“Como está el mundo”, -leo por ahí- “España es un asco, “no hay solución”, “demasiada corrupción”, etc.
Pero nosotros, ¿es esa nuestra ocupación? ¿No es mejor orar con perseverancia? O es acaso hacer “críticas”, pues llegará un momento, en que esas críticas al mundo, harán contra la Iglesia Católica. “La Iglesia está equivocada” y lo dicen no solamente sus enemigos, pero más grave es la enemistad con Dios, cuando quien hace críticas a la Iglesia Católica, al Papa, se dice llamar “cristiano”.
- ¡La Iglesia Católica no está nada equivocada, precisamente porque está pendiente de Dios. No así, los lobos con piel de oveja, que haciéndose pastores, la quieren destruir desde dentro
No mis buenos hermanos, España no es un asco, sino cada pecado nuestro, cada vicio, cada infidelidad a Cristo, y debemos evitar ser afectados por la superficialidad, mediocridad. A España la han corrompido, y la quieren destruir por completo, los cimientos de la fe católica.
Una de las cosas que el demonio hace, es que estemos más pendientes de la corrupción, y así que dejemos de orar, o que nuestra oración no tenga pasos de perfección ni vida de santidad.
Muchos dicen, "soy católico pero no practico", o sea, que si no reza, no practida, si se aficiona a las cosas de este mundo, está desinteresado por la labor que corresponde para Cristo.
Inútil es el siervo que no hace lo que debe hacer para su Amor, la oración, la penitencia, el sacrificio, el que no practica no ayuna. Es el que no practica o lo hace tibiamente, es como aquel siervo inútil, que prefirió esconder su talento bajo tierra, y luego dejar pasar el tiempo.
Necesitamos purificar nuestro corazón, sentimientos, pensamientos, porque esas críticas vienen a partir de la esclavitud con el pecado.
El Cristiano, no debe solamente ir a Misa, sino poner toda su atención al Evangelio de Cristo, retenerlo en su corazón. Si meditamos constantemente la Palabra de Dios en nuestra vida, no tendremos tiempo para lanzar miradas a ver lo que sucede en el mundo, pero si hay una mirada fugaz, rápidamente, hemos de orar, recogido, en reparación de aquellas ofensas que se comete contra el Altísimo.
Ir orando por la vida, es no estar pendiente en los sucesos del mundo, el cristiano debe estar en permanente comunión con el Corazón de Jesús y con el Corazón de María Santísima, estar con ellos por el bien nuestro y el del mundo.
Vanidad de vanidades todo lo que no sea una entrega generosa por nuestra parte a Dios.
Vanidad de vanidades todo lo que no sea recogimiento, humildad, con el corazón momento a momento para Dios nuestro Salvador.
Abominación es todo lo que atenta contra la castidad, la moral. Cuánto mejor nos dedicamos a la oración, más comprenderemos que el ruido del mundo, no tiene relación con las virtudes cristianas, por ejemplo, la ansiedad en el cristiano, termina por aplaudir, lo que cree justo. Precisamente, en lo que es justo al Señor, los aplausos no son cristianos, sino que es una actitud que procede del corazón que todavía no se ha recuperado por una actitud mundana.
“Qué exagerado eres José Luis, cuando hablas de los aplausos” Meditemos lo que hacía Jesús cuando la gente le aclamaba, que huía de ellos. Los Santos Padres, San Francisco de Asís, San Buenaventura, San Josemaria Escrivá de Balaguer, ¿qué es lo que os enseña? De los Santos Padres estos y otros, y sobre todo del Evangelio, que encontramos que los aplausos, al menos nosotros como hijos e hijas de Dios, no podemos repetir lo mismo que los mundanos, para no perder mérito ante Dios.
También nuestro Papa Benedicto XVI, hablaba sobre los aplausos, no lo acepta. Pero dirá alguno, ¿Es que el Papa también a aplaudido? Yo respondo, ¿estás más pendientes por lo que ves exteriormente, y no en su corazón, que está lleno de amor de Dios. Y si a este Santo Papa Benedicto XVI, se le ha visto aplaudir, es que no se medita sus enseñanzas. En todo caso, El Papa Benedicto XVI, le sucede como a San Ambrosio, que es doctor de la Iglesia Católica.
Pero meditemos ahora, el Evangelio de hoy, tenemos todo el día, para la oración, la meditación y el recogimiento.
EN la lectura de hoy, pero que un servidor lo escribe desde la Santa Biblia, versión de los originales de la Conferencia Episcopal Española:
Riquezas y preocupaciones:
Dice Jesús:
«No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y carcoma los roen, y los ladrones que abren boquetes y roban . Porque donde está tu tesoro allí estará tu corazón. La lámpara de tu cuerpo es tu ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz, pero si tu ojo está enfermo, tu cuerpo estará a oscuras. Sí, pues, si la luz que hay en ti es oscura, ¡cuánta será la oscuridad!»
