Se nos invita a tener confianza en el Señor, también
nos habla de una paz, y hemos de considerarlo que es la paz que nos ofrece
Nuestros Jesucristo, la verdadera paz. En la paz que el mundo ofrece esconde
violencia, libertinaje, pecados y todo tipo de corrupción, la paz de que
ofrecen los impíos es el odio de príncipe de las tinieblas, pero que ellos
llaman paz.
Nuestra confianza en el Señor debe ser sincera,
humilde. Lo poco que sabemos, tenemos que dar gracias a Dios por su misericordia,
aprovechando bien el talento o los talentos, porque cada uno de nosotros,
tenemos al menos uno, un talento. Dios no priva a nadie de que tengan talentos,
pero si la usamos para el bien, para gloria de Dios, es también una puerta
contra el tentador; pues sabemos que todo lo que es bueno y justo procede de
Dios.