viernes, 8 de febrero de 2013

Decir la verdad por amor a Cristo y bien de las almas

Al único a quien debemos complacer es a Cristo, pero si faltamos a la caridad, ya no estamos complaciendo a Cristo, y este no es camino de salvación eterna.
 
No se puede complacer a todo el mundo por igual, a no sea que todos estén edificados en el Corazón de Cristo. Sólo así podemos complacer al hermano, a la hermana. Ya que sus pensamientos y conocimientos carismal, es por su amor a la Iglesia Católica y ha desechado las vanidades mundanas. Sólo vive para Cristo para Gloria de Dios, que pasan por este mundo, haciendo el bien, en atención a Cristo y por el bien de sus hermanos y hermanas.

Jesús nuestro amado Maestro y Dios nuestro, al único a quien quería complacer es a Dios, y lo hizo hasta sufrir y muerte, muerte de cruz, por el deseo de salvar a los que quieren ser salvados.
 
  • Benedicto XVI: « El verdadero profeta no obedece a nadie más que a Dios y se pone al servicio de la verdad, listo a responder personalmente. Es verdad que Jesús es el profeta del amor, pero también el amor tiene su verdad. Es más, amor y verdad son dos nombres de la misma realidad, dos nombres de Dios.»  (Jesús no vino para buscar consenso sino para dar testimonio ... - Zenit )
 
 Nosotros también necesitamos dar testimonio de Cristo.
  • Santo Toribio de Mogrovejo: «Al único necesario siempre tener contento, es a Nuestro Señor Jesucristo»
  • «Cuando explicamos verdades espirituales a hombres de espíritu, no las exponemos en el lenguaje que enseña el saber humano, sino en el que enseña el Espíritu. Pues el hombre natural no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo, porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu.» [1Cor 2, 13-15].
  • Nota de al pie de página de la Conferencia Episcopal Española (15): “Esto significa en el contexto, que el hombre espiritual, informado por el Espíritu, puede juzgar las cosas espirituales, mientras que el hombre natural no entiende de ellas, razón por la cual que es incapaz de juzgar al espiritual”

¿Verdad que es interesante? Aún así, el hombre natural, es decir el mundano, el que dedica su vida a pasarlo todo lo bien en este mundo,  se otorga un "derecho" de juzgar a las almas que se entrega a Dios, el hombre sin remedio, como también lo ha calificado San Agustín, que no busca el bien del prójimo. También por su soberbia se envalentona contra la Iglesia Católica. Pues no todos los católicos que hay en la Iglesia Católica se identifican con Cristo, por tanto no son espirituales, sino carnales, porque aman el pecado y sus vicios.

Hemos de aprender a ser verdaderos espirituales, no según lo humano, sino según Jesucristo que se hizo humano para santificarnos a todos, librándonos de la esclavitud de la corrupción del pecado.

Por aquellos años, recuerdo que una persona que se llevaba bien conmigo, un ateo, me dijo, que si yo escribiera conforme a los que no son católicos, todos nos llevaríamos bien. Una propuesta que era para mí imposible de aceptar, sin embargo, siempre hubo paz entre nosotros, aunque ni el uno aceptaba el pensar del otro,
    «Cuando digo esto ¿busco la aprobación de los hombres o la de Dios?, ¿o trato de agradar a los hombres? Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo .» [Gálatas 1, 10].
No es la primera, pero tampoco la última, cuando escribimos contra el error, algunos pueden confundirse, y pensar que se está juzgando a la persona, los que buscamos a Cristo desde nuestro corazón, no pueden molestarnos las correcciones que otros hermanos nos hacen, y no les digo, "estás faltando a la Misericordia, a la humildad", pues si lo hacen con la caridad de Cristo, esas correcciones son saludables para nuestro espíritu.


Las protestas deben quedar aparte, y aprender a ser verdaderamente humildes para que nuestras obras y pensamientos agraden a Dios. No es posible que cuando hablemos de Dios, de la Santa Madre Iglesia Católica, vamos a ser comprendidos, ni siquiera entre nuestros hermanos o hermanas de la misma fe, porque parece que no se ve esa unidad en el mismo sentir de la Santa Madre Iglesia Católica.

Todos queremos convertirnos, pero si no trabajamos por la humildad, ¿qué sucede con nuestra conversión? ¿Será fingida, engañosa? Si Dios no quiere la falsedad, tampoco nosotros,

Si es que de verdad queremos convertirnos al Corazón de Cristo,  pero no todos los lectores están acostumbrados a leer y meditar el Nuevo Testamento, no a todos les han llegado enseñanzas de los Santos Padres de un tema o de otro. Pero tampoco yo he leído todas las obras completas de San Agustín, o de otros Santos Padres y Doctores de la Iglesia Católica.
 
