jueves, 24 de noviembre de 2011

Que debemos hacer para no perder nuestra fe cuando vamos a Misa

Actualizado 17 de julio de 2013
No puede ayudar a nadie al crecimiento de la fe, cuando ya no se valora el sacrificio de la Santa Misa.

Es preocupante que haya personas, sean sacerdotes o seglares, que ignoran por completo el verdadero sentido de la Misa, es una realidad.
Lo que no es una misa: un teatro; un circo, no es un juego, no es ningún entretenimiento, no es nada de este mundo. Sin embargo, es así, como muchas veces, algunos tratan de celebrarlo, de cualquier forma, pero evitando esa unidad con la Iglesia Católica. Una misa a la medida del hombre viejo.
En las misas de campaña, tantos años, ¿Qué es lo que sucede? Según se dice, que hay menos  vocaciones, en España hay más delitos, más perversiones y apostasía. Si la celebración es para complacer a los mundanos, se está ofendiendo en gravedad al Señor.

Una misa bien celebrada puede ayudar del modo como lo hacía el Santo Cura de Ars. La Misa del Santo Padre Pío, puede despertar corazones y conciencias dormidas. Las misas de hoy no ayudan a amar al Señor: causa tibieza, irreverencias, indiferencias.  

Pienso que si la Misa se celebra según los propios antojos, no se ha comprendido en absoluto el verdadero sentido de la Liturgia, y más que llevar almas a Dios, es una raíz perversa, no la Misa, sino esa profanación a la sagrada Liturgia, ese desinterés total por el mismo sentir de la Iglesia Católica, terminará por completar lo que el enemigo quiere, la perdida de la fe y la apostasía.


Está comprobado repetidas veces, y se está viendo, que cuando un comulgante, coge la Sagrada Comunión con la mano y de pie, la fe de los comulgantes se está apagando como la llamita de una vela. Estos excesos hace ahora, por consentimiento y deseo de algún sacerdote… que los comulgantes coja la sagrada Comunión con la mano. Como aquella niña, que teniendo el cáliz sobre el altar, con la comunión que ha cogido, lo moja. Esta conducta ofende mucho al Señor, no hay fe, no hay respeto al Señor, pero los excesos no paran ahí, ahora, esta lectura es demasiado larga, y hay que enseñar a los feligreses, “quiero decir la mitad de esta lectura”. Así lo quiere el sacerdote, la gente parece que está conforme.

Los sacerdotes de hoy, no son como aquellos santos y piadosos sacerdotes. Cuando ya se pisotea los valores de la Sagrada Eucaristía, no hay manera que a la edad de por ejemplo, en alguno, no en todos los sacerdotes, deben dejar de celebrar; me explicaré mejor. Me refiero, que un sacerdote, a lo largo de la celebración de la Santa Misa, a cada momento la interrumpe para hablar de sus cosas del pasado, más le convendría retirarse definitivamente y dedicarse a la vida de oración y contemplación. Porque no se puede ofrecer a los feligreses, que cuando en la lectura del Evangelio, quede interrumpida para explicar lo mismo que puede hacerlo en la homilía. No se debe cortar la Palabra de Dios, pues esta acción no ayuda a crecer nuestra fe. Del mismo modo, que a lo largo de la Santa Misa, otras repetidas interrupciones para hablar de las cosas suyas personales, nadie le ha preguntado su edad, pero decirlo en repetidas ocasiones, sí, 80 años.
Y es terrible: "No es necesario que os arrodilléis"; "Coged la comunión con la mano". Por eso decía, que más le convendría y convienen a sacerdotes como este, que lo mejor que pueden hacer, es retirarse para una vida de oración que le pueden abrir los ojos, y amar al Señor.
 
En otros casos, cuando por simpatizar con la mundanidad, se cometen graves errores...

