lunes, 15 de octubre de 2012

Indulgencia plenaria para muchos en el Año de la fe

Benedicto XVI:
  1. «No se puede hablar de la Nueva Evangelización sin una disposición sincera de conversión»
  2. «quien aprende a creer, aprende también a arrodillarse. Una fe o una liturgia que no conociese el acto de arrodillarse estaría enferma en un punto central. »


Necesitamos aprovechar los tiempos que la Iglesia Santa y Católica que nos ofrece en las indulgencias plenarias, no podemos recibirla como si fuéramos sacos rotos, sino todo lo contrario, como una armadura que por la Gracia de Dios, el pecado no puede entrar, sino que queda atrás.

¿Puede aprovecharnos las indulgencias plenarias, si no rompemos con la esclavitud de nuestros vicios y pecados? A mi parecer, es de temer que no es así, porque por una parte buscamos la perfección, pero no llegamos a renunciar del todo aquellas imperfecciones que nos están atando. Necesitamos entonces, acudir al Señor, y también a la Madre de Dios. "Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad", los vicios más inmundos llegan a desvanecerse gracias al esfuerzo personal por la perfección y vida de santidad.
De rodillas, ante el Sagrario, como un santo y piadoso religioso franciscano me contó, con lágrimas en los ojos, suplicaba día tras día al Señor, "libradme de este vicio, es un infierno" Se había tomado en serio la santidad, su fe y amor a Cristo, y perseverancia, el Señor le concedió lo que pedía, día tras día.
Es urgente que nuestro corazón se dedique íntegramente a un sólo Señor, no a lo que el mundo pueda ofrecernos, es verdad que nos puede parecer placentero, agradable, porque parece que no hay pecado, pero si lo examinamos bien, nos encontraremos, que aquello que nos está ofreciendo el mundo, nos aparta del camino de la vida de la oración, del recogimiento interior, de la contemplación, por lo que al momento que podemos recibir las indulgencia plenaria, el mismo día, arriesgamos a perderlo.
Estamos en el Año de la Fe, ¿la fe en qué? porque no es suficiente por una parte hablar de fe, y por otra hay obediencia a la Iglesia Católica, me refiero cuando no hay el menor interés, de celebrar la Sagrada Liturgia según las normas de la Iglesia Católica.
EL texto "normas de la Iglesia Católica" llega a ser excesivamente incómodo por quienes están acostumbrados a vivir al margen de la doctrina de la Iglesia Católica, no me refiero a los que están fueras, sino que a los que están dentro, algunos, no todos, no se animan a obedecer al Papa y al mismo tiempo traiciona a Cristo, sin tenerlo en cuenta, por tanto a su propia vocación, y a toda la Iglesia Católica. 
Las indulgencias plenarias es no volver al pecado, se nos perdona los pecados anteriores, siempre cuando la recibamos según las disposiciones de la Santa Madre Iglesia Católica, que no significa, retornar al vómito de nuestros vicios y pecados.
 
No podemos de ningún modo poner nuetro corazón a la cultura del paganismo, porque a los ojos de Dios, seríamos unos mentirosos, los apegos o ataduras a las aficiones personales que este mundo ofrece, convierte a sus seguidores en el camino de la mentira y la falsedad, los hacen idólatras, (lo cual está explicado en otras reflexiones anteriores)

Saquemos con mucho aprovechamiento espiritual, todas las indulgencias, que lo podemos aplicar también a la benditas almas del Purgatorio, ellas desde el cielo, ya intercederán por nuestra conversión y salvación eterna. Pero no olvidemos con la ayuda de Dios, por lo que nos toca, ir poniendo fin a aquellas esclavitudes que nos impide caminar más rápidamente por la vida de perfección y santidad.


Para saber más:

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