sábado, 14 de julio de 2012

Paulo Coehlo no tolera a la Iglesia Católica

Mis buenos hermanos, pensamientos y escritos que pueda dejar algún comentarista de la línea "Paulo Coehlo" no pueden ser admitido de ninguna de las formas. Por lo que ya no habrá paso a quienes tiene una simpatía por los enemigos de la Iglesia Católica. No puede darse publicidad a escritores que no son verdaderos conversos.

Apologetas cristianos han sabido investigar mucho mejor, y por lo que vemos que...
 
  • 1º. Los escritos de este autor, suelen ser engañosos: 
* Con bastante frecuencia encontramos contradicciones entre lo que piensa algún autor que se dice cristiano, o convertido, cuando escribe temas, que no se ajustan al sentir de la Iglesia Católica, contrarios a las enseñanzas del Magisterio. Los falsos cristianos, o falsos conversos, se inclinan más
  • 2º dice ser "católico a la propia manera" :
* Ser cristiano a la propia manera es apartarse de la fe de la Iglesia Católica, de su Magisterio, a la propia manera no se busca a Cristo, sino que quiere servirse tanto de Cristo y de la Iglesia Católica en su propio provecho para acumular riquezas materiales aprovechándose de la ignorancia y ceguera de tantos cristianos que no se dejan.
  • 3º. no está en plena comunión con la Iglesia Católica.
  • 4º. Sus escritos desprecian a la Iglesia Católica: no la tolera .
* Hay autores que han encontrado que entre los escritos de Coehlo se han encontrado desprecios a la Iglesia Católica, que no la tolera. Los han investigado para ayudarnos a no dejarnos engañar.
 
En parte podría decirse que un lector que se sienta atraído por la lectura de estos escritores que no están verdaderamente en comunión con la Iglesia Católica, no tengan culpa, pero se hace culpable cuando no procura conocer mejor a la Iglesia Católica, y cae en las redes del demonio.
 
Es culpable el perezoso, que no quiere conocer la verdad y permanecer en la mentira. Y termina diciendo, "no se debe juzgar a nadie", porque el demonio no quiere que se le descubra sus intenciones y es por eso, que usa incluso textos de las Sagradas Escrituras para que lectores y lectoras no comprenda la realidad de la fe.
 
Parece que no sale de ahí, "no juzgues", es lo único que tiene en la memoria, y posiblemente dos o tres frases más. Eso no es conocer a Cristo. Eso no es amar a la Iglesia Católica.
 
Se hacen más culpable, porque no quiere comprender las investigaciones de los importantes apologetas cristianos, completamente fieles al Magisterio de la Iglesia Católica. Y solo quieren saber de comentarios breves, inacabables.
Yo siempre he desconfiado de este tipo de escritores, pero acabo de saber cuáles son los motivos.
Desconfío de los escritos de Paulo Coehlo, porque no suelen ser en la misma línea de la fe de la Iglesia Católica, sin embargo, suelen atraer a seguidores que no le conocen bien. Yo no le conozco bien, pero esa desconfianza, que ya he mencionado siempre la he tenido. Y ya sé por qué, porque era satanista, y si se ha convertido al catolicismo, es de temer que nos sea una verdadera conversión.

He traído algunos de los artículos, porque ha sucedido que la dirección ha sido cambiada,
Pregunta:
Estimado en Cristo P. Miguel Ángel: En mi oficina hay una persona que se esta aficionando mucho a la lectura de un autor: Paulo Coelho, del cual entiendo que es muy sincrético y quizá peligroso, ¿me puede dar argumentos para que esta persona entienda el peligro para su fe católica de la lectura de este autor? Gracias por su atención.

Respuesta:
Estimado:
Le mando este artículo tomado de la Revista PALABRA, nº 431, mayo-2000:
‘Paulo Coelho y su cóctel de espiritualidad’
Por Adolfo Torrecilla
Él es católico a su manera, partidario de una religiosidad que tiene mucho de cóctel (cuarto y mitad de catolicismo, medio kilo de pensamiento oriental, mitad de cuarto de ocultismo y el resto de experiencias gnósticas y esotéricas). El resultado es una religiosidad vacía de compromiso, en la órbita del melifluo new age, que tranquiliza las conciencias, que rebaja la experiencia con la divinidad y que supone una peligrosa estafa religiosa que algunos, sin embargo, admiran acríticamente como el paradigma de la religiosidad del nuevo milenio.
 
