sábado, 27 de febrero de 2016

Tercer Domingo de Cuaresma - Lucas (13,1-9), Ciclo C

A Dios sea todo honor, gloria y alabanza, bendita la Santísima Virgen María que nos trajo la salvación del mundo.



Mis queridos hermanos y hermanas, la Santa Cuaresma sigue avanzando, también nuestra fe debe seguir creciendo para honrar al Altísimo.

Insistiendo que tenemos maestros espirituales, los Santos Padres, también Benedicto XVI, que ha profundizado de tal manera las Sagradas Escritura, que nos anima a vivir la fe en toda su belleza y autenticidad espiritual.


Este libro del Año Litúrgico es ideal para todos los cristianos que deseen  vivir la fe. Especialmente se escribió como ayuda para todos los sacerdotes, es lo que pienso, para que sus homilías sean verdaderas y puedan ayudar a los feligreses.
Muchos católicos han sufrido y siguen sufriendo, porque no oyen esas homilías que son de autentica espiritualidad. Lo que oyen son cosas personales, yo también los he oído en tal o en tal parroquia. Cuando hay facilidad de poder comprar libros como estos, o bien, si no fuera posible, largas horas de oración, como hacía San Buenaventura, Santo Tomás de Aquino, San Juan Crisóstomo, San Jerónimo, y muchos más, para que cuando hablasen al pueblo, nunca en nombre propio sino conforme al Espíritu Santo, por estar muy bien dispuesto.

* * *

Cuaresma es tiempo de conversión, ignoramos por completo cuando vendrá el Señor a llamarnos para ser juzgado. ¡Que maravilla!, ¿te imaginas que cuando el Señor venga a ti, te encuentre plenamente preparado?, enseguida entrarás en el Reino de los cielos.

Todavía no sabemos si tenemos garantizado el Reino de los cielos, en qué momento nos puede sorprender la muerte, nada de riñas, nada de malos pensamientos, nada de discordias. Cuando venga el Señor a nosotros, necesitamos ser reflejo de Jesucristo, imitar su mansedumbre, su amor a Dios Padre, la perseverancia en la oración; la contemplación de María Santísima para que Dios nos reconozca en su Divino Hijo Jesús.

Vivir la radicalidad del Evangelio de Cristo nos hace más humildes y compasivos, debemos seguir trabajando por ello.
No vivamos la fe como aquellos que duermen, que están entregados a las cosas mundanas, cuántas almas insensatas que por no poner atención a la voz de Dios que en esos momentos le estaba llamando, pero el alma que se ha dejado ensordecer por las cosas mundanas, ya no piensa en Dios. Y por tanto ni en su salvación.

En este mundo, hay muertes repentinas, terremotos, accidentes de coches, trenes que descarrilan. Cuántas pobres almas que siendo inocentes, mueren en las carreteras, o bien en las calles atropellados por vehículos. Pero el Señor sabe distinguir a las almas justas, aunque mueran en ese momento, por causa de la imprudencia de los alejados de Dios y de los Santos Mandamientos divinos y del amor a la Iglesia Católica,

¿Cómo nos queremos presentar ante el Señor? ¿Con el corazón vacío de buenas obras? SI sabiendo que Dios existe, ¿porque nuestra vida es como si Dios no existiera?

Para meditar sin prisas:


Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,1-9):
En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.»

Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas".»

Homilía de Benedicto XVI, Domingo 7 de marzo de 2010:


¿Cuánto tiempo ha venido el Señor a nosotros y no nos ha encontrado frutos de buenas obras? El Señor nos avisa siempre que estemos preparado, porque en el momento en que menos pensemos, ya no estamos en este mundo.

Seamos perseverantes en el Amor de Dios. Dejémonos ayudar por el Señor, no seamos perezosos. Acudamos siempre a la Santísima Madre de Dios, que si estamos bien dispuestos, es claro que cuando nos llame el Señor, nos encuentre preparados y dignos para la Vida eterna.

1 comentario:

  1. Se va acercando la Semana Santa, la Cuaresma ya está bastante avanzada y debemos seguir renovándonos, debemos ser conscientes del camino que comienza hacia la Cruz, para tener siempre presente su significado. Muy buena entrada José Luis. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala

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