Y puede parecer extraño, ¿Cómo este escribe estas cosas y está faltando a la Misericordia? Yo no puedo escribir cualquier cosa que se me ocurra, sino aquello que tiene relación con lo que anteriormente ha enseñado los Santos Padre, incluso enseña el Catecismo de la Iglesia Católica.
 
"Es que no tengo tiempo para averiguar lo que dice este o aquel Doctor de la Iglesia", es verdad que hay quien no está animado por averiguarlo, pero sí que tienen interés por asuntos que no tiene que ver con el Evangelio de Cristo.
 
Estamos en el mundo, pero de paso, no vamos permanecer para siempre, y el Señor quiere  que aprendamos el camino de la Verdad, no aquello que yo quiera inventarme como una "verdad", no, sino lo que corresponde al mismo sentir de la Iglesia Católica.
 
Si el alma vive arraigado a costumbres mundanas, no es capaz de percibir lo que nos viene del Espíritu Santo, aún así, yo debo tener mucho cuidado, no sea que Satanás astutamente que se disfraza como "ángel de luz" consiga engañarme, debo buscar lo que hay de verdad, y si corresponde a lo mismo que enseña los Santos Padres y Doctores de la Iglesia Católica, y la misma Santa Iglesia de Dios, y que sabemos que es donde está el Papa, entonces no nos podemos equivocar. La Iglesia Católica es Madre y Maestra y nunca engaña a nadie, porque es obra de Jesucristo, de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad: Dios verdadero.
 
Aún así, hay personas que incluso han estudiado largos años de teología, pero no están en comunión con la Iglesia Católica, suelen tener un resentimiento amargo y doloroso, porque su "teología a la propia medida" no es la medida que la del Espíritu Santo en el Magisterio de la Iglesia Católica, y esta envidia, le hace murmurar contra la verdad.
 
 
En ocasiones, ya me ha sucedido, que cuando se defiende los derechos de Cristo con el amor a la Iglesia Católica, incluso hay hermanos católicos, que al no comprenderlo, protestan, o eliminan comentarios y pensamientos con relación a la doctrina de la Iglesia Católica. ley
 
 
  • San Agustín: «Por eso, uno debe decir la verdad, especialmente cuando una dificultad hace que sea mucho más urgente el que se diga la verdad. Que lo comprenda el que pueda comprenderlo. Guardémonos muy bien de que, guardando silencio por consideración hacia los que no sean capaces de comprenderlo, no sólo se frustre la verdad, sino que sean dejados en el error los que pudieran haber captado la verdad, escapando así de su error... ¡Qué miedo tenemos de que la verdad pueda dañar a los que no sean capaces de comprender! ¿Y por qué no tenemos miedo de que, por permanecer nosotros en silencio, se vean engañados los que pudieran haber comprendido?» (Alfa y Omega,)
 
 
Segunda parte:

Como Cristo nos ha llamado, necesitamos seguirle a Él, una vez que estamos en el camino verdadero mediante la Iglesia Católica, sin apegarnos al mundo, ni a la cultura de los pueblos, de las naciones; es decir, lo que no corresponde a la vida del Evangelio con el mismo sentir de la Iglesia Católica.
No todos aceptan el Evangelio de Cristo, ni siquiera algunos católicos, porque por su inclinación al mundo, trata de mostrar del Evangelio, aquello que quiere, pero omite deliberadamente, aquello que en lo que se refiere en una unión sincera al Corazón de Cristo.
No debemos caer en el error de imitar el proceder del mundo, porque eso no es ganarse a los demás para llevarlos al camino de la salvación eterna, sino que usan del Evangelio, de las Sagradas Escrituras para ganarse un mayor número de seguidores, no para llevarlos a Cristo, sino para sus propios fines.
En una ocasión, compartí, estas palabras de San Pablo: 1Corintios, 9, 21-22: Con los que están sin ley, como quien está sin ley para ganar a los que están sin ley, no estando yo sin ley de Dios sino bajo la ley de CristoMe he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos.
 
Siempre debe ser no según nuestra medida, sino a la medida de Cristo. Cuando estamos ya en este camino, algunas personas que han limitado su lectura al Nuevo Testamento, y no lo han leído todo, por cuánto tampoco ha sabido meditarlo, se imaginan que estamos faltando a la misericordia.
 