Que no es así, hermano sacerdote, que aquella anciana no tiene por qué sostenere el cáliz para que los comulgantes cojan la comunión y la moje, que no, mi querido hermano sacerdote, que no estás ayudando a la niña para la vida de santidad, cuando usted hace que coga la comunión con la mano y la moje en el cáliz, ¿por qué repite estas acciones a diario? Mi deseo es que no quiero que Cristo se aleje de usted, no le eche fuera.

Es bueno para todo el pueblo, para toda la comunidad cristiana estar más atentos a los asuntos del Señor, que se aprende más que poniendo nuestros oídos al mundo. Que ya sabemos los problemas que hay.


Insistiré en la defensa de la Sagrada Eucaristía, otros muchos que aman al Señor ya lo hacen.
 
Pues hay quienes insisten (sacerdotes que no obedecen; ya que les resulta más cómodo la propia voluntad que no la de Dios)  en hacer lo contrario a lo que enseña la Iglesia Católica.
Los Papas, cuando más fuerte es su relación con Cristo, con su amor, más comprende la necesidad de extender las enseñanzas sobre la necesidad de comulgar de rodillas y en la boca. Pero cuando el alma, cuando menos relación tiene con Cristo, la indiferencia de comulgar de pie y en la mano, no le preocupa, pero si esta misma persona, comprende un día, que después quiere comulgar de rodillas y en la boca, es porque ha crecido más su amor a Cristo Jesús.

Hubo un tiempo, en que yo, solía comulgar de pie, pero nunca en la mano, era más bien tibio, superficial, mediocre, por cumplir unas enseñanzas externas de lo que enseña la Santa Iglesia Católica, Mi poca oración, y muy mala, (no quiero decir que ahora soy perfecto), decía que mi oración no era tal oración, por eso comulgaba de pie, sin devoción, aunque reconocía ahí la presencia de Dios en la Eucaristía. Gracias a Dios que envió al Papa Juan Pablo II, por primera vez a España, y yo le veía por la televisión, el Señor ya comenzó a trabajar en mi. Me ayudaba a corregirme, también estoy agradecido a la Santísima Madre de Dios, Jesús y María Santísima, me ayudaron sobremanera en aquella situación de crisis. Con los años comprendí, a la luz del Espíritu Santo, como uno puede crecer en santidad, (estoy en camino en ello) porque comencé a comulgar de rodillas y en la boca. Había sacerdotes piadosos, muy buenos, que enseñaban esas cosas, era Cristo en esos santos sacerdotes, ya están en el cielo. Y por eso, reconozco, que cuando más amamos a Cristo, más debemos arrodillarnos para recibirle en la boca sin necesidad de extender la mano. Es posible que haya personas que le cueste entender todavía esto, pero estoy seguro que de un momento a otro, por su amor a Cristo, y su entrega generosa a Dios, se arrodillará para recibir a Cristo, aunque no haya comulgatorios. Este ejemplo ayudará a otros a repetir lo mismo, pues lo he visto, aman de verdad a Cristo Jesús.
La fe me ayuda a descubrir las maravillas de Dios. Yo sé que cuando en el momento de la consagración, mientras muchos prefieren no arrodillarse, hay una multitud de ángeles que se arrodillan ante el Santísimo.
Mientras que un alma no viva plenamente el amor de Cristo, no aprobará la comunión de rodillas y en la boca. Pero los verdaderos amigos y amigas de Dios, los santos, tanto han crecido en la fe, que nos animan a este mismo camino de santidad, abrir totalmente nuestro corazón a Dios, la perseverante obediencia en el fiel cumplimiento de la Voluntad de Dios.

