lunes, 28 de noviembre de 2011

Blogs católicos / Juicios...

Hay blogs católicos,  no solamente rebosan paz y amor, serenidad y dulzura en sus escritos, sino que también suelen trabajar más en su diseño, y yo veo el mío, y pienso, todavía me queda mucho por hacer, pero no lo hago.

Y es que en ocasiones, cuando he intentado añadir un "gadget", no había pensado que pudo haber sido, por algún u otro determinado diseño de plantilla. Pero es que hay diseños, y lo he pensado, puede aceptar algún gadget, pero también que una fuente determinada de texto de letra, por ejemplo, la caigráfica, no se adapte; o dos reflexiones en el mismo día se unan dentro de un cuadro de texto, aunque separado por una línea. Tiempo al tiempo, pues las reflexiones, pienso yo, porque pueden ser distintas, tiene que tener sus respectivas ventanitas. Anteriormente, en la descripción del blog, pude colocar el texto de la fuente de letra, en cursiva, pero en este por el momento no.
Vayamos a lo espiritual.



Pues lo que me dedico, es como ya se ve, compartir reflexiones y otros temas de más importancia. Pero está muy bien, porque los blogs católicos deben ser acogedor, como una casa bien limpia y ordenada. Los adornos en nuestro interior deben ser sobre todo espirituales, para complacer a nuestro Señor Jesucristo. Las reflexiones personales, deben ser en perfecta comunión con la doctrina de la Iglesia Católica, pues si uno entra para hacer un comentario en otro lugar, porque hay personas que no comparte la fe de la Iglesia Católica, y respondiendo a comentarios de los descontentos uno, sin darse cuenta se arriesga a embrutecerse, y comete pecados contra la caridad cristiana.

No, nosotros los hijos e hijas de la Iglesia Católica hemos de evitar a toda costa cualquier confrontación. No podemos salvar por la fuerza a los que quieren vivir al margen de la Iglesia Católica, de todas formas, hemos de demostrar dulzura y ternura, esto es algo que me lo han hecho recordar, algunos hermanos tan llenos de amor y caridad, y le estoy muy agradecido de todo corazón, pues el tentador me intentaba engañar. Estos hermanos y hermanas son verdaderas luces del Señor.
No debemos olvidar la humildad de nuestro Señor Jesucristo, que sus enemigos no querían escucharles, pero no les deseaba el mal a ninguno de ellos, sino que pasaba de largo, y lo dejaban atrás.

No debemos exasperarnos por cuántos nos quieren contradecir, nosotros hemos de difundir el bien desde el espacio que Dios nos ha permitido tener, en mi caso, no debo meterme en campo ajeno, donde hay mucha resistencia al mensaje del Señor.
Nosotros como hijos e hijas de la Santa Madre Iglesia Católica, hemos de atenernos a vivir según el Divino Corazón de Jesús.
En las discusiones se limita nuestro amor a Dios, no podemos limitarlo, Dice San Bernardo que hemos amar a Dios al máximo, sin medida, este debe ser cada momento lo que hemos de hacer, pero no podemos amar al Señor con nuestras propias fuerzas, pues son débiles, hemos de crecer en el camino de la verdadera devoción a María Santísima. Cuando mayor sea nuestra devoción a la Madre de Dios, tanto más nos estamos preparando para amar con más perfección a la Santísima y Adorable Trinidad. Por el contrario, cuando nuestra devoción no sea veraz, sino fingida, nos amaremos a nosotros mismos y defenderemos nuestras opiniones del hombre viejo, y siempre habrá oposición al Magisterio de la Iglesia Católica.
Efectivamente, cuanto nuestro amor sea cada vez más puro más estaremos unidos en Cristo por la fe de la Iglesia Católica y nuestra obediencia constante al Papa. Sabiendo que el Papa es la imagen visible de Cristo invisible.
No podemos olvidar que el Señor se está fijando en nuestro corazón, no debemos consentir que ninguna perturbación del pecado nos afecte; no le agrada nuestras discusiones, y mucho menos la soberbia, debemos evitarlo para no hacer sufrir al Altísimo. «Si te golpean las olas de la soberbia, de la maledicencia, de la envidia, mira a la estrella, ¡invoca a María!» (San Bernardo), pongamos nuestros ojos en Cristo Crucificado, su humildad, su amor, su perdón inmediato para todos. Como Cristo, así hemos de comportarnos, y sólo así, haremos felices a Jesús y a María, y no se apartará de nosotros, de otra forma sí. Pues donde no se acepta lo que enseña la Iglesia Católica y al Papa, es idéntico a no aceptar a la Voluntad de Dios.
¡Qué hermosa es la caridad, hermanos, hermanas! No caigamos en la tentación del príncipe de las tinieblas, que siempre intenta justificar bajo apariencia de bien la maldad y todo tipo de injusticia.
Si tan malo es hacer juicios al hermano, no deja de ser gravísimo, hacer juicios contra el Papa y la Iglesia Católica.
Para defender los derechos de Cristo, con el amor de la fe de la Iglesia Católica, todo tipo de juicio no debe relacionarse con lo que decimos, sabiendo que en la medida de nuestras palabras y juicios injustos, también lo vamos a sentir cuando nos presentemos ante Cristo para ser juzgados.