El prestigio de este autor brasileño es tal que incluso ha sido condecorado con la Legión de Honor en Francia y con el Premio Crystal Award, otorgado por el Foro Económico de Davos. En España recibió el pasado año la Medalla de Oro de Galicia, condecoración que estuvo rodeada de polémica (¿qué tiene que ver la literatura de Coelho con Galicia?).

Su inexplicable éxito literario no ha sido fulminante. Sus libros, por su indefinición, se comenzaron a editar en pequeñas editoriales poco literarias y poco a poco han ido llegando al gran público. En España, sus novelas se publicaron primero en la editorial esotérica El Obelisco, luego en el sello Martínez Roca y por último, con la llegada de la popularidad y las ventas, ha pegado el salto a Planeta, donde ya existe la ‘Biblioteca Paulo Coelho’, en la que se han recogido todos sus libros.
En España hace ya tiempo que sus obras sobrepasaron el millón de ejemplares, aunque todavía estamos lejos de los cerca de cuatro de Francia y los más de siete que ha vendido en Brasil, su país de origen.
 
A pesar del arrollador número de ventas, sus relaciones con la crítica literaria son conflictivas. Y es que sus libros (y en esto recuerda a otro fenómeno sociológico, Antonio Gala) no soportan un serio análisis crítico. Sus novelas son planas, esquemáticas, con unas tramas que abusan de un didactismo simplón, endulcorado con mensajes sugerentes (en sintonía con los mediocres libros de autoayuda) y repletos de una epidérmica sensibilidad espiritual.
 
LITERATURA POBRE
Quizá el secreto de su masiva aceptación popular esté, precisamente, en la aplastante sencillez argumental y narrativa, que facilita la lectura de un tipo de lectores poco exigentes con los productos literarios. En sus novelas, salvo algunas excepciones, apenas hay violencia y sexo. También hay que tener en consideración su estilo, bastante lírico y almibarado, repleto de mensajes filosóficos y optimistas sobre la vida y la necesidad de la religión.
El mensaje que se repite en sus narraciones, especialmente en El Alquimista, su libro más emblemático, es que todos podemos ser mucho mejores, que la inmortalidad es una meta que está al alcance de nuestras posibilidades, que tenemos derecho a que nuestros sueños se hagan realidad y que en cualquier momento de nuestra vida tenemos la posibilidad de fundirnos con la Totalidad, logrando la ansiada fusión íntima de nuestra Alma con el Mundo.
Estos mensajes están en todos sus libros. Publicó el primero a los 40 años, El peregrino de Compostela (1987), libro en clave simbólica sobre las visiones esotéricas que tuvo durante su recorrido por el Camino de Santiago mientras realizaba un conjunto de pruebas esotéricas para ser nombrado caballero de la orden de RAM (Rigor, Armonía, Misericordia). Este libro está ambientado en pleno siglo XX, ‘y los conceptos de infierno, pecado y de demonio ya no tenían el menor sentido para ninguna persona con un mínimo de inteligencia’, comenta en el libro.
 
 
LA FAMA DE EL ALQUIMISTA
Después publicó la novela que le ha dado más fama, El Alquimista, que condensa todo su pensamiento espiritual. Un joven pastor se encuentra con un misterioso personaje que le hace vivir todo tipo de experiencias sobrenaturales con el fin de que sus sueños, con la conspiración de todo el Universo, lleguen a buen puerto. Luego siguieron Brida (1990), A orillas del Río Piedra me senté y lloré (1994), Maktub (1994), La Quinta Montaña (1996), Manual del Guerrero de la Luz (1997) y la que ha publicado este año en España, Verónika decide morir (2000).