  Como van a Misa y han perdido la fe,
La Santa Misa no es un medio de perder nuestra fe, pero para algunos, ya la han perdido en su totalidad, y no hay manera de que quieran cambiar conforme a la fe de la Iglesia Católica.
Pues se le puede dar a un documento a un sacerdote, imáginandose de que se trata de la defensa de la Eucaristía, de los derechos de Cristo de enseñanzas de los Papas, no quieren aceptarlo, y lo mismo algún seglar que se ha acostumbrado, incluso como me dijo, que como Dios es misericordioso, no existe el infierno, pues los pecadores no entran ahí.
  La fe se ha perdido en muchas pobres almas. ¿Cuántos sacerdotes habrán oído lo que enseñan el Papa para una liturgia digna y bien ordenada? Una religiosa me dijo, que “el sacerdote ya conoce esos documentos, pero hay ocasiones en que se debe hacer lo que quiere el sacerdote”
Si es verdad que existen sacerdotes, que son felices, se debe a su compromiso constante con la Voluntad de Dios, su fidelidad al Papa, al Magisterio de la Iglesia Católica, también es verdad, que lo he oído alguna vez en Radio María, que hay sacerdotes, que no son felices.
La felicidad del sacerdote no se encuentra en una entrega a los entretenimientos del mundo, tampoco causa felicidad al identificarse con el proceder del mundo, en su vestir, pensar,
Los sacerdotes que piensan como piensa en Cristo hacen mucho bien.
Pero si alguno ha perdido la fe, el respeto a Cristo, obliga a que los feligreses acepte con la verdad, una mezcla de errores y opiniones personales.
El uso de la bandeja durante la Sagrada Comunión, etc. Lo que ordena la Iglesia no hay que hacer caso. Pues si no hace caso a la Iglesia está desobedeciendo a Cristo con grave rebeldía.
No soy el único que recomienda ahora que es preciso, andar kilómetros, para buscar otra parroquia donde no nos hagan perder la fe. Pues a un sacerdote dijo en una ocasión, que los parroquianos deben ir a su propia parroquia. Pero es bueno que sepa, hermanos sacerdotes, que nosotros los feligreses, queremos crecer en santidad, en amor a Cristo, vivir el Evangelio sin mezcla, y en la parroquia cercana de mi localidad, hay sacerdotes, no uno, y me refiero a una institución salesiana, pues también hay otras que cometen abusos litúrgicos, y están haciendo daño a los fieles. Yo no puedo decirles nada, porque tengo la experiencia del rechazo, pero es que no me rechazan a mí, rechazan a Cristo y a la Iglesia Católica. Quiera Dios que este mensaje llegue al Arzobispado, por ejemplo de Valencia. Pues Cristo está siendo muy maltratado por una diversidad de sacerdotes que hacen de la Liturgia como algo personal,

 


INSTRUCCIÓN Redemptionis Sacramentum Sobre algunas cosas que se deben observar o evitar a cerca de la Santísima Eucaristía
CAPÍTULO IV LA SAGRADA COMUNIÓN
2. LA DISTRIBUCIÓN DE LA SAGRADA COMUNIÓN.
[93.] La bandeja para la Comunión de los fieles se debe mantener, para evitar el peligro de que caiga la hostia sagrada o algún fragmento. (CONGR. CULTO DIVINO Y DISC. SACRAMENTOS, Dubium: Notitiae 35 (1999) pp. 160-161.)
Esta Instrucción, preparada por mandato del Sumo Pontífice Juan Pablo II por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en colaboración con la Congregación para la Doctrina de la Fe, el mismo Pontífice la aprobó el día 19 del mes de marzo, solemnidad de San José, del año 2004, disponiendo que sea publicada y observada por todos aquellos a quienes corresponde. En Roma, en la Sede de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en la solemnidad de la Anunciación del Señor, 25 de marzo del 2004.
FRANCIS CARD. ARINZE Prefecto
DOMENICO SORRENTINO Arzobispo Secretario
    
