jueves, 3 de abril de 2014

Reflexiones espirituales / Salmos 130 (129) y Salmo 130 (129) / Novena a la Divina Misericordia


El Señor nuestro Dios nos bendiga a todos y a la familia, amistades y conocidos.


El Señor se muestra cada día, siempre, misericordioso con nosotros, es una oportunidad que debemos aprovechar para entregar plenamente nuestro corazón a Dios, toda nuestra vida, nada para nosotros, y todo para Dios. 
 
Nuestros ofrecimientos de Dios, no debe incluir nada mundano, nada profano, es decir, que toda nuestra vida, entera debe seguir trabajándose en el sentido espiritual, y Dios nos ayuda a ello, y más fácilmente cuando la Bienaventurada Virgen María Santísima, nos escucha cuando la invocamos con humildad. Debemos perseverar.
 
Salmo 130 (129)
Desde lo hondo grito hasta Ti, Señor,
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón, más que el centinela la aurora. 
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y Él redimirá a Israel de todos sus delitos. 
 
Mi reflexión, en este salmo, vemos Dios ya ha venido al mundo para salvarnos, encarnandose en la humildad del Niño Jesús, el cristiano que lo es de verdad, clama a Dios día y noche. Cuando nuestro preparamos nuestro corazón, insistimos en la oración, pues Cristo nos ha redimido, por lo que nos llama por el camino de la salvación eterna. 
 
Cuando no acudimos al sacramento de la confesión, estamos mostrando a Dios todos los pecados que no hemos querido confesar. ¿Cómo voy a decir los pecados a un hombre? "Me confieso ante Dios directamente, y ya está". Así piensan quien no tienen relación personal con Cristo. 

Si el que se confiesa, tiene una gran ventaja, mientras que la confesión sea sincera, oirá al sacerdote confesor: "Te absuelvo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", mientras que aquel otro, que no quiere acercarse a este sacramento, nunca oirá, mientras siga así, el perdón de sus pecados. Es Cristo, es Dios quien nos perdona los pecados. 
 
Pues confesarse con un sacerdote es buscar el perdón de Cristo, la absolución de nuestros pecados. Pues el sacerdote no obra por sí propio, sino según la fe de la Iglesia Santa y Católica. La redención de nuestros pecados es importante que vaya completando con la participación  personal y humilde en el sacramento de la Penitencia. Cristo nos perdona, absuelve nuestros pecados por medio de un sacerdote consagrado, al servicio de la Iglesia y del Santo Padre, como Sucesor de Pedro. 

Cuando por alguna torpeza caemos y nos ensuciamos por causa de nuestros pecados, nos damos cuenta de la suciedad que son el pecado y el vicio, nos arrepentimos, corremos al confesionarios, no podemos quedarnos indiferentes ante nuestra caída, sino levantarnos, el mismo Cristo nos ayuda a hacerlo, y nos acompaña al confesionario, y allí mismo, sin ocultar nada al sacerdote, recibimos el perdón del Señor, y nos renovamos espiritualmente.
 
Este otro salmo, cada uno de nosotros debemos reflexionar rogando al Señor que purifique nuestro corazón y pensamientos.
 
Salmo 131 (130)
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas que superan mi capacidad.
 
Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre;
como un niño saciado
así está mi alma dentro de mí.
 
Espere Israel en el Señor ahora y por siempre.
 
Reflexión: en todas las cosas que hacemos, tiene que haber ventaja, y no desventajas, 
la ventaja, que debemos crecer en humildad en todas las cosas que hacemos, no pretender ser más que nadie, el orgullo debe mantenerse lo más lejos posible de nuestro corazón, porque orgullo y humildad no se relaciona. La noche y el día nunca se ven, sino que se distancia siempre uno del otro. Pero el día permanece y no oscurece, es decir, cuando tenemos a Cristo en nuestra vida, debemos permanecer siempre de día, no perder la vida de Gracia. Aunque nos vengan esas nubes "noches oscuras", no debemos permanecer en esa angustia, sino aumentar el fervor de nuestras oraciones. El Señor siempre está a nuestro lado, atento a nuestro corazón, no debemos jamás desconfiar de Él, el tentador nos tentará para que caigamos en tantas desconfianzas, no debemos hacerle ningún caso, pues acudiendo devotamente a la Santísima Madre de Dios, nuestras "noches oscuras", las sequedades en la oración no debe hacernos desfallecer en el comienzo que hemos decidido para llevar una vida santa. 
El alma que ora con ligereza, comienza por tener la desventaja de entibiarse, hay que volver en sí para no continuar en ese sendero espinoso que nos apartaría de la fe y arrastrarnos al camino de la condenación.
Desde lo hondo a Ti grito, Señor, los oídos del Señor están siempre escuchando nuestra oración. Pero no debemos lo que dice Jesús: «Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que adoren así. Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y verdad» (Jn 4, 23-24). 
 
Mis buenos hermanos, llega la hora, no pongamos obstáculo a ese momento en que cada uno debemos convertirnos en verdaderos adoradores de Dios. Cristo nos ha enseñado como debemos adorar al Padre Celestial. 
 
