Dios les bendiga siempre mis buenos hermanos.
viernes, 16 de enero de 2015
viernes, 2 de enero de 2015
Nuestra vida debe permanecer en Cristo Jesús, ¡siempre!
Mis buenos
hermanos y hermanas, ¿qué tengo que decir para este nuevo año? ¿Feliz Año Nuevo
2015? pues esto es como no desear nada, porque la felicidad, la tuya, la mía,
no depende del paso de un año a otro, sino de nuestra unión con Cristo
Jesús.
El mundo no tiene la menor idea del verdadero sentido
de la Santa Navidad, pues su ceguera es permanente y no tiene cura. La
Navidad tiene su origen en el nacimiento de Cristo, no en vender
consumismo, engañar a la gente para que compre lo que puede arruinar
su fe. El mundo es tan mentiroso como el demonio. Los que hacen publicidad
se basan en las mentiras. No son personas que aman la verdad, sino la mentira.
Es el Señor
que nos ayuda a comprender esta realidad, como aquella vez, que yo tomaba las
doce uvas antes de que el Señor me invitase a seguirle, me quedaba a la media
noche, las campanadas por la televisión, y os aseguro que en esos momentos no
sentía felicidad, del paso del viejo año al nuevo, mi vida un desastre, vacía.
La felicidad no depende de comer uvas a medianoche, ahora bien, si alguna
persona puede mantenerse bien despierto a esos momentos que belleza hay en
familia, en vez de las doce uvas con champan, o sidra, o cualquier otro licor,
es mejor complacer a Dios rezando en familia el Santo Rosario,
Cuando el mundo te "felicita la navidad o el año nuevo", ¿es con propósito de señalarte donde está la salvación? No creo.
Por el contrario, cuando un cristiano fiel a la Iglesia Católica, cuando te felicita la Santa Navidad, te está mostrando: --Mira, allí está Cristo, el Salvador del mundo, que siendo Dios se ha encarnado en un humilde niño, para salvarnos"
En lugar de
deciros "Feliz año nuevo" Respondámonos interiormente, si es o no correcto, como hijos de Dios, renunciar estas costumbres sobre la felicidad.
Es mejor ofrecer para gloria de Dios, lo que Él mismo
nos lo muestra para que no andemos equivocados:
- « El Señor te bendiga y te guarde, el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te conceda su Gracia, el Señor alce su rostro hacia ti y te conceda la paz» (Nm 6, 24-26)
¿Verdad que esto es mucho más hermoso
que la felicidad que nos ofrece los hijos de este mundo? Pues somos hijos de
Dios, no somos hijos del mundo, trabajamos por el Reino de Dios, es el Reinado
de Cristo lo que cuenta, no el mundo, aunque estamos en él, pero no es para
siempre, vamos de paso hacia la eternidad.
El Señor
muestre su Rostro en ti, si es que le buscas con toda tu alma, pues quien tiene
a Cristo, trabaja mucho para conservar en su propia vida la Gracia de Dios.
Como había
referido, que la noche anterior, y todos lo podemos hacer, si estamos
enamorados de la Palabra de Dios, será difícil que nos olvidemos de los
propósitos, de nuestro deber de gratitud constante que debemos a Dios, por el
hecho que nos ha creado por puro amor, y recitamos el Himno Tedeum:
Himno Te Deum
A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.
Los ángeles todos,
los cielos y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Los cielos y la tierra están llenos de la majestad de tu gloria.
A ti te ensalza el glorioso coro de los Apóstoles,
la multitud admirable de los Profetas,
el blanco ejército de los mártires.
A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra, te proclama:
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana sin desdeñar el seno de
la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú te sientas a la derecha de Dios en la gloria del
Padre.
Creemos que un día has de venir como Juez.
Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su pastor y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos y alabamos tu Nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confié, no me veré defraudado para
siempre.
Todo lo descubrimos en la medida que nos unamos más a Cristo Jesús, le obedezcamos. Como había dicho, yo tomaba con la familia las doce uvas, pero un año, sin decir nada, deje de tomarlo, no obligaba a ningún familiar que hicieran lo mismo, pero yo sí qué si lo hice, porque me fui dedicando más a seguir a Cristo, y no según la medida de nuestro hombre viejo. ¡Qué alegría vivir para Cristo!
