NUEVO: Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola
No es la primera vez que cuando hablamos: otros hermanos y hermanas los hacen en su blog, sobre la pureza del corazón, la perfección y la vida de santidad, hay quienes se molestan, porque no quieren renunciar a las oscuridades de sus tinieblas.
No es la primera vez que cuando hablamos: otros hermanos y hermanas los hacen en su blog, sobre la pureza del corazón, la perfección y la vida de santidad, hay quienes se molestan, porque no quieren renunciar a las oscuridades de sus tinieblas.
San Agustín: «Uno debe decir la verdad, especialmente cuando una dificultad hace que mucho sea más urgente. Que lo comprenda el que pueda comprenderlo.
Guardémonos muy bien de que, guardando silencio por consideración a los que no sean capaces de comprenderlo, no sólo se frustre la verdad, sino que sean dejados en el error los que pudieran haber captado la verdad, escapando así de su error».
Cuando yo digo por ejemplo, que no podemos ganar al cielo con vicios o pecados, hay quienes como he referido, se molestan.
Años atras... cuando no tenía ordenador, asistía a unas clases de comercio e informática, el tema a escribir era el que uno quisiera, me tema fue sobre la verdadera religión, y cuando entregamos nuestros trabajos para que lo examinaran, llegaron a escandalizarse cuando se supo, pues defendí los derechos de Cristo, la necesidad de aceptar a la Iglesia Católica por ser obra de Dios. Se escandalizaron, porque no escribí otras religiones como veraces. Y que encontramos la verdadera Religión en la Iglesia Católica. Ahí tuve problemas tanto por los compañeros.
En otra ocasión estuve muy a punto de ser expulsado, pues yo no quise participar en todas las clases de la profesora, "bailes", "ritos paganos", "brujería", cosas que nada tenía que ver con el programa de estudio, sino que ella quería que toda la clase debía participar, fui el único que no lo hice. Por eso se levantó una gran batalla contra mí, por parte de casi todos.
Volviendo brevemente sobre los trabajos de redacción, uno de los compañeros se decía que tenía por "dios" a la naturaleza, "árboles, plantas, etc. No reconocía a Dios, en los momentos en que había descanso, yo hablaba del Evangelio. Me dijo, "escribes muy bien, pero eso tiene que llevarlo de una forma distinta de lo que enseña la Iglesia" Yo le dije que como católico y creo en Dios, no puedo ni debo escribir para favorecer el ateísmo, ni al paganismo. Son palabras que le dije en ese sentido, de otro modo.
En otra ocasión un católico, cuando yo escribí en el mismo sentido que lo hace la fe de la Iglesia Católica, este católico me dijo que cuando lo leyó, se sintió muy triste, se había dado como aludido, me dijo, mira no escriba estas cosas. Sin darme cuenta, me llevé por respeto humano, y rompí las hojas. Pero luego al escribir, volví a decir algo parecido, es decir, lo mismo que enseña la Iglesia Católica, los Santos Padres, haciendo un rechazo a la superficialidad y mediocridad, contra la desobediencia a la Iglesia Católica, y son estas cosasa que cuando uno dice o escribe, hay personas que se sienten afectada.
Querer mantenerse fiel a Jesucristo y a la Iglesia Católica, podemos incluso ser incomprendidos por algunos hermanos de nuestra propia fe. Aunque ya lo referí en una ocasión, lo diré también de otra forma, que si nos dejamos llevar por nuestros vicios aunque sea el tabaquismo, no podemos sacar frutos de santidad si hablamos de temas espirituales, al decir esto, no quiero enfrentarme con nadie, sino que es una realidad. No sacaría provecho alguno si hablando de Cristo, mezclo también palabras groseras y mal sonantes, si lo hemos adoptado como una costumbre, es bastante defícil arrancarlo del interior. Pues la balanza de las cosas feas tiene un peso muchísimo mayor, que apenas se nota las cosas buenas. Insisto que no trato de ofender a nadie. La causa de que algunas personas se lleguen a molestar, es por causa del hombre viejo.