Una cosa es distinta examinar los asuntos con la caridad de Cristo, es lo mejor, entonces comprenderemos, que si estamos plenamente unidos al sentir de la Iglesia Católica, por defender la Verdad, no cualquier verdad que se nos ocurra, sino la que es con la fe de la Iglesia católica, entonces aunque se nos diga que estamos juzgando, es por la causa de que no se vive la misma fe en la unidad de la Iglesia Católica.

Como apenas se conoce el Evangelio, Dice San Juan 7:24 « No juzguéis por la apariencia, sino juzgad con juicio justo.»  Este juicio justo es la que la Santa Madre Iglesia Católica, es una examen que hace hasta encontrar lo que hay de verdad en tal o tal asunto determinado.

Nosotros los hijos de la Iglesia Santa de Dios, no hemos estudiado para ser jueces de nadie, es el Señor quien concede la Autoridad a la Iglesia Católica, no a todos los católicos.

Uno de los errores, cuando el alma no se ajusta al sentir de la Iglesia Católica, es desear que se realice, por el bien de algunas personas, que no es el bien de la salvación de las almas, por ejemplo, el asunto del celibato, para contradecir a Cristo, opinan una causa con riesgo de la perdición de las almas, que quieren abolir el celibato sacerdotal. En esto hemos de ajustarnos a lo que nos enseña la Santa Iglesia Católica.

La opinión de la abolición del celibato, es un juicio personal contra las decisiones del Espíritu Santo, cuando determina la importancia de la vida de castidad en el sacerdote, y no puede contradecirse jamás. Hemos de tener mucho cuidado con estas personas, que bajo la apariencia de bien, esconden la maldad, lobos con piel de ovejas. El trabajo del príncipe de las tinieblas es hacer juicios contra lo que enseña el Magisterio de la Iglesia Católica.

Yo he escuchado a algunas personas, en Radio María por ejemplo, cuando defienden los valores cristianos, cualquiera que no vive la fe de la Iglesia Católica, o tiene el problema de la superficialidad o mediocridad, se sienten molestos por lo que oyen, que hay que amar, según ellos, los superficiales, a las personas más que a Cristo.

Hemos de amar al hermano, sí, le deseamos el bien, pero no se lo podemos imponer, pero hemos de considerar mucho más a Jesucristo, porque con el amor y la obediencia a Cristo, se comprende mejor los asuntos de nuestra fe. Porque si un alma considera al hermano más que a Cristo, ese tal no ama al hermano, y quiere que se realice sus deseos aún con riesgo de perder el alma, la del hermano y la suya propia.

Pensamientos espirituales: No hay que juzgar a nadie 

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