martes, 15 de mayo de 2012

«Historias de amistades espirituales» (Editorial San Pablo)

Un buen amigo, una buena amiga, en el sentido espiritual, nos puede ayudar a ir venciendo nuestra ignorancia. Ya había referido que es como un ángel que nos ayuda a no desviarnos del camino de Cristo.

Si reflexionamos bien, los santos tuvieron amistades que nunca se apartaron del camino de nuestro Señor Jesucristo y del amor a la Iglesia Católica, y lo mismo que ellos, nos anima a ser fieles y obedientes al Papa.
La verdadera amistad tiene los mismos propósitos que los de nuestro Dios y Señor Jesucristo y no hay otro, es una amistad constante. Si en algún momento en esa amistad se pierde la referencia de Cristo, entonces se está colando el demonio para hacer de las suyas. Por eso el alma ha de estar vigilante, para no dejarse llevar por la tentación.
San Francisco de Asís, muy amigo de Santa Clara de Asís, cuando no tenía claro que camino escoger, en un momento de su vida, el Santo acudió a Santa Clara para pedirle consejo espiritual, ella tras su tiempo de oración con el Señor, le anunció lo que tenía que hacer, y así fue.
De la amistad espiritual, puede surgir una acertada dirección espiritual, Santa Teresa de Jesús, cuando se veía con bastantes dificultades para sus fundaciones, San Juan de la Cruz, la ayudó mucho; San Pedro de Alcántara, fue también un gran guía espiritual para ella.
Nosotros también podemos tener esas amistades, están en el cielo, pero nos habla en sus escritos, que es lo que debemos hacer. En este mundo, esas almas bendecidas por el Señor, pueden ser nuestros amigos, y están bendecidas por el Señor, por la obediencia constante a la Iglesia Católica y al Papa.
Si alguien nos dice: “ese no es mi problemas, arréglatela como pueda, ¡allá tú!”, estas respuestas y otras similares, es una advertencia muy clara que no hará nada por nuestra vocación, ni nos ayudará en ningún momento. Pero en el momento de la verdad, tendrán que dar cuenta al Señor, porque no han practicado la caridad de corazón, pues no es suficiente hablar de caridad, si luego se ofende al Señor con las obras. Y mejor no volver a pedirle consejo, pero tampoco se ha de tener ningún resentimiento, sino amarle en Cristo, no porque se lo haya merecido, sino como un mandato de Dios, “amad a vuestros enemigos”.

Las historias de amistades espirituales, ayuda al alma a terminar su vida en este mundo, con alegría, en gracia de Dios, este es el sentido de la verdadera amistal, siguiendo los ejemplos de Jesús y María Santísima, su total entrega a la Voluntad de Dios, a la contemplación. La verdadera amistad no aparta al amigo, a la amiga de sus momentos de oración, pues ese amigo, amiga, tiene un asunto muy importante con DIos, y no hay que interrumpirle mientras está recogida en la oración, o haciendo una obra de caridad. Pues Cristo es lo más importante. Las amistades espirituales ponen en práctica lo que Cristo enseña en los Santos Evangelio, o los apóstoles, y lo mismo, no se descuidan para perfeccionarse, y estar atento al Papa, es estar atento a Cristo.

Historias de amistades espirituales, es un libro que se puede comprar, en la Editorial San Pablo, hacer la reserva si no lo tiene en ese momento. Editorial San Pablo tanto en España como en otros países, los interesador pueden conseguir su ejemplar.
portada




HISTORIAS DE AMISTADES ESPIRITUALES

La amistad como un modo de crecimiento espiritual :: Libros ...

2 comentarios:

  1. Estimado hermano, gracias por esta reflexión muy buena, es verdad es necesari cultivar esa autenticas amistades que nos lleve a Dios,esos amigos de Dios que pasan por nuestras vidas constantemente y muchas veces no lo vemos,que Dios nos de si gracias de saber dicernir, ver y buscar esos amigos de Dios que son esa alma que viven en autentica comunión y unión con ÉL, Dios sea con usted.

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    1. «Un amigo fiel es poderoso protector; el que le encuentra halla un tesoro. Nada vale tanto como un amigo fiel; su precia es incalculable. Un amigo fiel es remedio saludable: los que temen al Señor lo encontraran» (Eclesiastico. 6 14-16).

      Como bien sabes, «Silencio en la Oración», cuando buscamos sinceramente a Jesucristo, en primer lugar, pues Él sabe muy bien, que pasos hemos de seguir para no equivocarnos.

      El Señor nuestro Dios y María Santísima siempre sea con usted, y le llene de sus bendiciones.

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