BAJO LA ESTELA DE LA NEW AGE
En su última novela incorpora algunos elementos de su biografía. Y es que la vida de Coelho ha sido muy complicada. Nace en Río de Janeiro en 1947. De joven, tuvo serios problemas con sus padres, que se vieron obligados a ingresarlo en varias ocasiones en un psiquiátrico (éste es el tema que recupera en la novela). Fue compositor de letras de rock y director artístico de la compañía CBS en Brasil. En varias ocasiones fue detenido por la dictadura militar y expulsado de su país.
De joven perdió la fe católica y se zambulló en los peligrosos paraísos artificiales que pusieron de moda la cultura hippy. Recuperó la fe tras un viaje a Roma, decisión que confirmó después de recorrer el Camino de Santiago. Pero cuando Coelho habla de la fe católica conviene matizar. Él es católico a su manera, partidario de una religiosidad que tiene mucho de cóctel (cuarto y mitad de catolicismo, medio kilo de pensamiento oriental, mitad de cuarto de ocultismo y el resto de experiencias gnósticas y esotéricas). El resultado es una religiosidad vacía de compromiso, en la órbita del melifluo new age, que tranquiliza las conciencias, que rebaja la experiencia con la divinidad y que supone una peligrosa estafa religiosa que algunos, sin embargo, admiran acríticamente como el paradigma de la religiosidad del nuevo milenio.
En su última novela abandona el tono esotérico de su producción literaria para centrarse en un asunto más humano y existencial.
 
 
POBRE VERÓNIKA
Verónika es una joven de Eslovenia que intenta suicidarse. Los motivos que la obligan a tomar esta decisión no están muy claros. La intentona resulta fallida y Verónika es ingresada en un psiquiátrico. Pero nada de lo que ocurre en este mundo sucede por casualidad, nos dice Coelho. En el hospital, gracias a la ayuda de los médicos y de unos enfermos que comparten sus dudas y angustias, Verónika descubre que la vida tiene otro sentido, otra finalidad, que el amor transforma todo, que nuestros sueños tienen un sentido.
Como en el resto de sus novelas, lo más determinante es el mensaje, que convierte en calderilla los anhelos de gran parte de la humanidad. La manera de abordar un tema tan universal es por la vía de la superficialidad literaria y existencial, con unos personajes de telenovela que se comportan como peleles en manos de un autor omnisciente que, ante todo, quiere subrayar su mensaje idealista sobre la existencia. Pero aunque lo religioso no ocupe un lugar prioritario, sí que está en el fondo de todo, difundiendo una nebulosa espiritualidad, donde Dios se convierte en una bonita y ambigua excusa para que todos los sucesos tengan sentido, lo que facilita la búsqueda de la autorrealización y la seguridad personal.
 
 
FENÓMENO SOCIOLÓGICO
Literariamente, poco hay que decir de Coelho (lo poco ya está dicho). No parece un autor que vaya a dejar mucha huella en la historia de la literatura, aunque sus ventas sean millonarias. Más bien parece que su literatura y su mensaje pseudorreligioso son un elaborado producto de nuestro tiempo, cuando el supuesto renacer religioso se ha transformado en algunos casos en una caótica y sincrética ensalada de religiones. ¿Místico, gurú, visionario, escritor, farsante…? A lo mejor la respuesta está en el marketing.
 
 
  • Muchos católicos no saben hasta qué punto puede arrastrar una lectura de Paulo Coehlo, pues el demonio, muy astuto, se las ingenia para hacer caer, incluso a los elegidos, quedan seducidos por una lectura que no mantiene la comunión eclesial. Hemos de ser prudentes, y mirar con lupa si el libro está permitido por la Santa Sede, nunca comprar un libro sospechoso.
 