Este miércoles pasado, día 31, cuando estuve haciendo algunas compras en el mercado, había jóvenes que estaban también estaban proveyéndose de lo que tenia que comprar, pues daban muestras que iban a permanecer fuera de sus casas, y habían ido a la sección de licores. Yo pasé de largo.
Muchos se desean felicidad en el año nuevo, y cuántas borracheras, cuántas comilonas. Es muy arriesgado sobre todo, pasar de un año a otro en pecado mortal, no se ama a Cristo y se atan a los pecados o vicios, y creen que eso es felicidad; y cuántas almas dejan sus vidas de forma violenta, por las peleas callejeras, los insultos, los accidentes en las carreteras en los primeros días de enero, eso no es vida, sino un preludio de la muerte que de un momento a otro, se les presenta, y ya tenían planes para en los meses próximos del año, la muerte repentina, rompió con esos planes humanos del pecador incorregible, y tiempo antes, reían, bailaban, se divertían, se emborrachaban...
Hace ya muchos años estando en casa, escuchaba como en la calle, se oía el ruido de un coche que iba a gran velocidad, a la mañana siguiente, ya ni pensaba en eso, al final de la carretera, vi una gran puerta de hierro que había quedado destrozada, y me acordé precisamente del ruido estrepitoso de aquel coche. Era tal el accidente, que posiblemente terminaron muertos. En otro tiempo, también a una altura sobre la cabeza, había una parte de la pared, de un mercado, que estaba destrozado, pues un coche a gran velocidad había hecho ese destrozo, pero también la puerta metálica había quedado abollada, la del supermercado, la otra puerta era de un parque. Unas semanas después, aquellos destrozos se repusieron, y nueva puerta, pero no así, aquellos responsables de los destrozos, las puertas se reponen, y las fachadas se arreglan, pero ¿Dónde han ido a parar aquellas almas?
Si se imaginan que aquellos que no siguen a Cristo son más felices que los cristianos, por el hecho de desearse "¡Feliz Año Nuevo!", desearse lo que pronto morirá, no es desear nada conveniente, no es favorable.
(Rm
13,11-14)
- « 11 Y esto, siendo conscientes del momento presente: porque ya es hora de que despertéis del sueño, pues ahora nuestra salvación está más cerca que cuando abrazamos la fe. 12 La noche está avanzada, el día está cerca. Abandonemos, por tanto, las obras de las tinieblas, y revistámonos con las armas de la luz. 13 Como en pleno día tenemos que comportarnos honradamente, no en comilonas y borracheras, no en fornicaciones y en desenfrenos, no en contiendas y envidias; 14 al contrario, revestíos del Señor Jesucristo, y no estéis pendientes de la carne para satisfacer sus concupiscencias. »
¿Podremos ayudar a las almas a encontrarse con Cristo si vivimos en la misma mentalidad que los mundanos? Yo no lo creo.
El cristiano no debe mostrarse con una conducta mundana, porque enseguida se le descubre que en realidad, no va tras los pasos de Cristo, no son buenos ejemplos, y si no son sinceros en el Amor de Cristo, puede peligrar nuestra fe, su compañía, por lo que la Palabra de Dios, nos ilumina para que no tengamos trato con estas personas.
No se puede desear una falsa paz, un alma puede decir eso, dar la felicidad según la costumbre del mundo, pero la causa es que no está en comunión con Cristo ni con la Iglesia Católica, y no veo sinceridad, cuando luego se enfrenta con intenciones muy malas.
Lo que nos redime es Cristo, no el paso de un año a otro, es la vida de Gracia, y nos conviene verdaderamente perseverar. Los mundanos pueden desearse la felicidad, pero es muy poca cosa,
Cuando más vida sea conforme a Cristo, la situación se ve de otra forma.
