jueves, 27 de febrero de 2014

Reflexiones espirituales / ¡Atrévete a ser testigo y apóstol!

Bendita y alabada sea la Santísima Trinidad, bendita y alabada sea por siempre la Santísima Madre de Dios y Madre Nuestra.

Mis buenos hermanos y hermanas, que el Señor os llene de muchas bendiciones a vosotros y a vuestras familias.