viernes, 19 de agosto de 2016

San Juan Eudes.

Gloria y alabanza a la Santísima Trinidad.
Bendita sea por siempre la Santísima Madre de Dios y Madre Nuestra.


Viernes, 19 de agosto de 2016

Vamos avanzando en este mes de agosto, siempre en la presencia de Dios. Los que acabaron el primer turno de vacaciones, por el mes de julio, a estas horas, se habrán habituados a la normalidad de su trabajo. También los de este segundo turno. Cuando una persona disfruta de todo un mes de descanso laboral, al llegar ya el momento, se sienten como vacíos, muy desganados, sin gana de trabajar, el problema principal, que lo que parecía descansar el cuerpo, termina más cansado, el verano, la playa, las piscinas, que agotan al ser humano, y todo cuando no tienen relación con Dios, ni oran, ni se acercan a las iglesias para visitar al Santísimo. Sino que quieren pasarlo lo mejor posible. Pero los que están lejos del Señor, no pueden pasarlo bien, pues el pecado aplasta, agota al ser humano, deja un vacío inmenso en el alma.

Los cristianos por el contrario, quieren vivir la fe, y aunque tengan vacaciones, se entregan al Señor, puede vivir más intensamente la fe. A diario va a las iglesia, necesita la fuerza de Cristo que en la Eucaristía, la Santa Misa, el sacramento de la penitencia, puede conseguir.

No son los mismos, para los que tienen fe que para los que no tienen, cuando le llegan su momento de descanso, vacaciones. Los cristianos fervientes salen ganando porque no pierden de vista al Señor. Pero aquellos que no tienen a Cristo, el demonio no les pierde de vista, y así los maneja para la conducta permanente con el pecado y la corrupción.


El diablo, por el contrario, cuando ve un devoto de María Santísima, no quiere saber nada de esa alma devota. El alma devota no debe descuidar su relación con Dios, con la Santísima Madre de Dios, la Sagrada Biblia que llega a ser un escudo protector contra los espíritus malignos. Porque es la Palabra de Dios, que si la ponemos en práctica, Dios nuestro amado Padre nos defiende.

Bien, mis queridos hermanos y hermanas, hoy, 19 de agosto es San Juan Eudes. Ya de niño tenía deseos de ser santo, y complació al Señor. Desgraciadamente en nuestros tiempos, no se animan a los niños a la santidad, sino al deporte, a los juegos, ya no hay amor a Dios, y se precipitan hacia su condenación eterna. La educación a los niños en la fe de la Iglesia Católica, en el temor de Dios, para evitar el pecado, es lo que debe promoverse.


Si nosotros, que sabemos que Jesucristo es nuestro Redentor y Salvador, debemos estar atentos. Cuántas veces no procuramos vivir para el Señor, nuestro enemigo el tentador, nos va arrastrando hacia una vida de mal en peor.

En el pasado, la formación del clero era con mucha relación a lo espiritual, a una formación santa y piadosa. En nuestros tiempos, la formación del clero, ya lo vemos, como algunos, completamente vacíos de todo Espíritu de Dios, se dedican a los juegos, a las selecciones de fútbol o las Olimpiadas, no los educan para el Señor, para la santidad. Por eso se ve tantos monasterios en ruinas, iglesias desacralizadas, profanaciones, y tantas cosas por las que tales formaciones mundanas, no espirituales, el alma termina lejos de Dios, y no lo sabe hasta que es demasiado tarde y no puede remediarlo. Y no lo sabe porque ha querido endurecer su corazón. Y porque teniendo la luz delante de sí, la rechaza para permanecer en las oscuridades del mundo.


San Juan Eudes.

Gloria y alabanza a la Santísima Trinidad.
Bendita sea por siempre la Santísima Madre de Dios y Madre Nuestra.


Viernes, 19 de agosto de 2016

Vamos avanzando en este mes de agosto, siempre en la presencia de Dios. Los que acabaron el primer turno de vacaciones, por el mes de julio, a estas horas, se habrán habituados a la normalidad de su trabajo. También los de este segundo turno. Cuando una persona disfruta de todo un mes de descanso laboral, al llegar ya el momento, se sienten como vacíos, muy desganados, sin gana de trabajar, el problema principal, que lo que parecía descansar el cuerpo, termina más cansado, el verano, la playa, las piscinas, que agotan al ser humano, y todo cuando no tienen relación con Dios, ni oran, ni se acercan a las iglesias para visitar al Santísimo. Sino que quieren pasarlo lo mejor posible. Pero los que están lejos del Señor, no pueden pasarlo bien, pues el pecado aplasta, agota al ser humano, deja un vacío inmenso en el alma.

Los cristianos por el contrario, quieren vivir la fe, y aunque tengan vacaciones, se entregan al Señor, puede vivir más intensamente la fe. A diario va a las iglesia, necesita la fuerza de Cristo que en la Eucaristía, la Santa Misa, el sacramento de la penitencia, puede conseguir.

No son los mismos, para los que tienen fe que para los que no tienen, cuando le llegan su momento de descanso, vacaciones. Los cristianos fervientes salen ganando porque no pierden de vista al Señor. Pero aquellos que no tienen a Cristo, el demonio no les pierde de vista, y así los maneja para la conducta permanente con el pecado y la corrupción.


El diablo, por el contrario, cuando ve un devoto de María Santísima, no quiere saber nada de esa alma devota. El alma devota no debe descuidar su relación con Dios, con la Santísima Madre de Dios, la Sagrada Biblia que llega a ser un escudo protector contra los espíritus malignos. Porque es la Palabra de Dios, que si la ponemos en práctica, Dios nuestro amado Padre nos defiende.

Bien, mis queridos hermanos y hermanas, hoy, 19 de agosto es San Juan Eudes. Ya de niño tenía deseos de ser santo, y complació al Señor. Desgraciadamente en nuestros tiempos, no se animan a los niños a la santidad, sino al deporte, a los juegos, ya no hay amor a Dios, y se precipitan hacia su condenación eterna. La educación a los niños en la fe de la Iglesia Católica, en el temor de Dios, para evitar el pecado, es lo que debe promoverse.


Si nosotros, que sabemos que Jesucristo es nuestro Redentor y Salvador, debemos estar atentos. Cuántas veces no procuramos vivir para el Señor, nuestro enemigo el tentador, nos va arrastrando hacia una vida de mal en peor.

En el pasado, la formación del clero era con mucha relación a lo espiritual, a una formación santa y piadosa. En nuestros tiempos, la formación del clero, ya lo vemos, como algunos, completamente vacíos de todo Espíritu de Dios, se dedican a los juegos, a las selecciones de fútbol o las Olimpiadas, no los educan para el Señor, para la santidad. Por eso se ve tantos monasterios en ruinas, iglesias desacralizadas, profanaciones, y tantas cosas por las que tales formaciones mundanas, no espirituales, el alma termina lejos de Dios, y no lo sabe hasta que es demasiado tarde y no puede remediarlo. Y no lo sabe porque ha querido endurecer su corazón. Y porque teniendo la luz delante de sí, la rechaza para permanecer en las oscuridades del mundo.