En la noche anterior estuve pensando en el Evangelio, y el día uno de enero, tras meditar el primer capítulo del Evangelio de San Juan, que es muy hermoso, vemos el sentido de cómo podemos ser hijos e hijas de Dios, únicamente cuando lo aceptamos con el corazón. Pues no todos le aceptaron, ni siquiera en el día de hoy, que hay cristianos que no aceptan a Cristo, porque se entregan a la mundanidad, y no les importa. Los mundanos no se sienten atraídos por la belleza espiritual, y esto lo tengo muy observado. Pues ellos mismos con sus frutos no hacen más que recordarlo constantemente, que son del mundo, y no de Cristo, aunque hablen de Él. Si los mundanos hablan de Cristo, no es para honrar a Cristo, sino para atraerse a los de su mismos pensamientos, "chistes", "diversiones", y cualquier cosa que el mundo le ofrece.
No se puede desear una falsa paz, un alma puede decir eso, dar la felicidad según la costumbre del mundo, pero la causa es que no está en comunión con Cristo ni con la Iglesia Católica, y no veo sinceridad, cuando luego se enfrenta con intenciones muy malas.
Lo que nos redime es Cristo, no el paso de un año a otro, es la vida de Gracia, y nos conviene verdaderamente perseverar. Los mundanos pueden desearse la felicidad, pero es muy poca cosa,
Cuando más vida sea conforme a Cristo, la situación se ve de otra forma.
En la noche anterior estuve pensando en el Evangelio, y el día uno de enero, tras meditar el primer capítulo del Evangelio de San Juan, que es muy hermoso, vemos el sentido de cómo podemos ser hijos e hijas de Dios, únicamente cuando lo aceptamos con el corazón. Pues no todos le aceptaron, ni siquiera en el día de hoy, que hay cristianos que no aceptan a Cristo, porque se entregan a la mundanidad, y no les importa. Los mundanos no se sienten atraídos por la belleza espiritual, y esto lo tengo muy observado. Pues ellos mismos con sus frutos no hacen más que recordarlo constantemente, que son del mundo, y no de Cristo, aunque hablen de Él. Si los mundanos hablan de Cristo, no es para honrar a Cristo, sino para atraerse a los de su mismos pensamientos, "chistes", "diversiones", y cualquier cosa que el mundo le ofrece.
"Feliz Año Nuevo...", no, el mundo no puede dar lo que verdaderamente desconoce, que es la felicidad, Mira lo que dice Jesús. Que yo también lo decía a todos, y es que nuestra ignorancia nos causa malas pasadas. Pero cuando más nos encaminamos con Cristo en nuestra vida. Lo antiguo, lo viejo ha pasado, las malas costumbres ya no forman parte de nuestra propia vida, porque en Cristo nos encaminamos hacia la perfección.
EL mundo no puede ofrecer lo que realmente no es felicidad, no entiende de eso, pero sí que tenemos sufrimientos, pero en Cristo, salimos del sufrimiento hacia la paz y la alegría espiritual.
- «En el mundo tendréis sufrimientos, pero confiad, Yo he vencido al mundo». (Jn 16, 33)Cuando un hijo de Dios, una hija de Dios sufre el mundo se alegra, (Jn 16, 20), por eso la verdadera alegría cristiana no es según el mundo, sino cuando se sumerge en la oración diaria, pues el tiempo existe para la oración, no es excusa, que incluso trabajando como obrero en la construcción por ejemplo, el alma puede orar, al menos en las jaculatorias.
Cuando permanecemos en cada instante con Cristo, Él nos ayuda a vencer el mundo. Solamente cuando vivimos conforme al mismo sentir de la Iglesia Católica, muy entregados a Dios, el Señor nos hace realidad, no por que lo merezcamos, sino porque Él verdaderamente quiere ayudarnos, y debemos saber pedir su ayuda. Abriendo nuestro corazón al Espíritu Santo.
Salmo 19, 1-6:
Que el Señor te escuche el día de la angustia,
Que te proteja el Nombre del Dios de Jacob.
que te envíe socorro desde el Santuario,
y te auxilie desde Sión.
Que se acuerde de todas tus ofrendas,
y acepte con agrado tus holocaustos.
Que te conceda tus deseos,
y cumpla todos tus proyectos.
Nosotros cantaremos tu victoria,
tremolaremos nuestras banderas en el Nombre de Nuestro Dios.
