lunes, 4 de noviembre de 2013

La Resurrección de Cristo: ...junto al puerto de Sagunto

Cristo está muy cerca de nosotros, pero si le dejamos que entre en nuestro corazón, y que nosotros seamos conforme a Cristo Jesús no se alejará de nuestra vida. Amamos y adoramos al Señor nuestro Dios, y no debe ser únicamente un pensamiento, una idea, tiene que ser una realidad.
 
 Este precioso mural, que tengo editado y lo vemos en la entrada de este sencillo blog, vemos aquí el original, que ha salido publicada en Paraula.
 
Con Cristo todo queda iluminado, es alegría, gozo, es no querer apartarnos de Él.
 
Meditemos interiormente, ¿qué es lo que me dice esta imagen?, ¿qué me falta por renunciar para ver a Cristo con más claridad, en un mundo envuelto con tanta oscuridad? La oscuridad, no es precisamente que ya no estamos viendo el sol, sino la luna, la oscuridad que el pecado provoca, que aunque haya sol, siempre esa alma estará a oscura hasta que no renuncie sus pecados y vicios.
 
Cristo ha venido a alumbrarnos el camino, es Él el verdadero Camino que lleva a la Vida, es la Vida, nuestra vida. La vida del alma. Quien no ama a Cristo, vive en una constante muerte y desesperación, aunque no siempre reconoce su angustia y desesperación, y quiere acabar incluso con algo imposible, pues la Iglesia Católica, seguirá permaneciendo bien de pie, es golpeada muchas veces, pero resiste más por aquellos que tratan de atropellarla, se cansan, y mueren. La Iglesia Católica siglos y siglos, y hasta el fin de los tiempos, permanecerá siempre viva y joven. Viva porque Dios está vivo y mora siempre en su Iglesia, y joven, porque lo que rejuvenece es la Gracia de Dios.

 Los pescadores cristianos, se alegrarán cada vez que vean este hermoso mural, se llenarán de paz, pues tienen un trabajo duro y pesado, y necesitan tener mucha paciencia, por las adversidades que de alguna o de otra forma se les presentan. Y Cristo está ahí, para reconfortarles, Cristo nos anima a todos a ser más humildes de corazón.

En esta escena tan preciosa, como la gente que pasea por la playa se acercan a Jesús. Como he referido algo arriba, puede indicarnos, que necesitamos de la vida de oración, en donde sea, playa, digo en la playa, si no hay mucha gente, y no tiene la contaminación visual de la inmoralidad y desnudez que los bañistas pretenden pasarlo bien, pero sin contar con la Gracia de Dios.

 
Lirios y el Arzobispo Don Carlos, en la Bendición del cuadro.

En el parque, en el campo, de viaje, siempre podemos disfrutar de la oración contemplativa, en especial la devoción del Santo Rosario.