Aquí lo que nos debe interesar, es amar a la Iglesia, ser fiel a la Iglesia Católica, aceptar su Magisterio que es un don de Dios para bien de la humanidad, empezando por el Pueblo de Dios que es la Iglesia Santa de Dios. 
Nacido en el año 1947 en la Ciudad de Río de Janeiro, Paulo Coelho es uno de los escritores más leídos y más influyentes en todo el mundo en estos últimos veinte años. Ha vendido más de 100 millones de libros en todo el mundo, su obra ha sido traducida a 67 lenguas y ha sido publicada en más de 150 países.
Su familia de origen era católica y cursó sus estudios en un colegio jesuita. Siendo apenas un adolescente viajó por varios países de América Latina, Europa y Norte de África. A su regreso a su país natal, incursionó en el teatro como actor y director de obras, como así también en la música, ámbito en donde se convirtió en una afamado letrista de canciones de los artistas más populares de Brasil. Según se lee en su propia página web, su curiosidad y fascinación por el mundo de lo espiritual (que encuentran su origen en la época en la que recorría el globo al más puro estilo hippie) le llevaron a una serie de experiencias en sociedades secretas, religiones orientales, etc.
Después de un par de publicaciones que resultaron intrascendentes, publicó “El Alquimista” en 1988, libro que lo llevó a ser el escritor brasileño más leído de toda la historia, alcanzando el primer lugar de los superventas en 18 países y vendiendo, hasta hoy, 30 millones de ejemplares.
A esta obra tan aclamada por el público (aunque no muy elogiada por la crítica especializada), le siguieron Brida (1990), Las Valkirias (1992), A orillas del río Piedra me senté y lloré (1994), una antología de las mejores columnas publicadas en la Folha de São Paulo, Maktub (1994), una recopilación de textos de su autoría titulada Frases (1995), La Quinta Montaña (1996), Manual del guerrero de la luz (1997), Veronika decide morir (1998), El demonio y la señorita Prym (2000), la colección de cuentos tradicionales Histórias para pais, filhos e netos (2001), Once minutos (2003), El Zahir (2005) y La Bruja de Portobello (2006).
 
 
Sus escritos, sus controversias, sus mentiras
Cuando uno lee sus libros, tal vez por recomendación de algún conocido que elogia la “sabiduría” de sus enseñanzas, se encuentra con que Coelho siempre confiesa ser católico y en varios empieza con la jaculatoria “Oh María sin pecado conceiba roga por nosotros que recurrimos a vos”. Tal vez sea una vil estrategia para acceder a millones de lectores cristianos sin desnudar sus verdaderas creencias.
No pocas de sus frases son ciertas y toma leyendas y enseñanzas de varias creencias como el judaísmo, el budismo, pero sobre todo, ensalza cierta sabiduría “oculta”. La magia y el ocultismo son temas recurrentes en sus publicaciones, los cuales los presenta explícitamente como las “auténticas fuentes de sabiduría” (¿?).
“Brida”, su libro publicado en 1990 habla de la historia de una chica que se introduce en la magia por pura curiosidad y, así, guiada por dos magos (un hombre y una mujer) descubre un “maravilloso” mundo oculto para el resto de los mortales. Implícitamente, reivindica a los druidas, quienes fueron unos sacerdotes que los católicos, según el relato de Coelho, habrían perseguido cruelmente hasta matarlos. Brida es asesorada por Wicca, una bruja moderna; el nombre de esta bruja no es casual: Iglesia y Escuela de Wicca, fundada en Estados Unidos, en el año 1973, Wicca -la sedicente iglesia y turbia escuela- postula que la supresión de cualquier deseo corporal es antinatural y estúpida -en sintonía ideológica con la apología pansexualista contracultural de los 60 liderada por Norman O. Brawn, Paul Goodman o Abraham H. Maslow en tres de sus vertientes principales-, pero Wicca va más allá de los postulados de estos ideólogos revolucionarios. La secta Wicca llega a propugnar, una vez desarrollados ciertos poderes psíquicos a través de la brujería, la relación sexual de sus adeptos con súcubos e íncubos. En este libro, Paulo Coelho nos habla muy bien de reencarnación, almas gemelas, libros esotéricos, viajes astrales, oscuros rituales de brujas todo mixturado con la “comunión con Dios”.
 
