sábado, 10 de septiembre de 2011

Perseverar hasta el final para alcanzar la salvación eterna

Gloria a Dios por los siglos de los siglos.

Presentación.

Hace tiempo que empecé a mirar sitios católicos, desde hace algunos años no usaba Internet. Abrí un foro católico, en el que podían compartir otros católicos reflexiones espirituales, yo aprendía de ellos, de esos hermanos y hermanas, con nuestro amor a la Santa Madre Iglesia Católica.

Cuando llegó el momento de despedirme, les dejé a cargo del buen uso de aquel foro.

Con esta nueva temporada en Internet, buscando sitios dignos y respetuosos, encontré una nueva forma de compartir doctrina católicas y reflexiones. Buscando y buscando me encontré con Infocatólica. Empecé a leer, luego a escribir comentarios, que en muchos momentos eran demasiado largos. En dicha web citada, es un espacio donde se reúnen personas con importantes conocimientos de la doctrina de la Iglesia Católica, y lo comparten generosamente para nuestro bien, en que todos tienen el mismo amor, respeto, ternura por la Santa Madre Iglesia Católica. Se reúnen escritores eclesiásticos y seglares con grandes conocimientos de la doctrina católica.

Este hermano, que bien se expresa, aquella hermana, como llega a edificar con sus escritos, de entre ellos, yo aprendo mucho, y me hacen feliz por su amor a Cristo y al Papa. Instrumentos de Dios, que inspiran el camino de la misericordia, del perdón, del respeto, de la caridad cristian

 
No abrí en días pasados ningún blog, porque como soy de lo más torpe e inútil, que podía empezar y no saber como completar el blog. Pues no parece tan difícil. Y es hoy cuando lo estreno, en éste sábado dedicado a María Santísima.

  • Quiero encomendar la protección de este blog, a la Santísima Trinidad, y a María Santísima, y a San Francisco de Asís, a Santa Clara de Asís, para que me ayuden a llevarlo con mucho cuidado y acierto para gloria de Dios y exaltación de la Santa Madre Iglesia Católica.

Aquí podré compartir fotos, textos más o menos extensos, pero siempre dentro de la misma línea dse la Iglesia Católica.

Pero todavía me queda mucho por aprender.

Salvación en la Iglesia Católica

Respecto a la salvación que podemos alcanzar, es necesario ser fieles y humildes de corazón. Pues la humildad de palabras no nos pueden ayudar a salvarnos, tampoco los rechazos, críticas a los sacerdotes, obispos y todas las almas fieles que están consagradas al Señor.
Solamente si perseveramos en la Iglesia Católica, con humildad, con la caridad verdadera, hasta el final, el Señor y María Santísima, siempre vendrán en nuestro auxilio, y al final de nuestra vida no estaremos solo.
Aceptar la doctrina de la Iglesia Católica es aceptar a Dios.

De los documentos del Concilio Vaticano II:
Lumen Gentium
La voluntad del Padre Eterno sobre la salvación universal
2. El Padre Eterno creó el mundo universo por un libérrimo y misterioso designio de su sabiduría y de su bondad, decretó elevar a los hombres a la participación de la vida divina y, caídos por el pecado de Adán, no los abandonó, dispensándoles siempre su auxilio, en atención a Cristo Redentor, "que es la imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura" (Col. 1,15). A todos los elegidos desde toda la eternidad el Padre "los conoció de antemano y los predestinó a ser conformes con la imagen de su Hijo, para que este sea el primogénito entre muchos hermanos" (Rom., 8,19).
Determinó convocar a los creyentes en Cristo en la Santa Iglesia, que fue ya prefigurada desde el origen del mundo, preparada admirablemente en la historia del pueblo de Israel y en el Antiguo Testamento, constituida en los últimos tiempos, manifestada por la efusión del Espíritu Santo, y se perfeccionará gloriosamente al fin de los tiempos. Entonces, como se lee en los Santos Padres, todos los justos descendientes de Adán, "desde Abel el justo hasta el último elegido", se congregarán ante el Padre en una Iglesia universal.

Los fieles católicos
14. El sagrado Concilio pone ante todo su atención  en los fieles católicos y enseña, fundado en la Escritura . Pues solamente Cristo es el Mediador y el camino de la salvación, presente a nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia, y El, inculcando con palabras concretas la necesidad de la fe y del bautismo (cf. Mc., 16,16; Jn., 3,5), confirmó a un tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que los hombres entran por el bautismo como puerta obligada. Por lo cual no podrían salvarse quienes, sabiendo que la Iglesia católica fue instituida por Jesucristo como necesaria, rehusaran entrar o no quisieran permanecer en ella.
A la sociedad de la Iglesia se incorporan plenamente los que, poseyendo el Espíritu de Cristo, reciben íntegramente sus disposiciones y todos los medios de salvación depositados en ella, y se unen por los vínculos de la profesión de la fe, de los sacramentos, del régimen eclesiástico y de la comunión, a su organización visible con Cristo, que la dirige por medio del Sumo Pontífice y de los Obispos. Sin embargo, no alcanza la salvación, aunque esté incorporado a la Iglesia, quien no perseverando en la caridad permanece en el seno de la Iglesia "en cuerpo", pero no "en corazón". No olviden, con todo, los hijos de la Iglesia que su excelsa condición no deben atribuirla a sus propios méritos, sino a una gracia especial de Cristo y si no responden a ella con el pensamiento, las palabras y las obras, lejos de salvarse, serán juzgados con mayor severidad.

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