Yo le digo de otra forma a este hermano, a esta hermana, "intenta comprender que si hablas de temas espirituales, debes pensar y hablar como Cristo, porque si tiene ese vicio de añadir palabras feas y mal sonante, estás ofendiendo a Dios"; Tu comulgas, No es posible complacer a Cristo si el corazón tiene la mala costumbre de fumar, eso no está nada bien. Por la misma boca entra Jesucristo y los cigarros? Tanto las feas palabras como la inmundicia del tabaquismo no son modos de alcanzar la vida de pureza, y la santidad aparente no es la verdadera santidad. Hermano, hermana, no voy contra ti, te respeto por amor a Cristo, Él quiere salvarnos a todo, déjate también salvar. Ya son años que si el alma no renuncia esos vicios, cada vez será el alma más débil, y morirá con esos vicios.
No estoy contra ti, pero es Cristo quien sufre con comportamientos de ese tipo. Conoces muy bien por el Evangelio que la santidad y la hipocresía no pueden relacionarse.
¡Ojalá que no te ofendas con estas palabras, mi buen hermano, hermana!, porque yo también deseo que alcance la verdadera santidad. Pues en la pérdida del sentido del pecado, perdemos de vista a Cristo, y llegamos a declarar que una persona que tiene la mala costumbre de expresarse como aquellos que no creen en Dios ni tienen vida en Cristo, no podemos engañarnos y decirle que es santo o santa. Antes se ha de renunciar el proceder de este mundo con todos sus vicios.
Contaré otro hecho, un hermano franciscano, tan lleno del amor de Dios, fumaba, pero no se sentía feliz. Me decía que orando con perseverancia, con muchas lágrimas en sus ojos, le pedía a Dios, que le librase de ese infierno, son sus palabras textuales. Y perseverando en esta decisión, el Señor le concedió lo que pedía. A estas horas estará en la morada de San Francisco de Asís. Mientras estuvo en la tierra luchó con tal fuerza contra sí mismo, que dejó de fumar para siempre.
El fumar es un reflejo de lo que no lleva a la vida de santidad, sino a la pérdida del sentido del pecado y la corrupción. En el caso de cualquiera, desengañémonos, que la conducta carnal no tiene posibilidad al mismo tiempo de hablar de temas espirituales, es imposible.
El fumar no es cristiano, y siempre se atenta contra el Evangelio, es contrario a la caridad cristiana, y se puede demostrar. A la luz de las Sagradas Escrituras, hay muchos indicios que no es aceptable a la voluntad de Dios.
No olvidemos que nuestro amor a Cristo debe estar por encima de otras cosas, un corazón que quiere entregarse a Cristo ha de renunciar, incluso sus propios placeres, vicios y pecados.
Las palabras mal sonante es también atentado contra la caridad cristiana. No se respeta a Dios ni al prójimo.
No olvides, no te dejes llevar por el amor propio, que te hace enojar, no des ninguna ocasión al tentador. Ten paz y comprensión con Cristo: 1Tes 5, 21-22: «examinadlo todo y quedaos con lo bueno. Absteneos de todo género de mal.
No olvidemos que en este tiempo de Adviento, es una preparación seria para encontrarnos con Jesús, entonces, no podemos relacionarnos con lo que Cristo no acepta...
No olvidemos que nuestras luchas no es contra nuestros hermanos en la fe católica, sino contra todo el poder de las tinieblas, contra nuestros propios vicios y pecados.
Hemos de tener caridad con todos, no debemos oponernos a la Voluntad de Dios, y tendremos paz en nuestro corazón, cuando consideramos lo que nos enseña la Santa Madre Iglesia Católica para nuestra salvación.
Tiempo de Adviento es tiempo de Ejercicios Espirituales, más tiempo para Dios, la oración es indispensable en toda la vida del cristiano.
Pienso, que los Ejercicios espirituales (lo he referido en otro lugar) no es para cuando se termine, volver de nuevo a los vicios y a palabras mal sonante; si sucede esto, hay un problema que debe resolverse con prontitud, y para esto, hemos de meditar largo tiempo, la parábola del sembrador, ¿qué clase de terreno somos? ¿Oímos la Palabra de Dios y acto seguido ya lo hemos olvidado para volver a nuestra feas costumbres? ¿Estamos de verdad esperando al Señor? ¿Cómo estaremos en ese mismo momento, sin que lo sepamos, ya lo tenemos delante nuestro y no nos hemos querido preparar en espíritu y verdad?
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