El Santo Padre Benedicto XVI también insiste en la importancia de la obediencia a las normas litúrgicas.
 La verdad supone un conocimiento claro del mensaje de Jesús, transmitido gracias a un lenguaje inculturado comprensible, pero necesariamente fiel a la propuesta del Evangelio. En los tiempos actuales es urgente un conocimiento adecuado de la fe, como está bien sintetizada en el Catecismo de la Iglesia católica, con su Compendio. La educación en las virtudes personales y sociales del cristiano, así como la educación en la responsabilidad social, forman parte también de la catequesis esencial. Precisamente porque la fe, la vida y la celebración de la Sagrada Liturgia como fuente de la fe y de vida son inseparables, es necesaria una aplicación más correcta de los principios indicados por el Concilio Vaticano II en lo que respecta a la Liturgia de la Iglesia, incluyendo las disposiciones contenidas en el Directorio para los obispos (cf. nn. 145-151), con el propósito de devolver la Liturgia su carácter sagrado.
  • Con esta finalidad mi Venerable predecesor en la Cátedra de Pedro, Juan Pablo II, quiso renovar «una apremiante llamada de atención para que se observen con gran fidelidad las normas litúrgicas en la celebración eucarística. (...) La liturgia jamás es propiedad privada de alguien, ni del celebrante, ni de la comunidad donde son celebrados los santos misterios» (Carta encl. «Ecclesia de Eucharistia» N. 52). Redescubrir y valorar la obediencia a las normas litúrgicas por parte de los Obispos, como «moderadores de la vida litúrgica de la Iglesia», significa dar testimonio de la misma Iglesia, una y universal, que preside en la caridad.
Continuando con el Magisterio del Santo Padre Benedicto XVI:
  • «En los trabajos sinodales se ha insistido varias veces en la necesidad de superar cualquier posible separación entre el ars celebrandi, es decir, el arte de celebrar rectamente, y la participación plena, activa y fructuosa de todos los fieles. Efectivamente, el primer modo con el que se favorece la participación del pueblo de Dios en el Rito Sagrado es la adecuada celebración del Rito mismo. El ars celebrandi es la mejor premisa para la actuosa participacio (…). El ars celebrandi proviene de la obediencia fiel a las normas litúrgicas en su plenitud, pues es precisamente este modo de celebrar lo que asegura desde hace dos mil años la vida de fe de todos los creyentes, los cuales están llamados a vivir la celebración como Pueblo de Dios, sacerdocio real, nación santa (…) (Enseñanzas del Papa Benedicto XVI, Sacramento Caritatis, 38. Págs. 1157-1158, Tomo III / 2007. (EDIBESA. Madrid).




La Iglesia nos manda que debemos acudir al Arzobispado, pero ¿cómo?, si al final las cosas van a continuar como van. Porque posiblemente no quieran creernos, pero es bueno que hagan una investigación.  Hay sacerdotes que están acabando con la fe de los feligreses, lo estoy viendo, pero antes que yo, lo está viendo el Señor.

La Santa Misa es un medio para que el alma se santifique, pero si hay sacerdotes que no están por la labor de obedecer a la Iglesia Católica, se puede sustituir por otros que sean más fieles al Señor, que estén unidos al Corazón de Jesús, porque de hecho, ningún alma consagrada si es aficionada a la mundanidad esta dispuesto en salvar las almas, sino que las perderá. Nos conviene ir donde mejor se celebre la Eucaristía tal como lo desea el Espíritu Santo y la Iglesia Católica nos lo está enseñando.