Que cumpla el Señor todas tus peticiones.
Que te proteja el Nombre del Dios de Jacob.
que te envíe socorro desde el Santuario,
y te auxilie desde Sión.
Que se acuerde de todas tus ofrendas,
y acepte con agrado tus holocaustos.
Que te conceda tus deseos,
y cumpla todos tus proyectos.
Nosotros cantaremos tu victoria,
tremolaremos nuestras banderas en el Nombre de Nuestro Dios.
Que cumpla el Señor todas tus peticiones.
Esto sí que es desear la felicidad a nuestros hermanos, en Cristo cantaremos los triunfo sobre nuestras tentaciones, la victoria está asegurada para quien persevera, incluso sangrando para no caer en ninguna de nuestras tentaciones, Dios está ahí que no nos abandona, nos ayuda a triunfar contra el demonio nuestro enemigo, hay que luchar, combatir hasta morir si es preciso, Pues antes la muerte que someterse a la tentación que nos puede arrastrar al pecado, venciendo la tentación, la situación se tranquiliza.
La felicidad según el mundo, por el contrario, su "felicidad" invita a que te destruya con el pecado, y el demonio está por medio para reírse de tu caída.
La felicidad según el mundo, por el contrario, su "felicidad" invita a que te destruya con el pecado, y el demonio está por medio para reírse de tu caída.
Mis buenos hermanos, que el Señor siempre esté en vuestro corazón y en vuestra familia. No dejemos de orar unos por otros.
lunes, 22 de diciembre de 2014
No retribuyas tus pecados a Dios / Promesas del Bautismo
He leído alguna
noticia que no ha resultado conforme a los intereses de Cristo. Y es que en
ocasiones, hay periodistas que se dicen católicos, que escriben cualquier cosa
que le puede ser demasiado interesante, cayendo en alguna que otra herejía.
domingo, 21 de diciembre de 2014
IV Domingo de Adviento, «Anunciación y Encarnación del Hijo de Dios»
¡Bendito sea el Señor nuestro Dios!
¡Bendita sea la Llena de Gracia que nos trajo la Salvación del mundo!
Ya se ve por las calles, en estos días, las calles más alegres, por las luces, pero no es esa la verdadera alegría, sino la que recibimos de Dios que es bendito por los siglos de los siglos, en nuestra propia vida.
Es verdad que Dios nos promete la paz, y no es la paz según el mundo, que siempre habrá guerras, nunca se podrá evitar, Habrá guerras y disturbios hasta el final de los tiempos, porque de eso se encarga nuestro enemigo el diablo, de tentar a los corazones que no buscan a Dios y no se dedican a la oración y tienen todo su disfrute en este mundo. La paz verdadera es para las almas justas, los hijos e hijas de Dios.
Por lo que no debemos descuidar nuestro compromiso como hijos de Dios, creo que lo somos, y efectivamente, no somos hijos del mundo, y no seguimos tampoco las corrientes mundanas, que sería causa de nuestra perdición.
Mis buenos hermanos, ¡qué poquitos días faltan para ir corriendo a ver al Niño Dios que ya está con nosotros!
Pensemos en esto, cuántas veces el Señor nos ha llamado a conversión auténtica, y perseverar en la voluntad de Dios. ¿Lo he tomado en cuenta?
domingo, 14 de diciembre de 2014
Evangelio: San Juan 1,6-8.19-28. Ciclo B
Juan el Bautista testimoniaba la inminente llegada del Hijo de Dios, del Salvador de la Humanidad entera. Nosotros, más aún porque el Señor nuestro Dios nos ha hecho hijos de la Iglesia, por el sacramento del Bautismo, cuando no testimoniamos en toda ocasión, cuando hay ocasión con nuestras palabras, pero en todo momento con nuestro testimonio y ejemplos. Y no estamos en este mundo para ser mundanos. La mundanidad, que tantas veces he comentado, siempre se opone a los intereses de Cristo.
Cristiano es vivir conforme a Cristo, no es solamente un concepto, debe ser una realidad. Pues la eternidad es una realidad, existe el cielo y el infierno, es eterno.
domingo, 7 de diciembre de 2014
Evangelio dominical, 2ºDomingo de Adviento. (Mc 1,1-8), Ciclo B
Gloria y alabanza al Señor que nos ama,
Llegamos al II Domingo de Adviento.
