martes, 19 de marzo de 2013

La Iglesia Católica en su esencia espiritual y santificadora.

¿Qué pensáis, mis buenos hermanos? ¿Merecen ser atendidas las palabras del Papa?
Y es porque me llama la atención lo que dijo, y es que siempre lo mismo, es el deseo de los Papa, siempre lo mismo, preparar los corazones para recibir bien a Jesucristo, comprender la misión de la Iglesia Católica, para que seamos más libres y humildes, Cada vez que habla, que nos deja un mensaje, ¿es necesario atenderla? Como pregunté anteriormente.
Pero, qué es la Iglesia, fijémonos en sus palabras dirigidas a los periodistas, que también hace recuerdo de nuestro amado Benedicto XVI,
       «Cristo es el Pastor de la Iglesia, pero su presencia en la historia pasa a través de la libertad de los hombres: entre estos, uno viene elegido para servir como su Vicario, Sucesor del Apóstol Pedro, pero Cristo es el centro, no el Sucesor de Pedro: es Cristo. Cristo es la referencia fundamental, el corazón de la Iglesia. Sin Él, Pedro y la Iglesia no existirían ni tendrían razón de ser. Como ha dicho en varias ocasiones Benedicto XVI, Cristo está presente y conduce a su Iglesia. En todo lo que sucede el protagonista es, en última instancia, el Espíritu Santo. Él ha inspirado la decisión de Benedicto XVI por el bien de la Iglesia; Él ha dirigido en la oración y en la elección a los cardenales.» (Ciudad del Vaticano, . Discurso del santo padre ante la prensa mundial (Zenit.org))
 
¿Os habéis fijado en qué por su amor a Cristo, a la Iglesia, ha mencionado a Benedicto XVI? El Papa Francisco es muy agradecido a su antecesor, le recuerda con gratitud y ternura,
Démonos cuenta de algo más, de lo esencial; «Cristo está presente y conduce a su Iglesia. »
Siendo verdaderamente que es así, Cristo que está presente en la Iglesia Católica, no todos los católicos lo creen, es por eso, que se necesitan unos a otros para llenarse, (eso cree) cuando conversan incluso durante alguna celebración eucarística, es ahí, donde la presencia del Señor, está, pero también cuando en esos momentos no se celebra la Eucaristía, pues le encontramos en el Sagrario. Por eso, no es suficiente creer en Dios y comportarse como si Dios no contase en nuestras vidas.
Pero Cristo debe contar en nuestras vidas, si consentimos que nuestro corazón se llene de Dios, no habrá sitio para las cosas mundanas, no puede ser. Porque el tener en el pensamiento cosas terrenales, son actos por el que Jesús nuestro Señor se siente desplazado, rechazado. El enemigo infernal sabe cómo procurar, que el corazón embotado, no esté en la cuenta, y vive engañado.
Es muy interesante: «Cristo está presente y conduce a su Iglesia. » pero ¿está presente en mi corazón? ¿me dejo llevar por Cristo?.
Sí, pero no, el sí, se le lleva en la memoria, pero no en el corazón. Y esto sucede cuando el cristiano se aficiona a lo mundano. Pero no es la mundanidad que aprenderemos de la Iglesia Católica, sino que el corazón, hace como un desprecio a Dios, por medio de sus obras, vacías e inútiles. Por ejemplo, en una entrega personal hacia alguna de las variedades idolátricas que el mundo ofrece para que el cristiano se olvide de Dios.
¿Por qué el cristiano debe seguir la fe de la Iglesia Católica? ¡Sí es que se quiere mantener en la unidad de la Iglesia Católica:
En ese mismo discurso a los periodistas, ese mismo día dijo:
  • «La Iglesia, de hecho, al ser sin duda también una institución humana, histórica, con todo lo que conlleva, no tiene una naturaleza política, sino esencialmente espiritual: es el Pueblo de Dios, el Santo Pueblo de Dios, que camina hacia el  encuentro con Jesucristo. Solo poniéndose en esta perspectiva, se puede tener plenamente sentido sobre cómo actúa la Iglesia católica.»
¿Hemos notado que ha dicho que tiene una dimensión espiritual? Si hago estas preguntas, es porque cuando el corazón embotado, vacío de Dios, no busca ni ama esa esencia espiritual, porque pone su vida en el fútbol, en el deporte, no saben en realidad lo que quiere, quieren pasarlo bien según el mundo, disfrutar de las mismas cosas de quienes rechaza violentamente el plan de salvación y amor de Dios. No saben en realidad lo que quieren, aunque sí conocen el Evangelio, pero por su amor a lo mundano, no crece en santidad.
Al decir que tiene dimensión espiritual, lo veo para mí de esta manera. Puesto que tiene esa dimensión espiritual, yo también debo dedicarme a esa misma espiritualidad, porque ¿qué significado tengo respecto a la espiritualidad? que no es mundana, y si no es mundana, ¿por qué me dedico a lo mundado? Pues dedicarse a lo mundando, es entregarse en brazos de Satanás. (continuará con otra reflexión, otro momento)
 
