Estamos ya una vez más, en el precioso tiempo de Adviento, cuando esperamos al Señor en todo momento, ¡qué felicidad! por eso, no debemos consentir que las cosas mundanas nos hagan insensibles hasta el olvido del Señor, hemos esperarle con amor, Él es nuestra Esperanza, debe serlo todo para nosotros, sabemos que el Señor nos ama, hemos de amarle con todas las fuerzas de nuestro corazón.
Bendito seas hermano, bendita seas hermana que siempre está pendiente del Señor.
Bendito seas hermano, bendita seas hermana que siempre está pendiente del Señor.