No debemos someternos al mundo, sino todo lo contrario: «Preparad el camino del Señor, haced rectas sus sendas». Las sendas del Señor no las debemos torcer según el capricho del hombre viejo, vivir en la rectitud de vida, siempre con perseverancia.
Llegamos al II Domingo de Adviento.
Meditando este evangelio, el testimonio
de San Juan Bautista siempre me llama la atención, siendo el precursor de
Cristo, que anunciaba la conversión del corazón a todos… Hoy día, nuestra
soberbia nos impide imitar este ejemplo, si él, el Bautista, no se consideraba
digno de desabrocharle sus sandalias. En nuestros días, cuando ya se ha perdido
la gravedad del sentido del pecado, el alma ingrata que se cree tan superior al
Precursor de Cristo, no adora a Cristo, y toma la Sagrada Comunión, sin el
mínimo respeto y reverencia. No se preparan dignamente; ni siquiera se
esfuerzan en ello: --“yo hago lo que quiero, y por eso, comulgo de pie y en la
mano, y luego me entretengo en conversaciones y risas con quienes estén a mi
lado”--. Esto sucede entre los jóvenes, pero también entre algunas personas de
más edad, incluso en la ancianidad. Se pasa todo el tiempo de la Misa,
hablando, y hablando.
El demonio, nuestro enemigo, busca
muchos modos, para el cristiano irreflexivo cumpla los malos deseos del
Maligno, confesiones y comuniones sacrílegas, que no le ayudan a mejorar su
relación espiritual con Dios.
« es necesaria una purificación para
recibir al Mesías. » El cristiano mundano
cada vez que comulga indignamente, agrava su situación para la eternidad.
Pero no pensemos que la purificación es
para los Santos, ¿Qué pasa con nosotros? Que no somos santos, y sí, necesitamos
purificar toda nuestra vida. Renunciar los apegos a la mundanidad. Los mundanos
me responden: “lo que hay en el mundo es bueno y santo”; “no es malo ser
mundano”; “nosotros somos los malignos”, etc., esta forma de pensar nos aleja
de Jesucristo, y no conviene, necesitamos cambiar nuestros pensamientos. No
podemos hacer “me gusta este Evangelio”, con el corazón y la mente en la
mundanidad, no podemos vivir así, esto no es verdadera vida.
domingo, 30 de noviembre de 2014
Primer Domingo de Adviento, Ciclo B

Reflexión Espiritual de Juan Pablo II
«Amadísimos hermanos y hermanas: Comienza hoy, con el primer domingo de Adviento, un nuevo Año litúrgico. El Dios de la alianza se reveló en la historia, y en la historia la Iglesia celebra su misterio de salvación: la encarnación, la pasión, la muerte y la resurrección del Señor Jesucristo. Así, el camino de los creyentes se renue...va continuamente, en tensión entre el "ya" realizado por Cristo y el "todavía no" de su manifestación plena.
Dios es el futuro del hombre y del mundo. Si pierde el sentido de Dios, la humanidad se cierra al futuro y pierde inevitablemente la perspectiva de su peregrinación en el tiempo. ¿Por qué nacer?, ¿por qué morir?, ¿por qué sacrificarse?, ¿por qué sufrir?
El cristianismo ofrece a estos interrogantes una respuesta satisfactoria. Por eso Cristo es la esperanza de la humanidad. Él es el sentido verdadero de nuestro presente, porque es nuestro futuro seguro.
El Adviento nos recuerda que vino, pero también que vendrá. Y la vida de los creyentes es espera continua y vigilante de su venida».
(Juan Pablo II, Angelus, 1 de diciembre de 2002)
* * *
La importancia del tiempo de Adviento, no
es Navidad, sino una preparación para nosotros, porque llega el Hijo de
Dios.
Los cristianos mundanos adelantan la Navidad sin contar con el Adviento.
domingo, 23 de noviembre de 2014
domingo, 16 de noviembre de 2014
Parábola de los talentos (Mt. 25, 14-30) Homilías...
