz de Cristo: su fin es la perdición, si dios es el vientre y su gloria, porque ponen el corazón en las cosas terrenas» (Flp. 3. 17-19)

El modelo que tenéis en nosotros, son los santos, los que están unidos a Cristo, modelo Maestro para todos nosotros. Pero aquellos que en vez de elegir el ejemplo de los santos, eligen el ejemplo de los hijos de perdición, siempre procuran su gloria en las cosas terrenales, la vanidad del mundo, las impurezas es toda la gloria que buscan.
 
San Pablo exhortaba incluso con lágrimas, llorando, porque habían elegido el camino de la perdición, por causa del rechazo a Cristo para entregarse a las concupiscencias de la carne, de los ojos, de los placeres mundanos, que duran menos de lo que dura un cirio encendido. Ya que la eternidad no tiene fin. 
 

«Evita las conversaciones profanas e inútiles, porque llevan cada vez más a la impiedad y sus palabras corroen como la gangrena. De estos son (…) que se han desviado de la verdad (…), y echan por tierra la fe de algunos No obstante, el sólido cimiento  de la fe se mantiene firme, con esta inscripción: El Señor conoció a los que son suyos, y todo el que invoca el Nombre del Señor, que se aparte del pecado» (2Tm. 2, 16-20). 

Que conste, que no se trate de negar en ningún momento la Evangelización, sino que no se debe frecuentar en ambientes que nos pueden dañar la fe, pues no somos más que Cristo. «Huye de las pasiones juveniles y sigue en cambio la senda de la justicia, la fe y la caridad y la paz con los que invocan el Nombre del Señor» (2Tm. 2, 22). Es muy recomendable meditar la Palabra de Dios, quien la medita termina por dejarse llevar por el Espíritu Santo, y el “nuestro yo”, tiene en que haber ese momento, en que deje de existir, porque sea Cristo a quien sigamos sus pasos.

 Jesús mismo nos enseña, que no todos los lugares son dignos para anunciar la Palabra del Señor.

«En cualquier ciudad o aldea que entréis, informaos quien hay en ella que sea digno; y quedados allí hasta que os vayáis. Al entrar en una casa dadle vuestro saludo. Si la casa fuera digna, venga vuestra paz sobre ella; pero si no fuera digna que vuelva paz vuelva a vosotros. Si alguien no os acoge ni escucha vuestras palabras, al salir de aquella casa o ciudad, sacudíos el polvo de vuestros pies.. En verdad os digo que en el día del Juicio la tierra de Sodoma y Gomorra será tratada con menos rigor que esa ciudad. » (Mt. 10, 11-15).

Mis queridos hermanos, ¿hay dignidad en las discotecas? ¿Se reúnen allí corazones rectos y humildes? Me parece que el Papa Francisco decía, que los corruptos no aceptarán la conversión. La inmoralidad que se encuentra en las salas de bailes consigue corromper a los corazones de tal manera, que será muy difícil la conversión. Las personas que se convierten terminan por alejarse de esos ambientes de corrupción.

 Hay que atraerlos, con caridad, con humildad, por las cercanías, de quienes quieran predicar, cercanías de las discotecas, sin necesidad de meterse en esos ambientes, pues en el exterior, los interesados que se quieran agrupar, como en tiempo de Jesús, y hablarles del mensaje de salvación eterna. Y siempre hablarse con humildad, porque sin la humildad nadie es capaz de corregirse ni corregir a nadie. «Que corrijan con mansedumbre a los que disienten, por si Dios les da un arrepentimiento que les lleve a reconocer la verdad» (2Tm. 2, 25). Por eso, hay que animarles, invitarles incluso a la oración en comunidad. Pero en el exterior o cercanías de las discotecas, no dentro como es recomendable. Son detalles que hay que tener en cuenta.

«Esto dice el Señor: Si te vuelves a Mí, Yo me volveré a ti. Y si separas lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Ellos se volverán a ti, pero tú no te volverá a ellos.»  (Jer. 15, 19)

No se puede uno lanzar para anunciar al Señor con gran desconocimiento de las Sagradas Escrituras. Sí, es necesario repetir estas cosas, todos nosotros debemos prepararnos todos los días  de nuestra vida, no detenernos, y la Iglesia Católica siempre nos ayuda y educa, y necesitamos poner toda la atención para no desviarnos de la Verdad. Pues el Magisterio de la Iglesia Católica que procede del Espíritu Santo, es fuente de toda verdad con la caridad y la paz.
Pero supongamos, que por fin, al ir a las cercanías de las discotecas, haya personas que estén interesados en escuchar más, en saber más, reza por esas personas para que sigan en ese deseo, sacrifícate por ella, para que el demonio no lo coja por el cuello y lo meta de nuevo en la discotecas, si sucede eso, no debe desanimarse, porque quien no acoge la Palabra de Dios, no significa “fracaso”, pues quien fracasa es quien no acepte el mensaje de salvación.
Las discotecas es uno de los caminos que acuden los que se pierden, si no quieren volver al Señor, es culpa de ellos.
 «Nadie pone un remiendo de paño nuevo a un vestido viejo, porque lo añadido tira del vestido y se produce un desgarrón peor. Ni se echa vino nuevo en odres viejos; porque entonces, los odres se revientan, y el vino se derrama, y los odres se pierden. El vino nuevo lo echan en odres nuevos, y así los dos se conservan». (Mt. 9, 16-17).
Meditación del Papa Francisco, aquí: Vino nuevo en odres nuevos (5 de septiembre de 2014)

Se trata de que es muy importante que cualquier evangelizador conozca bien la Palabra de Dios y la ponga en práctica. Cualquier cosa nueva que se invente para evangelizar no procede del Espíritu Santo. Pues es Dios quien enseña la forma de llevar su Palabra.
En el Evangelio vemos que San Juan Bautista, tenía la libertad de llevar su misión, por las calles, no entró en el palacio de Herodes hasta que fue apresado, encarcelado y asesinado por una causa santa, denunciando el pecado.
 
Y todavía podemos encontrar mucho más en las Sagradas Escrituras, además de las doctrina de los Santos Padres, que en esos ambientes donde abundan el pecado, no es posible la evangelización. No nos conviene dejarnos engañar por el demonio, "ve allí dentro, y evangeliza", nos puede poner en la mente.

Ya había reflexionado, que el Señor nos enseña cuales son los pasos. Pues Cristo no dijo las Bienaventuranzas dentro del palacio de Herodes, sino en el exterior, en un monte, y la gente se sentaba para escucharle con atención. Los caminos, "llamadlo, atraedlo".

Pero ahora tenemos las iglesias, abierta para todos, creyentes y no creyentes, los que no se quieren convertir acuden también, pero para cometer sacrilegios, profanaciones,  robos y otras maldades.

Esto han sido unas pobres reflexiones, y que la situación yo la veo así, Si a mi me tocara evangelizar a las discotecas, no entraría de ninguna manera, sino como he referido, intentaría hablarles con respeto antes que entrasen en esos locales donde abundan los demonios que manipulan a todo el que se divierte para que ofenda al Señor.

Dios les bendiga siempre a todos mis hermanos y hermanas.

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