En “A orillas del Río Piedra, me senté y lloré” (1994), el escritor brasileño toma la idea que planteó en Brida para relatar la historia de “amor” entre una joven y un seminarista católico que da conferencias criticando a la Iglesia por ser machista al “negar el rostro femenino de Dios”. En este libro, se lee sobre una innecesaria obsesión de Coelho por la “verdadera” sexualidad de Dios, llegando a la herejía de “profetizar” que la Iglesia Católica debería rezar en el nombre de la Madre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En “El demonio y la Señorita Prym” (2000) plantea como conviven el bien y el mal dentro del ser humano, llegando al punto de sugerir que los seres humanos que obran bien no lo hacen por propia opción sino que lo hacen por miedo y por reprimir sus propios deseos de comportarse egoístamente. Ahí relata las desventuras de un cura párroco que, por envidia de un obispo, fue relegado a un pueblo perdido e indiferente a Dios.
En el libro “Once Minutos” (2003), Coelho nos cuenta una simpática historia de una joven brasilera que vive en un pueblo pequeño pero que sueña con un porvenir pleno de dinero y poder. Tras fracasar en muchas experiencias afectivas, empieza a tomar un serie de decisiones, algunas guiadas por la Virgen María (¿?), que la llevan a convertirse en una prostituta que vende su cuerpo en un prostíbulo de Suiza. Esta historia tiene un final feliz para la protagonista, ya que puede salir del infierno de la prostitución para intentar construir una nueva vida… claro que con el dinero que “logró ganar” degradando su propia humanidad.
Coelho maquilla sus verdaderas creencias con mensajes positivos que invitan a reflexionar. Como dijimos más arriba, este escritor brasileño no habla honestamente de sus veraderas creencias sino que actúa como “católico”. Según el portal http://es.catholic.net/, en “Las confesiones de un peregrino”, entrevista de Juan Arias publicada recientemente, Coelho reconoce su militancia en sectas satánicas, cuyo nombre silencia por circunspección, refiriéndose a la sociedad secreta por la que pasó con el nombre convencional de “sociedad de la apertura del Apocalipsis”, inspirada como no podía ser menos en las prácticas de Aleister Crowley (nacido en Inglaterra, famoso por sus vinculaciones al esoterismo y al satanismo, murió en 1947). Durante muchos años, lo confiesa, buscó en la magick crowleyana las respuestas a sus interrogantes vitales, y su inquisición personal caminó por las vías de lo que el hermetismo denomina “hermanos de la mano izquierda” (o “hermanos de la sombra”): o sea, si la magia tiene colores, pensemos en la más negra de las magias.
Como católicos debemos tener muchísimo cuidado al leer sus libros porque, mechados con esos mensajes reflexivos, se encuentran igualmente elogiados la “sabiduría” que proviene del ocultismo, de las prácticas esotéricas… como se sabe, eso no viene de Dios, sino que es del enemigo.
 
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 Catholic.net - Las fuentes de la obra de Paulo Coelho
  •  Después de tirar de este hilo quedamos pasmados al detectar, en los libros de Paulo Coelho, condimentos que suponen un serio peligro para todo ese público lector, afanoso de espiritualidad, pero expugnable en su condición lega, indefenso ante lo que so capa de vindicar el mundo mágico y el amor sentimental no encuentra otra cosa que una mixtura de mensajes diabólicos, implícitos y sibilinamente colados de matute en la literatura; servidos en una intolerable mezcolanza de sentimentalismo y brujería. [Léase aquí el artículo completo: Catholic.net - Las fuentes de la obra de Paulo Coelho

2 comentarios:

  1. Oh! me quedo que no se que decir hermano, tendré que averiguar más cosas sobre esto, pero gracias por levantar la tapadera.
    Un abrazo, feliz fin de semana.

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    Respuestas
    1. Yo antes no podía decir nada de este escritor, así por así, necesitaba tener datos, y la cosa es más grave de lo que yo había pensado.

      Es muy importante, como usted, querida hermana, que todos los buenos cristianos tengan esa iniciativa para encontrar siempre la verdad, pues el Señor nuestro amado Padre, no quiere que vivamos en la ignorancia ni en el error.

      ¡Feliz Domingo, día del Señor!

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