domingo, 10 de febrero de 2013

Se trata de trabajar por nuestra salvación eterna.

Se aproxima la Santa Cuaresma, todos aquellos que aman al Señor, durante todo el año se prepara para caminar en santidad, pues no necesitan dejarse arrastrar por las corrientes de este mundo,  perseveran en la Voluntad de Dios.
El mundo se divierte porque no ha conocido el Amor de Dios.
El Amor de Dios hace más feliz al alma que aquellas que se divierten según el mundo, con sus disfraces de carnaval.
Los disfraces de carnaval, con sus pompas, que incitan a la lujuria, a la enemistad con Dios, hacen felices a los que un día llenarán de infelicidad y horrores a los pecadores incorregibles, que aman el pecado.
Hace varios días, yo oía desde unas calles de separación, el ruido terrible de los tambores que iban anunciando un desfile de carnaval, yo me dirigía al mercado para hacer unas compras, ya a la vuelta de casa, me encontré con mucha gente que venía en sentido contrario, acompañando a los que desfilaban, y había niños con la cara pintada y disfrazado de lo más absurdo. A mucha gente le parece bien, pero estas cosas no agradan a Dios y le ofenden. Aquellos niños, crecerán, de mayores, se enfrentarán a la Iglesia Católica, no querrán creer en Dios ni en la Santa Madre Iglesia Católica, pues fueron no educados en el Amor de Cristo.
En los mayores que vemos hoy, que no tienen paz ni alegría en sus vidas, aunque posiblemente no se hayan disfrazados en su niñez, pero aprendieron a odiar porque sus padres no rezaron con ellos en familia, se despreocupaban de la salvación de su alma. Y ahora algunos son drogadictos, libertinos, viciosos, y todo lo peor.
Hemos de considerar que el Miércoles de Ceniza no es precisamente momentos para olvidarlo después, es decir, participo en la Eucaristía del Miércoles de Ceniza, al paso de que no se renuncia en su corazón a los deseos del hombre viejo.
Debemos transformarnos en la imagen de Jesucristo: Hombre Nuevo, lo que no se puede hacer es comer de la Mesa de Dios y de la mesa de los diablos; o como algunos podrían decir, “encender una vela a Dios y otra al diablo”, esto entra en el juego del diablo. Y el cristiano no debe jugar sino trabajar con temblor y temor por su salvación eterna.
«…trabajad con temor y temblor por vuestra salvación» (Flp 2, 12), vemos que nosotros hemos de trabajar por nuestra salvación eterna, no se trata de jugar, como dicen los corazones inconstantes y que no son capaces de percibir al Espíritu Santo, que todo lo ven como juegos, en el que los perdedores hacen que gane el demonio, por no acercarse a Cristo.
Debemos pues, tomar conciencia de lo que significa la Cuaresma, y la preparación para nuestra salvación dura toda la vida, porque no suceda, que al final, por meternos tantos en diversiones, festejos mundanos, carnavales, con sus pompas, nos veamos también arrojados al fuego eterno.
 
Estamos en este mundo para dedicarnos a ser feliz, es decir, en Gracia de Dios, porque no se crea que los que se divierte en los carnavales son felices, pues terminado sus entretenimientos, la conciencia le remuerde, porque el pecado estaba ahí, que no ha sido purificado ese corazón por muchas risotadas que tenga.-
«Si el justo se salva a duras penas ¿en qué pararán el impío y el pecador?» (1Pe 4, 18).
 
Miércole de Ceniza, ayuno y abstinencia, que no podemos comer carne el Miércoles de Ceniza ni los viernes de cuaresma, hemos de conocer todo los detalles que nos enseña la Iglesia Católica, no debemos hacernos los descuidados, porque el Señor conoce claramente las intenciones que hay en nuestro corazón.
 
Hemos de orar también por los pobres pecadores, para que abran sus corazones al Amor de Dios, se reconozcan así mismo, hagan penitencia y se salven. Es claro, que nosotros no podemos descuidar nuestra salvación eterna.

Oración también por todos nuestros hermanos y hermanas, para que superen los momentos duros que padecen, y que no quieren renunciar su amor a Cristo y a la Santa Madre Iglesia Católica.

1 comentario:

  1. Muchísimas gracias de todo corazón por los enlaces que me has dejado. Gracias amigo. Un fuerte abrazo.

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