Habla el Papa, y no le hacen caso, habla Monseñor Antonio María Rouco, tampoco le hacen caso.
Un caso distinto, al Santo Cura de Ars le prohibieron temporalmente la celebración eucarística y la confesión, y no estaba haciendo el mal, pues era grato a los ojos de Dios, A un santo se le prohíbe, y a un desobediente a las normas litúrgicas se le permite, pero en daño del rebaño de Cristo.
Es verdad que la Santa Madre Iglesia permitió la Sagrada Comunión de pie y en la mano, pero con el tiempo queda al descubierto los excesos de los abusos hasta una pérdida total de la fe. Pues hay muchos testimonios de ello.
  • «La liturgia jamás es propiedad privada de alguien, ni del celebrante, ni de la comunidad donde son celebrados los santos misterios» (Benedicto XVI)
Hay quienes tratan de justificar, que no hay que hablar tantos de normas, son personas que han perdido la fe, han perdido todo el interés por una vida santa, que por el contrario, llegan por respetos humanos, a justificar actos mundanos. Y es que cuando el alma se identifica con el hombre viejo, ya no tiene el mismo sentir de la Iglesia Católica, vive una “fe”, según el mundo y no Cristo. Pero las normas para alcanzar la santidad son necesarias, dependiendo de nuestra vocación personal.
  Ya lo había anunciado la Santa Sede: 23 de abril de 2004:
  •  INSTRUCCIÓN Redemptionis Sacramentum - La Santa Sede,
     
    Las normas litúrgicas son necesarias porque “el Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia” (Sacrosanctum Concilium, 7). Y la cumbre de la liturgia es la celebración Eucarística; nadie puede sorprenderse si, con el paso del tiempo, la Santa Madre Iglesia ha desarrollado palabras y acciones y, por lo tanto, directivas para este supremo acto de culto. Las normas Eucarísticas son concebidas para expresar y proteger el misterio Eucarístico, y también para manifestar que es la Iglesia quien celebra este augusto sacrificio y sacramento. Como lo expone el Papa Juan Pablo II: “Estas normas son una expresión concreta de la naturaleza auténticamente eclesial de la Eucaristía; éste es su más profundo significado. La liturgia no será jamás propiedad privada de nadie, ni del celebrante ni de la comunidad donde los sagrados misterios son celebrados” (Ecclesia de Eucharistia, 52).
     
    Si la Iglesia protege el Culto Eucarístico, no así están dispuestos, aquellos que la hacen como se les antojan. Y se les presenta a los que quieren buscar al Señor, algo muy distinto a la verdad.

La celebración del Sagrado Misterio no es propiedad personal de cada sacerdote, ni siquiera de la comunidad de religiosas o religiosos. El sacerdote debe administrar correctamente lo que nos manda la Santa Madre Iglesia Católica.

Y en las misas de camping, donde las temporadas de vacaciones para niños y jóvenes, no se le deben presentar una misa donde las irreverencias al Señor sea el objetivo, pues esto es lo que se hace, y está en contradicción contra los derechos de Cristo. ¿Cómo se pretende llevar almas al Señor con tantos desordenes? Ha habido sacerdotes que han anunciado su renuncia, son ejemplos de escándalo.

INSTRUCCIÓN Redemptionis Sacramentum

La Sagrada Comunión:

Capítulo 4, 104.]        No se permita al comulgante mojar por sí mismo la hostia en el cáliz, ni recibir en la mano la hostia mojada. ...
93.]     La bandeja para la Comunión de los fieles se debe mantener, para evitar el peligro de que caiga la hostia sagrada o algún fragmento. (Cf. MISSALE ROMANUM, Institutio Generalis, n. 118)
[122.]     «El alba», está «ceñida a la cintura con el cíngulo, a no ser que esté confeccionada de tal modo que se adhiera al cuerpo sin cíngulo. Antes de ponerse el alba, si no cubre totalmente el vestido común alrededor del cuello, empléese el amito». (...)
[123.]     «La vestidura propia del sacerdote celebrante, en la Misa y en otras acciones sagradas que directamente se relacionan con ella, es la casulla o planeta, si no se indica otra cosa, revestida sobre el alba y la estola».(...) Igualmente, el sacerdote que se reviste con la casulla, conforme a las rúbricas, no deje de ponerse la estola. Todos los Ordinarios vigilen para que sea extirpada cualquier costumbre contraria.
[124.]     En el Misal Romano se da la facultad de que los sacerdotes que concelebran en la Misa, excepto el celebrante principal, que siempre debe llevar la casulla del color prescrito, puedan omitir «la casulla o planeta y usar la estola sobre el alba», cuando haya una justa causa, por ejemplo el gran número de concelebrantes y la falta de ornamentos. (...) Sin embargo, en el caso de que esta necesidad se pueda prever, en cuanto sea posible, provéase. Los concelebrantes, a excepción del celebrante principal, pueden también llevar la casulla de color blanco, en caso de necesidad. Obsérvense, en lo demás, las normas de los libros litúrgicos.

