martes, 17 de diciembre de 2013

La alegría del Evangelio -Evangelii Gaudium-

Los Evangelios en tu celular con nueva aplicación de ACI Prensa: Regalo de cumpleaños para el Papa
 
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¿Quién ha leído la exhortación completa del Papa Francisco? Seguro que lo habrán terminado muchas personas. Yo comienzo en este día, pues lo he comprado, de la editorial BAC.

La exhortación: Evangelii Gaudium, ya había leído algunos textos por Internet, pero me resulta más cómodo, haber comprado el libro, ya que puedo llevarlo a cualquier parte, para leerlo con más tranquilidad, el aire fresco en el parque, en un monte, pero no es que me vaya ahora a un monte, porque el tiempo esta nublado y anuncia algo de lluvia.

Los escritos espirituales de los Santos Padres no podemos olvidarlo, porque si el Señor quiere que todos lleguemos al conocimiento de la verdad, no debemos poner obstáculos culpables. Si el Espíritu Santo sobre todo se nos manifiesta a través del Magisterio de la Iglesia Católica, no debemos hacer oídos sordos, ni desviar nuestra mirada de Dios que tanto nos ama.
 
 
El Santo Padre comienza así en Evangelii Gaudium

  • «La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. En esta Exhortación quiero dirigirme a los fieles cristianos, para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años. Evangelii Gaudium, 1, pág. 3, BAC). »
 
La invitación del Papa es que nos encontremos con Cristo Jesús, pues de Él aprendemos el verdadero sentido de la alegría cristiana, son muchos los que unidos a Cristo nos han enseñado. Y hasta en el día de hoy. Pero todavía hay quienes confunden la alegría cristiana, con la "alegría" que hace creer nuestro hombre viejo.
 
El hombre viejo desconoce el Evangelio, no busca a Cristo porque no se quiere abrir al Espíritu Santo, su alegría es mundana, por lo que contiene un veneno que en muchas ocasiones llega a ser mortal.
 
La alegría que Cristo nos ofrece, es también ser felices, en medio de nuestros padecimientos, dolores y enfermedades, no falta la alegría porque el alma esta en Gracia de Dios. ¿Adversidades terribles? es verdad que nuestro cuerpo notara como una tristeza, pero no es eso lo que Dios quiere para nosotros, una vida triste y oscura.
 
Ha habido momentos oscuros en mi vida, crisis, pero cuando dirijo mis pensamientos al Evangelio, esas sombras tristes se desvanece, ¿sabe que es lo que causa que en un momento estemos tristes y otras veces somos felices? Cuando no buscamos a Cristo, estamos a oscuras, completamente, pero cuando le buscamos, salimos de esa  oscuridad, porque abrimos nuestro corazón a Él.
 
De la lectura al Evangelio a la oración, de la oración a la contemplación interior, entonces, la tentación de la tristeza, se aleja de nosotros. Nos hemos decidido por Cristo, porque Él ha sido el primero en venir a nuestro encuentro.
 
El Evangelio nos ayuda a resolver todos los problemas que tenemos, el resentimiento no forma parte de la vida del creyente.
 
Oímos muchas palabras de nuestros queridos Papas, nos gusta, nos complace, porque nos lleva siempre hacia Cristo, no me molesta repetir estas cosas.
 
Pero escuchar al Papa, "o si, qué bien habla, que bien dice las cosas", y si luego nos olvidamos, y volvemos a los afanes del hombre viejo, nos estamos engañando.

¿Has experimentado en llevar el Nuevo Testamento, comenzado por los Santos Evangelios, y te ha sentido triste? Si amas a Cristo, nada de tristeza, meditar el Evangelio es dejar entrar la alegría en tu corazón, y no debes dejar de embellecer tu alma, para que Dios se complazca, que se sienta cómodo contigo, porque amas a Cristo y has  dicho que sí. Que eres constante; que aceptas la Santísima voluntad de Dios.
 
Ningún pensamiento nos debe alejar de Cristo, ningún afán o preocupación nos debe separar de esa alegría que por la Resurrección de Cristo.
 
Desgraciadamente, se ha confundido la alegría cristiana, con la diversión. Pues nosotros hagamos esto, sabiendo que Jesús nos quiere alegre, es decir, que no seamos mundanos, también aceptaremos los sufrimientos de la forma que el Señor nos disponga, no debemos resistirnos: "¿Qué he hecho yo para merecer esta cruz"? No podemos caer en ese tipo de tentación, pues estamos en un valle de lágrimas. Hay dos clases de sufrimientos,  dos clases de lágrimas, pero una de ella no procede del pecado, una de ella no procede de la injusticia.
 
Hoy es martes, Tercera semana de Adviento.
 
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