Es  cierto que hay quien habla de Cristo, pero al tener su corazón una parte para el mundo, piensa que su protesta es justa. Algunos, por ejemplo, recuerda: "No juzguéis y no seréis juzgado", pero el Nuevo Testamento no es solamente ese texto, pues habla de la corrección fraterna, que no se puede confundir en hacer juicios temerarios. Tampoco se puede juzgar con la intención de dañar al prójimo.
 
Pero al leer cuando San Pablo se refiere, que ese ganarse a todos, deben ser bajo la ley de Cristo, y no según la medida personal, aquel texto de San Pablo, fue censurado, desaparecido misteriosamente, y no volvió a aparecer.
Pues cuando sucede esto, yo pienso, si esta persona, quiere ocultar lo que enseña la Palabra de Dios, no está buscando a Cristo, por tanto, los que se acomodan al mundo, no busca las cosas bajo la ley de Cristo, Lo está rechazando a cada comento. Así, cuando se oculta los intereses de Cristo, muchos pobres ignorantes están cayendo en la trampa.
Algunos por llevar a Cristo, dicen: “me hago todo a todos para llevar almas a Cristo”, tanto se adapta a la cultura contraria al Evangelio, que llega un momento, en que ni siquiera tal cristiano, cristiana, va por el camino de Cristo.
Si el evangelizador no está unido al mismo sentir de la Iglesia Católica, siempre hará lo que no conviene, y arruinará a sus seguidores. Pues para evangelizar uno debe hacer muchas renuncias, sacrificios, no anteponer nada al Amor de Cristo.
 
  • Jn 10, 5. 8: Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.» (…) Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon.
 
Las ovejas de Cristo, no tienen interés por los que ponen su corazón en las cosas mundanas. Ya que son verdaderos ladrones, y arruinan a las almas, aunque no lo reconocen, por causa del corazón endurecido. 
La idolatría, en que muchos cristianos tratan de justificarse, no reconocen su gravísimo error, por ejemplo, cuando, el demonio inlfuye fácilmente a las almas que no son verdaderos devotos de María Santísima, ni aman verdaderamente a Dios, pero ellos se creen que sí, pero sus obras, por ejemplo, juegan al fútbol con sotana, está claro que están desafiando a Dios y a los Apóstoles, tarde o temprano, terminarán por apostatar de la Iglesia Católica, porque con Dios no se juega, con Dios no se bromea, eso no es adaptarse a Cristo, no es hacerse todo a todos para llevar almas a Dios, sino todo lo contrario, pues aquellos que buscan a Cristo, y ven que aquella alma no cumple con los deseos de Cristo, termina por alejarse de él, o de ella.
  • Jn 10, 7-10: Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.  
Con Cristo tenemos vida en abundancia, pero esta abundancia la es en cuánto no tengamos nuestro corazón según el mundo, sino Cristo Jesús, que es mucho más importante, ha roto nuestras cadenas que nos sujetaba a la esclavitud de nuestros pecados y vicios.
No es imitador de Cristo aquel corazón que busca lo propio del mundo y los intereses de Cristo. Hay muchos atrevidos que usan, como queda referido, tanto de las Sagradas Escrituras como a la Iglesia Católica, estos no pueden ni quieren llevarnos a Cristo.
Pero también puede suceder, “Este ha puesto estas palabras de Cristo, y me echa a perder la medida de mis intereses personales, fuera mensaje, fuera comentario porque ha dicho que hay que seguir a Cristo con el mismo sentir de la Iglesia Católica, y este no es mi propósito”. No es necesario que lo diga por palabras o por escrito, pero este es posiblemente uno de los propósitos de los que no quieren adaptarse por el camino de Cristo.
Si estamos unidos en la fe de la Iglesia Católica, aquel escrito que leo, si veo que es conforme a la unidad que Cristo quiere, y verdadera obediencia al Papa, me ayuda mucho.
 
Decir la verdad, con el propósito de llevar almas a Cristo, pues sólo en Él tenemos paz y alegría, de ninguna manera se debe aprovechar para ponernos nosotros en el lugar de Cristo.
 
Recomiendo:

2 comentarios:

  1. Esta entrada me parece una gran enseñanza. Complacer a cristo es cumplir la Palabra de Dios. Gracias siempre por indicar el camino a seguir amigo. Es un placer leerte. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana.

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  2. Cuanta verdad en este pots hermano, gracias.
    un abrazo.

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