Aunque el Señor nos ha redimido, debemos convencernos de que es así. Me refiero, a vivir una vida plenamente espiritual, porque en el Reino de los cielos, nada manchado puede entrar en la Vida eterna. «Y no entrarán en ella (en la vida eterna) nada profano, ni el que comete abominación  mentira, sino sólo los inscritos en el libro de la Vida del Cordero» (Ap. 21, 27).
 
Cuando dedicamos una vida a lo profano, nuestras oraciones caen por tierra, no llegan a lo alto, el deporte nos impide sin duda, que nuestra vida sea espiritual, el deporte pertenece a lo profano, así como todos los tipos de entretenimientos que la Santa Biblia rechaza, que reprueba, 
La mundanidad nos convierte en cadáveres que camina, las almas tibias no ofrecen a Dios oraciones perfumadas de suave olor, sino la inmundicia que el Seños no puede soportar.  Muchas pobres almas han sido engañadas por el Maligno, haciéndoles creer que determinados eventos mundanos, entretenimientos, deportes, juegos, diversiones, bailes, sean del agrado de Dios, cuando se piensa así, ya han sido cogidos por el diablo. Y defenderán precisamente esa mundanidad, se agarrarán precisamente a "esa tabla de salvación", que no es sino, como una tabla podrida que se hunde al fondo del mar, a lo más hondo, porque no edificaron sobre Cristo.
 
La redención de Dios ya ha venido para salvarnos, por eso, no debemos ponernos al margen de la Redención.
 
No perdamos detalles en este Salmo, que ya hemos leído:
 
Salmo 131 (130)
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas que superan mi capacidad.
 
Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre;
como un niño saciado
así está mi alma dentro de mí.
 
Espere Israel en el Señor ahora y por siempre.
 
Nosotros tenemos un límite en este mundo, no somos perfectos, pero no por eso vamos a permanecer en nuestras imperfecciones, sino avanzar día a día con la ayuda de la Gracia de Dios y la intercesión Maternal de la Santísima Madre de Dios, y Madre Nuestra, la Llena de Gracia. La Bienaventurada Madre de Dios.
 
 Hay personas que tienen una gran capacidad para hacer bien las cosas, y es admirable ese entusiasmo que tienen, sobre todo en el camino espiritual, tan unidos al Señor nuestro Dios.
 
En otros aspectos en la fotografía, también hay muy buenos profesionales, muy aventajados en sus trabajos, especialmente cuando lo hacen por amor a Dios y para bien de las almas.
 
Mis fotos, son pobres, no pretendo ser profesional, pero tampoco me quiero quedar atrás, como un aficionado más,
 
 
Nota: El próximo 18 de abril VIERNES SANTO, comienza la novena a la Divina Misericordia, cada año solemos hacerlo muchos, si no es en comunidad, también en lo personal. Este día es también ayuno y abstinencia. Toda la Cuaresma es tiempo de penitencia. Si queremos salvar el alma, es necesaria la penitencia toda nuestra vida, oración, Eucaristía, buscando diariamente tiempo para ir a la Santa Misa.
 
La novena de la Divina Misericordia, tengo un librito bastante estropeado, pero de contenido que nos puede ayudar a mejorar nuestras vidas, salir de la corrupción mundana, para caminar con Cristo al Padre Celestial.
 
 
Este pequeño devocionario como se ve, un tanto descolorido, pues cada año muchos nos acordamos de rezar la novena a la Divina Misericordia, Tiene noventa páginas.
 
Los interesados pueden comprarla en alguna librería religiosa
o aquí: DIVINA MISERICORDIA
 
 
 Rezar la novena especialmente en espíritu y verdad, pidamos esa gracia a Dios que nos ayudará, supliquemos humildemente a María Santísima que interceda por nosotros.
 

Este libro contiene brevemente, (190 páginas) el diario de los diálogos de Jesucristo con Santa Faustina Kowalska. Lo recomiendo.
 
 
 
 
Este novenario que he colocado con la Biblia, tiene 24 páginas y explica que es de origen bíblico.
Pidamos también por España, por Europa y el mundo entero.
 
No puede existir la paz mientras participemos de la corrupción del mundo. Cristo ha vencido al mundo, y sólo en Cristo, también cada uno de nosotros podemos vencer al mundo, sólo no podemos hacer nada.
 
Vemos también tantos cristianos que quieren solucionar los problemas del mundo, pero no cuentan seriamente con Cristo, y no avanzan, y no es bueno quedarse estancados.

2 comentarios:

  1. Una vez más tengo que darte las gracias por acercarnos a Dios amigo José Luis. Te deseo de todo corazón una Semana Santa llena de recogimiento y paz en tu interior. Un fuerte abrazo y que Dios te bendiga amigo.

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  2. Tu Verdad, Señor, inunda mi corazón y enciende en mí la llama de la fe. Hazme, Señor, por tu Gracia, descubrirte como el Mesías esperado.

    Un fuerte abrazo en Xto. Jesús.

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