Notemos aquello que dice: «Porque donde está tu tesoro allí estará tu corazón». Meditemos, ¿dónde se inclina más mi corazón? No tiene a Cristo como Señor, quien sigue las exigencias de lo mundano. Cristo nos da la vida, el mundo nos ofrece regalos de muerte, pérdida de la fe, caridad cristiana, y una eternidad amarga y tormentosa, si hasta el último momento, no hemos convertido nuestro corazón a Dios.
Nuestro trabajo por el Señor, tiene que tener un fin, y es no buscar nuestra propia gloria. Sino la voluntad el Señor, y el bien de nuestros hermanos y hermanas.
Continuamos poco más:
«La lámpara de tu cuerpo es tu ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz, pero si tu ojo está enfermo, tu cuerpo estará a oscuras. Sí, pues, si la luz que hay en ti es oscura, ¡cuánta será la oscuridad! »
¿Podemos evitar esta oscuridad? Ciertamente, sí, pero sería peligroso para nosotros de ir primero a la luz, luego a la oscuridad, luego a la luz, y a la oscuridad. Esto no es serio, no podemos entregarnos al demonio que siempre está acecho en la oscuridad, de todo lo mundano, no solamente en los vicios y pecados.
Un examen sincero de nuestra conciencia, sacar toda la oscuridad interior, mediante el sacramento de la confesión, y la luz que el Señor nos envíe, nos ayudará a ver las cosas con más claridad. Pero una vez que vivamos en la claridad de Dios, no hay necesidad luego, como hacen tantas almas, de volver a las oscuridades de sus vicios, del pecado, del mundo, que eso es corrupción y muerte.
Un examen sincero de nuestra conciencia, sacar toda la oscuridad interior, mediante el sacramento de la confesión, y la luz que el Señor nos envíe, nos ayudará a ver las cosas con más claridad. Pero una vez que vivamos en la claridad de Dios, no hay necesidad luego, como hacen tantas almas, de volver a las oscuridades de sus vicios, del pecado, del mundo, que eso es corrupción y muerte.
Queremos permanecer en la luz, y no salir de ahí, no separarnos de Cristo. Quien no se aparta de Cristo ni un solo momento, sabe lo que quiere, sabe a dónde camina.
Cristo es nuestro tesoro, no andemos preocupados por cosas que no están relacionado con Cristo.
Para el aficionado en el deporte, su tesoro no es Cristo, aunque comulgue o haga algunba señal de la cruz, pues muestra más entusiasmo en aquella afición idolátrica, que en renunciarla por amor a Cristo para su salvación.
Admiro esas almas tan dignas y valientes, porque ellos mismos, han encontrado el verdadero Tesoro, comparten, meditan la Palabra de Dios. Estas almas amigas, tan amigas de Dios, comparten sus reflexiones con nosotros, nos ayuda a salir y vencer nuestra pereza espiritual.
Al haber terminado de escribir, sobre los primeros párrafos, veo que es necesario denunciar la maldad para no hacernos cómplices del pecado ajeno. Pero sobre todo hemos de hacer, si queremos ser parte de la solución, penitencia, oración. Pues no sirve de nada las quejas contra la maldad, si el corazón no se une con los Sagrados Corazones de Jesús y María Santísima. Y esto es, entre otras cosas, no colaborar con este mundo, yendo a encuentros deportivos, pues nos estamos contradiciendo.
Algunos dicen que "el deporte es bueno y saludable, hace unidad", es un gran error, El Evangelio y las epístolas de los apóstoles, nos enseña todo lo contrario, si sabemos meditar atentamente, con el espíritu, no con los ojos de la carne, sino con el corazón. ¡No! queridos hermanos, nuestro verdadero tesoro pertenece a este mundo.
Al haber terminado de escribir, sobre los primeros párrafos, veo que es necesario denunciar la maldad para no hacernos cómplices del pecado ajeno. Pero sobre todo hemos de hacer, si queremos ser parte de la solución, penitencia, oración. Pues no sirve de nada las quejas contra la maldad, si el corazón no se une con los Sagrados Corazones de Jesús y María Santísima. Y esto es, entre otras cosas, no colaborar con este mundo, yendo a encuentros deportivos, pues nos estamos contradiciendo.
Algunos dicen que "el deporte es bueno y saludable, hace unidad", es un gran error, El Evangelio y las epístolas de los apóstoles, nos enseña todo lo contrario, si sabemos meditar atentamente, con el espíritu, no con los ojos de la carne, sino con el corazón. ¡No! queridos hermanos, nuestro verdadero tesoro pertenece a este mundo.
Leerte es despertar y abrir los ojos a la realidad, es comenzar a mirarse por dentro para ver lo que tenemos en nuestro interior. Cuánta razón tienes amigo. Gracias. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Querido hermano Pepe, sólo Cristo nos ayuda a todos a ver las cosas con más claridad, cuando estamos en comunión con la Iglesia Católica y nuestra obediencia al Santo Padre, el «Dulce Cristo en la tierra» ; sucesor del Apóstol San Pedro: Benedicto XVI.
EliminarCuando nosotros nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, hacemos lo que podemos, pero lo más meritorio es de Jesucristo.
Como bien sabes, cuando leemos la Sagrada Escritura, es ahí dónde encontramos nuestras delicias.
Que cada día seas más santo, hermano Pepe.