viernes, 12 de septiembre de 2014

Reflexión/Beato Isaac de Stella: Nada quiere perdonar Cristo sin la Iglesia Católica

1.- Muy buenos días mis buenos hermanos y hermanas, ya estamos a 12 de septiembre, y aunque falta todavía algunas semanas, más de uno ya sabrá que sucederá el Domingo, 30 Noviembre 2014, se trata del tiempo de Adviento. Verdaderamente no todos los cristianos se preparan, ni el Adviento, ni la Navidad no cuenta mucho para los que están atados a las cosas terrenales, solamente un poco de tiempo de fiesta con la familia,  no deben excluir al Señor.
 

Y ya pasando a otro asunto. Hoy pensaba que no podría escribir en este blog, pero aquí estoy, mis buenos hermanos. Estoy aprovechando estos momentos de mejoría, para escribir estas letras, pues la fiebre va y viene, los dolores van aliviándose poco a poco, gracias a Dios. Pero estoy contento.

2.- Qué triste de nuestra vida, cuando en nuestra enfermedad nos lamentamos más de nosotros mismos olvidándonos de orar a lo largo del día. El cansancio por la enfermedad nos puede agotar nuestro cuerpo, ojos cansados, nauseas, dolores de huesos, renales, pero esto, no es nada. Parece que en el momento que lo padecemos si que puede ser algo, pero nunca para salvarnos, debemos exigir a Dios que haga nuestra voluntad, pues no siempre está en relación con la Voluntad de Dios. Todo lo que el Señor nos ofrece es para un bien infinitamente mayor de lo que esperábamos, pero necesitamos permanecer en gracia de Dios, no ofenderle; necesitamos orar constantemente, aunque sea jaculatorias,
 
No debemos renunciar a las medicinas que nos toca tomar, pues pienso, el Señor por estos medios nos alivia más pronto.

3.- No podemos tener paz en nuestra vida si nos ocupamos en asuntos que no nos toca. El Señor nos ha encomendado una misión importante, sabemos cual es y como debemos trabajar, gracias a las Sagradas Escrituras dejándonos guiar por el Magisterio de la Iglesia Católica. Uno de mis problemas, es que por causa de la fiebre y el cansancio no he podido participar de la Eucaristía en más de una ocasión, pero si era voluntad de Dios que me quedase en casa si estamos más o menos grave por falta de salud, debemos ser agradecido a Dios. Porque Él sabe muy bien lo que quiere; y es  nuestra salvación.
 
El cristiano que no se dedica a la vida conforme al Corazón de Cristo, tiene bastantes problemas, no sabe perdonar porque no olvida, pues no queriendo olvidar el daño recibido y quiere vengarse, Aumenta su mal en sí mismo. El Papa Francisco habla de algunos cristianos, exhortando, que aprendan a perdonar, a no murmurar, porque eso no es cristiano. Repito, "no es cristiano", pues el cristiano debe tener una conducta conforme a Cristo, y no meterse en ambientes que no es cristiano, a no sea que sea una ocasión para la evangelización, pero si no va a evangelizar en los estadios de fútbol, en los pabellones de deportes, más vale que no vaya.
 
No es cristiano vivir como paganos, como ateos, nuestra vida en Cristo no debe ser a tiempo parcial. Y por eso, es recomendable con frecuencia acudir al sacramento de la confesión, yo soy de los que piensa al menos una vez por semana, Benedicto XVI dio una catequesis a los niños precisamente en este sentido. Catequesis espontánea de Benedicto XVI a unos cien mil niños.
En la temporada que se acerca, otoño/invierno, cuida bien de tu salud, porque así seguirás llevando el mensaje de Cristo, donde lo necesite. Nunca te falte tu salud espiritual que es más importante. Dios y María Santísima nos bendigan a todos.


Para meditar:
La Segunda lectura de la Liturgia de las Horas,
Tomo IV
De los Sermones del beato Isaac, abad del monasterio de Stella:
Nada quiere perdonar Cristo sin la Iglesia
(Sermón 11: PL 194, 1728-1729)
 
Hay dos cosas que son de la exclusiva de Dios: la honra de la confesión y el poder de personar. Hemos de confe­sarnos a Él. Hemos de esperar de él el perdón. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios? Por eso, hemos de confesar ante él. Pero, al desposarse el Omnipotente con la débil, el Altísimo con la humilde, haciendo reina a la esclava, puso en su costado a la que estaba a sus pies. Por­que brotó de su costado. En él le otorgó las arras de su matrimonio. Y, del mismo modo que todo lo del Padre es del Hijo, y todo lo del Hijo es del Padre, porque por natu­raleza son uno, igualmente el Esposo dio todo lo suyo a la esposa, y la esposa dio todo lo suyo al Esposo, y así la hizo uno consigo mismo y con el Padre: Este es mi deseo, dice Cristo, dirigiéndose al Padre en favor de su esposa, que ellos también sean uno en nosotros, como tú en mí y yo en ti.
 Por eso, el Esposo, que es uno con el Padre y uno con la esposa, hizo desaparecer de su esposa todo lo que hallo en ella de impropio, lo clavó en la cruz y en ella expió to­dos los pecados de la esposa. Todo lo borró por el made­ro. Tomó sobre sí lo que era propio de la naturaleza de la esposa y se revistió de ello; a su vez, le otorgo lo que era propio de la naturaleza divina. En efecto, hizo de­saparecer lo que era diabólico, tomó sobre sí lo que era humano y comunicó lo divino. Y así es del Esposo todo lo de la esposa. Por eso, el que no cometió pecado y en cuya boca no se halló engaño pudo muy bien decir: Misericordia, Señor, que desfallezco. De esta manera, participa él en la debilidad y en el llanto de su esposa, y todo resulta común entre el esposo y la esposa, incluso el honor de recibir la confesión y el poder de perdonar los pecados; por ello dice: Ve a presentarte al sacerdote.
 Nada podría perdonar la Iglesia sin Cristo: nada quiere perdonar Cristo sin la Iglesia. Nada puede perdonar la Iglesia, sino al que se arrepiente, o sea, al que ha sido tocado por Cristo. Nada quiere mantener perdonado Cristo al que desprecia a la Iglesia. Pues lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre. Es éste un gran misterio; y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
 No quites la cabeza al cuerpo. Así no podría estar el Cristo total en ninguna parte. En ningún sitio está entero Cristo sin su Iglesia. En ningún sitio está entera la Iglesia sin Cristo. Porque el Cristo entero e integral es cabeza y cuerpo. Por eso dice el Evangelio: Nadie ha subido al cielo, sino el Hijo del hombre, que está en el cielo. Y éste es el único hombre que puede perdonar los pecados. 
 
Oración:
Señor, tú que te has dignado redimirnos y hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que, cuantos creemos en Cristo, obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

1 comentario:

  1. En primer lugar José Luis, desearte que te mejores, y lo digo de todo corazón, ya verás como pronto estás bien. No nos conocemos personalmente, pero eres un gran amigo, y una gran ayuda para quienes te leemos, pues nos alivias el espíritu con lo que escribes, nos guías día a día. Gracias mil, y cuídate mucho.

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