[125.] La vestidura propia del diácono es la dalmática, puesta sobre el alba y la estola. Para conservar la insigne tradición de la Iglesia, es recomendable no usar la facultad de omitir la dalmática. (...)

[126.] Sea reprobado el abuso de que los sagrados ministros realicen la santa Misa, incluso con la participación de sólo un asistente, sin llevar las vestiduras sagradas, o con sólo la estola sobre la cogulla monástica, o el hábito común de los religiosos, o la vestidura ordinaria, contra lo prescrito en los libros litúrgicos. (Cf. S. CONGR. CULTO DIVINO, Instr., Liturgicae instaurationes, n. 8c: AAS 62 (1970) p. 701.) Los Ordinarios cuiden de que este tipo de abusos sean corregidos rápidamente y haya, en todas las iglesias y oratorios de su jurisdicción, un número adecuado de ornamentos litúrgicos, confeccionados según las normas.[184.]Cualquier católico, sea sacerdote, sea diácono, sea fiel laico, tiene derecho a exponer una queja por un abuso litúrgico, ante el Obispo diocesano o el Ordinario competente que se le equipara en derecho, o ante la Sede Apostólica, en virtud del primado del Romano Pontífice. (Cf. Código de Derecho Canónico, c. 1417 § 1.) Conviene, sin embargo, que, en cuanto sea posible, la reclamación o queja sea expuesta primero al Obispo diocesano. Pero esto se haga siempre con veracidad y caridad.

[186.]      Todos los fieles participen en la santísima Eucaristía de manera plena, consciente y activa, en cuanto es posible; (Cf. CONC. ECUMÉNICO VATICANO II, Constitución sobre la s. Liturgia Sacrosanctum Concilium, n. 14; cf. también nn. 11, 41 y 48.) la veneren con todo el corazón en la piedad y en la vida. Los Obispos, presbíteros y diáconos, en el ejercicio del sagrado ministerio, se pregunten en conciencia sobre la autenticidad y sobre la fidelidad en las acciones que realizan en nombre de Cristo y de la Iglesia, en la celebración de la sagrada Liturgia. Cada uno de los ministros sagrados se pregunte también con severidad si ha respetado los derechos de los fieles laicos, que se encomiendan a él y le encomiendan a sus hijos con confianza, en la seguridad de que todos desempeñan correctamente las tareas que la Iglesia, por mandato de Cristo, desea realizar en la celebración de la sagrada Liturgia, para los fieles. (Cf. SANTO TOMÁS DE AQUINO, Summa Theol., III, q. 64, a. 9 ad primum.)  Cada uno recuerde siempre que es servidor de la sagrada Liturgia. (Cf. MISSALE ROMANUM, Institutio Generalis, n. 24)
  Sin que obste nada en contrario. 
     Esta Instrucción, preparada por mandato del Sumo Pontífice Juan Pablo II por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en colaboración con la Congregación para la Doctrina de la Fe, el mismo Pontífice la aprobó el día 19 del mes de marzo, solemnidad de San José, del año 2004, disponiendo que sea publicada y observada por todos aquellos a quienes corresponde.
  En Roma, en la Sede de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en la solemnidad de la Anunciación del Señor, 25 de marzo del 2004.

Francis Card. Arinze
Prefecto
† Domenico Sorrentino
Arzobispo Secretario     











El Sacerdote tiene delante de sí, en que momento debe decir las palabras adecuadas, porque si no lo hace, siguiendo lo que dice San Alfonso María de Ligorio, está pecando gravemente.

