jueves, 8 de noviembre de 2012

El cristianismo debe luchar contra la tibieza.

Es claramente que la tibieza endurece nuestro corazón, oscurece nuestros pensamientos. Para evitar nuestra tibieza, pues ser tibio es ser vomitado por el Señor. Nuestro amado Padre no puede soportar nuestra tibieza, es verdad que nos ama, pero la tibieza, el apego al mundo, a todo aquello que no da gloria a Dios, nos va dejando en la ceguera más terrible.
 
 

Acudamos a la Madre de Dios, que nos ayude a vivir conforme al Corazón de Cristo, escuchemos al Papa. Pongamos en práctica todo aquello, que, como otras veces he referido, corresponde a nuestra vocación personal.
 
La tibieza es un obstáculo que se puede romper, por eso, ya he dicho, necesitamos acudir a la Madre de Dios, rogarle que nos ayude en el camino de la verdadera devoción, vicios y pecados, fuera.
 
Foto

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo, y para ello hay que aprovechar este año de la Fe. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
    http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/

    ResponderEliminar