lunes, 28 de mayo de 2012

El peor enemigo de la Iglesia Santa de Dios

La Iglesia siempre tiene enemigos, unos claramente se manifiesta con esa rabia furiosa porque no pueden soportan siquiera el bello sonido de las campana, otros quieren arrebatar bienes que la Iglesia ponen al servicio de los más necesitados.

Pero hay otra clase de enemistad, y podemos ser los que nos decimos “defensores de la Iglesia Católica”, y en esta defensa no incluye, el recogimiento ni la oración al Señor por nuestros perseguidores, y es mal asunto cuando nos ponemos al mismo nivel o peor aún, que aquellos que no conocen a Dios.
¿De verdad conocemos y amamos a Cristo? Entonces, ¿Por qué se consiente que el corazón se incline a todo lo contrario que no está permitido en el camino de la santidad y salvación del alma.
Cualquier enemigo de Cristo, de la Iglesia Santa de Dios, tiene un principio, la autodestrucción, porque no es feliz cuando ataca, ya que lo hace motivado por Satanás, y pienso que habría que orar más por ello, por mandato de Jesús, de María Santísima, y como lo hace la Santa Madre Iglesia Católica.

Para que nuestro amor a Cristo sea auténtico, habría que poner en orden todo aquello, que, según nuestra vocación, no esté en el camino de la santa obediencia, por ejemplo, el amigo de Dios obedece al Papa, el fiel amigo de Cristo, si se consagra sacerdote, no hace una liturgia a la medida de una comunidad en particular, o a la propia.
La peor enemistad no es la persecución externa, que aunque también sabemos que sigue siendo enemigo, pero notemos, que no es el peor. Pues cuando el alma no ora por la conversión de sus perseguidores, ya no es fiel al Señor, es más fácil criticar, que orar bien. Pero el Señor nos ofrece precisamente esa facilidad, del que nosotros hemos de perseverar en la oración, y hemos de leer y releer tantas veces el Nuevo Testamento, es necesario conocer más pefectamente las palabras de nuestro Santo Padre Benedicto XVI, y sobre todo, se ha de poner, todos debemos hacerlo en la vocación que tenemos, hacer realidad en nuestras vidas, y hay muchas cosas que tanto sacerdotes, religiosos y religiosas y los que no estamos en conventos y monasterios, es la vida de oración, una renuncia a todo lo mundano, una renuncia total a todo el proceder de los mundanos, laicistas, ateos, para no caer en desgracia eterna,
Necesitamos verdaderamente, hacer un gran cambio interior, la devoción a María Santísima, no debe ser ruidosa ni escandalosa, eso sería estar dentro de una falsa religiosidad, falsa devoción mariana. Es necesario recogerse, centrarse en lo que quiere decir, cada palabra de nuestras oraciones, el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria, el Credo, y busquemos esos momentos para tener el Catecismo de la Iglesia Católica, para meditarlo atentamente. Otra buena solución, es escuchar a monseñor Munilla en su explicación del Catecismo, en Radio María, y también el Compendio del Catecismo - P. José Miguel Marqués. El P. José Miguel habla con la sabiduría de los Santos. Y también hay otros hermanos y hermanas que están muy unidos en el mismo sentir de la Iglesia Católica. Hay programas que nos ayudarán cuando lo oímos sin las distracciones de los ruidos del mundo, para ser mejores amigos de Dios, por medio de la oración y los sacramentos. Radio María es una hermosa escuela que nos ayuda a salir de nuestra ignorancia. Algunos de los sacerdotes más entregado por la causa de la Nueva Evangelización, que se toman en serio la unidad de la Iglesia Católica, como saben defender la Sagrada Liturgia. ¡Ojalá que los sacerdotes se tomen en serio los deseos del Santo Padre Benedicto XVI, entonces habría más recogimiento en las iglesias, el amor de Dios, se haría notar en cada feligrés y feligresa. Necesitamos oración, para acabar con todo tipo de enemistad, incluso en las que hay escondidas en nuestro propio corazón, y no nos estamos dando cuenta, porque nos falta esa luz de la verdadera oración.
Uno de los enemigos de nuestra fe las aficiones deportivas, ya que impiden una mayor atención a la vida de oración, otro de los enemigos es la obsesión por Internet, cuando no se usa con responsabilidad cristiana. Esto lo digo yo, no por todos, sino por aquellos que todavía no se han tomado muy en serio la llamada del Señor a la salvación eterna.
ZENIT - Benedicto XVI: el peor enemigo de la Iglesia no es la persecución ...

También hoy. en Jesús Misericordioso, confío en Ti:

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