En una ocasión hablando con un sacerdote, respecto la importancia a la Obediencia a la Normas litúrgicas, que era necesario ayudar a los feligreses, y enseñarle, como ya hacían y hacen los que están unidos al mismo sentir de la Iglesia Católica; en qué momentos uno debe arrodillarse, ya que hay alguna que otra comunidad, que nunca se arrodillan en ninguna parte de la Santa Misa. Y esto que nadie se arrodille como signo de amor y gratitud a Dios, el demonio consigue salirse con la suya en aquella comunidad o grupos de "feligreses", el demonio nunca se arrodilla, tampoco los mundanos y tibios; no reconocen la Divina Majestad.

Siguiendo lo que iba diciendo, me respondió el sacerdote, que no iba a enseñar a la gente esas cosas que manda la Iglesia. Y es verdad, no es el único caso, ya que hay otros que desean mantener totalmente oculto la verdad que pide la Iglesia que debe ser enseñada. Hay sacerdotes que no están animados.

No podemos aceptar ni siquiera a los sacerdotes que nos quieran apartar de nuestro sentir con la Iglesia Católica, no queremos a lobos con piel de ovejas que nos quiere arrojar a la condenación eterna. Queremos y amamos a nuestros hermanos sacerdotes, que nos abran nuestras vida para Cristo..

Yo no voy a Misa para que me hable del tiempo ni de otros asuntos mundanos, no voy a Misa para escuchar herejías, tampoco aplaudí cuando un sacerdote salesiano u otro que no lo es, decía: "podéis aplaudir", yo no voy a Misa para divertirme, sino para amar al Señor y crecer en santidad, aunque el sacerdote haga lo contrario, pero voy también a otra parroquia donde sé que hay un sacerdote que es más fiel al Papa y a la Iglesia Católica, y si es necesario, cojo el autobús o el tren que me lleve a otra ciudad. Pero yo no voy a Misa para buscar mi propia condena, sino para salvarme.
¿Qué me diga un sacerdote que no es tan bueno orar siempre? No tengo porqué obedecerle, pues es preciso obedecer a Dios ante que a los hombres. Cristo está en los sacerdotes, sí, cuando son sacerdotes de Cristo. Pero según una revelación del Santo Padre Pío de Pietrelcina, Cristo se aleja de una multitud de sacerdotes.

Uno de los efectos en que se ha perdido la fe, del todo, pues la superficialidad ni la tibieza o mediocridad, son luces para comprender al Espíritu Santo. Cuando llega el momento de ponerse de pie, el pobrecillo sacerdote está esperando a que el resto de los feligreses se ponga de pie, ya le había explicado repetidas veces anteriormente, en otras misas, sobre ponerse de pie, pero no se enteran, están como pegados en el asiento y no se levanta, sucede un día, se repite otro día, sigue otro día, no se enteran. Siempre sentado.  Cuando es el momento de arrodillarse ante el Santísimo, hay miedo de arrodillarse, En una ocasión, San Juan Bosco explicó uno de sus sueños, que cuando los jóvenes no se arrodillaban en el momento de la adoración, o consagración, él veía a demonios en el hombre de los hombros de aquellos jóvenes, que van a Misa, pero no quieren disponerse para la vida de santidad. Los demonios en sus hombros, les impedían que se arrodillase ante el Santísimo.
Pero esto se extiende también a otras personas de distinta edad, pero que no están enfermos de sus huesos y pueden arrodillarse, los demonios como no se arrodillan, consiguen que los mediocres no se arrodillen, y por eso su corazón, en muchas personas, quedan embotados, que cuando el sacerdote dice que deben ponerse de pie, no se pone, y no entienden tampoco la reverencia que todos hemos de dar al Señor, reconociendo a Cristo como Nuestro Rey y Salvador.
Muchos obispos y sacerdotes, en comunión con el Papa, desean, la renovación de la Comunión de rodillas y en la boca, yo diría que la Iglesia ya está en este camino. Pero estos conocimientos no podrán ser conocidos por muchos feligreses porque no serán instruídos debidamente por algún u otro sacerdote, que consentirá lo que ha conseguido, que en la comunión en la mano, después de mojarlo, cada comulgante por su cuenta y por el consentimiento del sacerdote, siga así.

