Gloria y alabanza a la Santísima Trinidad y a la Santísima Madre de Dios.
Este año, pensaba que con unos resfriados me bastaba, pero era el comienzo de una gripe, y ya cercano a la primavera, que comenzará entre el 21 y 22 de marzo. Los cambios de temperaturas, que a veces parece que puede haber un tiempo primaveral, antes de esas fechas, pero en las frías mañanas, todavía es necesario ir más abrigado, me refiero la bufanda, que no la consideré a su tiempo.
Cuando el alma busca al Señor, se siente feliz, aún cuando esté debilitado físicamente. Pero las enfermedades física debe ser también remedio para que la salud espiritual, no se debilite. Jesucristo nuestro Señor nos ofrece los remedios más importantes, y la Iglesia Católica, para no perder la salud espiritual, aún cuando aparezca nubes oscuras, que las debemos dejar que pase de largo.
Los dolores de cabeza, hemos de pensar en la corona de espinas que Jesús padeció de camino al Calvario, las llagas de su cuerpo, son causas para no lamentarnos de nuestras dolencias y enfermedades. Toda nuestra vida debe ser un servicio para gloria de Dios, y en bien de todos nuestros hermanos y hermanas.
Uno puede estar físicamente enfermo todo el año, pero hay almas que no padecen enfermedades físicas, y sin embargo están terriblemente enfermos, en su vida interior, porque no se dedican a la oración con todo su corazón, no piensan en su propia conversión. ¡Esto es verdaderamente terrible para su alma! pero que ha quedado insensible ya por vicios y pecados, que ha dejado de reconocer su gravedad. Y perder el sentido grave del pecado es un gravísimo mal para sí mismo.
- San Cirilo Alejandrino: «Los fieles tienen la costumbre de armarse con la señal de la santa cruz, y nosotros nos hemos servido siempre de ella para destruir los enredos y celadas del demonio y resistir a sus ataques, porque consideramos la cruz como un muro impenetrable; en ella ponemos toda nuestra gloria, y creemos que nos procura la salud: por esto el grande Doctor, San Pablo, escribe: que sentiría gloriarse en otra cosa que no fuese la cruz de Jesucristo.» (, in Isal. p. 294, Tom. 4, sent. 6, Tric. T. 8, p. 98.)"
Por eso, no podemos encontrar motivos de lamentarnos cuando alguna enfermedad física, dolencias, nos afecte, ya que hemos de asociarlo a los sufrimientos de Jesús. Pues, ¿es correcto que Jesucristo padeció mucho sufrimiento, y la Santísima Virgen María, y nosotros no queremos pasar por enfermedades? Jesús y María Santísima, siendo verdaderamente santos, sin una mancha de pecado, padeció mucho más que nosotros. Y sin embargo no nos lo tienen en cuenta, sino que nos perdona porque nos ama verdaderamente. Nosotros que hemos causado sufrimientos y dolores al Corazón Inmaculado de María Santísima, Ella intercede por nosotros, es la Madre de la misma Misericordia.
Como me ayuda hoy tu entrada hermano. Lo estoy pasando mal con un problema de salud que tiene mi niña que me colma de sufrimiento e impotencia. Pero si miro a Maria, si pienso en mi dolor y lo comparo al suyo... Si lo ofrezco por otros niños más enfermos...Que diferentes son las cosas.
ResponderEliminarGracias.
Un abrazo.