Pero ahora, en esta misma reflexión, sobre el mismo discurso del Papa Francisco, dijo aquel mismo día.
·       «Tengan la seguridad de que la Iglesia, por su parte, reserva una gran atención a su valioso trabajo; ustedes tienen la capacidad de recoger y expresar las expectativas y las exigencias de nuestro tiempo, de proporcionar los elementos para una lectura de la realidad. Su trabajo requiere estudio, sensibilidad, experiencia, al igual que muchas otras profesiones, pero implica una especial atención de frente a la verdad, a la bondad y a la belleza; y esto nos hace especialmente cercanos, porque la Iglesia existe para comunicar justamente esto: la Verdad, la Bondad y la Belleza "en persona".
 Debe verse claramente que estamos todos llamados, no a comunicarnos a nosotros mismos, sino esta tríada existencial que conforman la verdad, la bondad y la belleza.»
Verdad, bondad, belleza, este es el camino de los cristianos, dar razón de nuestra fe, como nos enseñaba San Pablo. El corazón apegado en el mundo, lleno de sí mismo, no suele reconocer el verdadero sentido espiritual, de su belleza por la verdad y la caridad, no comprenden el lenguaje, sino que se empeña en decir, que las cosas no deben decirse así, y la causa porque no se ha familiarizado en el lenguaje del Amor, de la caridad, le parece extraño.
La belleza que agrada a Dios, cuando todos formamos la unidad en base del Corazón de Cristo, entonces todo es comprensible, todo es verdadera amistad y comprensión, porque todos estamos en el mismo Corazón de Jesús, no fuera de Él. No se trata precisamente ahora voy a Jesús, luego saldré, porque he tenido noticias de lo que el mundo ofrece y quiero pasarlo bien. Yo diría que esta actitud, es también casi una apostasía. Porque quien ama verdaderamente a Jesús, ya nada querrá fuera de Él, fuera de Cristo no se puede progresar en ninguna clase de virtud.
Nosotros que amamos a Cristo, no podemos conversar con las almas apegadas a lo terrenal, porque ellos, al no haber consentido tener una experiencia personal, íntima con Cristo, no llegará a comprender, y por mil explicaciones fáciles que le puedan ayudar a comprender, no te harán caso, porque el demonio los ha encadenado para no soltarlo. Pero es fácil, si se quiere que sea fácil, romper con esas cadenas.
Cadenas más gruesas, más duras que parecían irrompibles, cadenas que parecían poderosas, acudiendo devotamente a la intercesión de la Madre de Dios, esas cadenas se desintegran, el demonio volverá, pero mayor debe ser nuestra insistencia, en arrancar, romper con las cadenas de muertes, que el mundo, demonio o la carne quiere que estemos atrapados.
Sólo Dios, pero no es Dios y el mundo, es Dios, rompiendo con todo lo mundano, si es que queremos adelantar en santidad.
Y sobre esto, también, si Dios quiere, haré otra reflexión, basándome en otra preciosa homilía de nuestro Papa Francisco.
Pues queda mucho por decir, y habrá quien se enoje, pero, no es el propósito, de hacer enojar a las personas, sino que cada uno de nosotros nos abramos a la caridad, al amor de Dios, al respeto, a la dulzura, rechazando toda soberbia, todo orgullo. 
Que el Señor nuestro Dios, a cada uno de vosotros, vosotras, quedéis llenos de toda la dulzura, ternura, bondad, verdad y belleza del Espíritu Santo, que cada uno de mis hermanos y hermanas lectores, se llenen del Espíritu Santo.
Como el Papa, también digo: «rezad por mí». Pero también acordémonos de Su Santidad Benedicto XVI, como también lo recuerda el Papa Francisco. Y oremos mucho por la unidad de la Iglesia Católica.

Los textos del Papa Francisco su discurso, podemos leerlo aquí: Francisco: "Quiero una Iglesia pobre y para los pobres" | ZENIT - El ...

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