Cuando vemos a Misa y vemos que las cosas no están como desea Jesucristo y la Iglesia Católica, siempre podemos caminar, como queda dicho, o coger el tren o autobús, si en toda la ciudad no hay respeto al Santísimo,

 



Para saber más;
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INSTRUCCIÓN Redemptionis Sacramentum
Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia


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  • Como decía más arriba, la misa no es cosa de este mundo, debemos respetarla, saber valorar la Sagrada Liturgia. Porque muchas almas a causa de no obedecer en lo mínimo en lo que es conforme a la Voluntad de Dios, termina despreciando y pisoteando lo más grande y nos lleva a la salvación eterna como la Redención de Cristo, la preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo ni siquiera ya lo valoran.

    Yo nunca me he creído aquellos que algunos me dijeron: "por el ejemplo de tal sacerdote, he renunciado a la Iglesia Católica". No se debe culpar al sacerdote, pero si da mal ejemplo, hay que ir a otro, porque quien apostata de la Iglesia Católica, es como arrojarse desde un sitio muy alto hacia los abismos.



    Pero no se puede ver mejor algo que aquello que nos manda la Iglesia Católica.


    San Francisco de Asís:
    Admonición 3. La perfecta obediencia
    Dice el Señor en el Evangelio: Quien no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo (LC 14,33). Y: Quien quiera salvar su alma, la pierda (LC 9,24).
    Abandona todo lo que posee y pierde su cuerpo el hombre que se ofrece a sí mismo totalmente a la obediencia en manos de su prelado. Y todo lo que haga o diga, si sabe que no es contrario a su voluntad, mientras sea bueno lo que haga, es verdadera obediencia.
    Y cuando el súbdito vea algo mejor y de más provecho para su alma que lo que le manda el prelado, sacrifique lo suyo voluntariamente a Dios y procure, en cambio, poner por obra lo que le manda el prelado. Pues ésta es la obediencia caritativa (cf. 1Pe 1,22), porque cumple con Dios y con el prójimo.
     Pero, si el prelado manda al súbdito algo contra su alma, no lo obedezca*, mas no lo abandone. Y si por ello tiene que soportar persecución por parte de algunos, ámelos más por Dios. Porque quien prefiere padecer persecución antes que separarse de sus hermanos, se mantiene verdaderamente en la obediencia perfecta, porque entrega su alma (cf. In 15.13) por sus hermanos.
    Pues son muchos los religiosos que, so pretexto de ver cosas mejores que las que mandan sus prelados, miran atrás (cf. LC 9,62) y vuelven al vómito de la voluntad propia (cf. Prov 26,11; 2Pe 2,22). Esos son homicidas, y, por sus malos ejemplos, hacen que se pierdan muchas almas.
    *No debemos abandonarlo, que yo lo veo también así, nuestras oraciones por todos los sacerdotes, es mejor que estando cerca de ellos, y vemos que sus obras no corresponden al Evangelio de Cristo. Pues no olvidemos que San Francisco solía decir: "Sigue tu camino, hermano mosca" El camino del "hermano mosca", de los mundanos, que no se privan de los elementos de la idolatría del deporte ni de la mundanidad, nosotros no podemos permanecer en su camino, pero no falta nuestra oración  por la conversión de todos, y nosotros somos también débiles pecadores, pero no corruptos. Los mundanos no se apartan de la corrupción del mundo. ¿Qué son?

    La caridad nos anima a la obediencia a la Santa Madre y Maestra Iglesia Católica. Si el corazón desobedece, ha puesto una puerta en su corazón para que la caridad no entre.

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