domingo, 18 de septiembre de 2011

Benedicto XVI: Es necesario aprender a rezar

La oración es necesaria para saber vivir en la caridad, en el respeto cristiano, nos ayuda a superar adversidades, a no caer en la desesperación, en perdonar inmediatamente cuando alguien nos ofende. Un perdón y olvido en su totalidad, sin recordar las causas del mal entendido por ejemplo.

¿Cuáles son las causas de que nuestras oraciones son imperfectas? El hombre viejo que no quiere que seamos libres, sino que en la esclavitud nos arrastra hacia otros caminos que no llevan a Dios.

Es preciso orar, desear que nuestras oraciones sean acogidas por la misericordia de Dios, entonces podremos seguir adelante en el camino de la santidad. Un alma que ora a Dios, pero luego se complace en las cosas terrenales, está dando marcha atrás del camino de la santidad. En la oración debemos perseverar constantemente en el fiel cumplimiento de la Voluntad de Dios.

La medida de nuestras oraciones debe ser la de Jesucrsito nuestro Señor, y de la Santísima Madre de Dios, con ellos aprenderemos, a ser verdaderos adoradores del Señor, también nos encaminará dándonos facilidades para ir educando nuestro corazón hacia los Sagrados Corazones de Jesús y María, la experiencia de los Santos Padres de la Iglesia Católica, y entre ellos tenemos al Papa Benedicto XVI, que comparte con nosotros sus conocimientos, para que podamos ser santos.

Enviaron espiar al Cardenal Joseph Ratzinger

Cuánto más queremos acercarnos a Cristo, para vivir su vida, poner en práctica el Evangelio de Cristo, según nuestra vocación; la que Dios mismo ha puesto en nuestro corazón, más dificultades podríamos tener, pero con la ayuda de Dios, la perseverancia en la vida de Gracia,

Antes de ser Papa, el Cardenal Joseph Ratzinger, por ser un hombre íntegro, lleno de Dios, y como todos los santos, fueron desconfiados por la gente que no valoran la vida de Jesús, intentan encontrar algo con lo que puedan acusarle, y si no lo encuentra se inventan calumnias, como hicieron con Jesús y los Santos Apóstoles, en todas las épocas y generaciones.


Antes de venir el Santo Padre a Madrid, a la JMJ, algunos descontentos, políticos, y oitros informadores de prensa, hicieron lo posible de examinar las palabras del Santo Padre en sus homilías, pero no para meditar sobre la vida de santidad, sino tener algo con lo que acusarle.


Pero finalmente, al no encontrarlo, algunos de esas personas descontentas, se admiraron, y felicitaron al Papa. Pero el Santo Padre no busca su recompensa en las glorias terrenales, ya lo tiene y lo recibe de Dios, en el tiempo, y para una eternidad feliz.

La Iglesia Santa de Dios, nos recuerda que hemos de orar por todos los gobernantes, y así debe ser. Por su conversión, y por el bien de todos, de España, Europa, y todos los continentes del mundo, y sus islas.



Pero, a causa de los intrusos, los falsos hermanos que solapadamente se infiltraron para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús, con el fin de reducirnos a esclavitud, a quienes ni por un instante cedimos, sometiéndonos, a fin de salvaguardar para vosotros la verdad del Evangelio... (Gal 2, 4-5)