16 de noviembre de 2016. Actualización.
Dios sea bendito ahora y por siempre, En la actualidad es importante que todo sacerdote perfeccione sus homilías. Y efectivamente, porque cuando el sacerdote se pasa horas ante el Santísimo, se deja llevar por el Espíritu Santo, en las homilías permite la ayuda del Espíritu Santo, y que importante que persevere.
jueves, 13 de noviembre de 2014
Evangelio de San Lucas, 17, 20-37 / El día de la venida de Cristo
No nos cuesta nada
diariamente leer y meditar las Sagradas Escrituras, y son admirables esas
personas que lo hacen cada día, incluso antes de dormir. En las Escrituras nos
encontramos como la Misericordia que el Señor nos tiene.
Otras personas que tienen
más tiempo también están de trato continuo con el Señor, ya en la oración y contemplación,
y la lectura constante de la Palabra de Dios.
Grandes maestros y
teólogos de la Sagrada Escrituras, en el día de hoy, todavía tenemos gracias a
Dios, a Benedicto XVI, como uno de los mejores teólogos de nuestro tiempo,
cuando leemos sus enseñanzas, quedamos complacidos de aprender, porque es el
mismo Señor que por medio de este Papa Emérito, nos ayuda a comprender partes
de las Escrituras que no habíamos entendidos. Siempre bajo la guía del Espíritu
Santo y la devoción a la Santísima Madre de Dios.
Hay muchas personas que
están en paro, y necesitarían animarse en la búsqueda constante del camino de
Cristo Jesús. Cuando se busca un trabajo, sucede que además de no encontrarlo,
hay muy grave despreocupación de buscar a Cristo. Y esto no es bueno. La vida
la tenemos en Cristo, si nos entregamos a Él, sin duda que ayuda al cristiano a
encontrar un trabajo. Pero ante todo, se ha de buscar a Cristo por las cosas de
arriba, y aceptar plenamente su adorable Voluntad. La Voluntad de Dios nos hace
libre y nos da mucha paz cuando la cumplimos sinceramente.
Debemos orar mucho por
todas la familias cristianas, para que conserven su trabajo sin preocupación,
que Dios les cuide y a su familia, que nunca se entrometa el demonio nuestro
enemigo en un hogar cristiano, y no lo hará, porque la familia unida reza, la
familia cristiana medita la Palabra de Dios, especialmente los domingos y días
festivos, pues tienen más tiempo.
Gracias a Dios y a la
Iglesia Católica, aprendemos muchas cosas buenas, como que el Reino de Dios,
cuando venga, no será como espectáculo. Cuánto más permanezcamos con Cristo
humildemente, ese reino, que ha entrado en nosotros debemos dejarlo crecer, no
debemos estorbar el plan de amor que Dios tiene en cada uno de nosotros, le
amamos, le adoramos, con toda nuestra fuerza, con toda nuestra alma. Debemos
ser constante.
Cuando Jesús venga, la fe de muchos cristianos han caído abajo, porque no se prepararon debidamente. Jesús en sus benditas enseñanzas nos pide que estemos alerta, pues no debemos dormir, es decir, dominarnos por la pereza, el desinterés por la oración, la omisión de los sacramentos, y terminar en la ruina. El libre albedrío es motivo de sujetarnos al Señor, y no separarnos de Él.
Pidamos humildemente a la Madre de Dios que nos ayude a prepararnos, que lo hace, pero está en nosotros también en colaborar con la Voluntad de Dios.
Notemos que, el Reino de Dios no tiene relación con el espectáculo, y en muchas iglesias, se reúnen jóvenes para hacer teatro, así no se prepara la venida de Jesucristo:
Notemos que, el Reino de Dios no tiene relación con el espectáculo, y en muchas iglesias, se reúnen jóvenes para hacer teatro, así no se prepara la venida de Jesucristo:
- Se coloca las paredes de la iglesia, dibujos infantiles, globitos de colores, coreografía en ciertos momentos de la Sagrada Liturgia de la Misa, los aplausos, esto lo he visto yo, es un verdadero martirio, la gente allí ofendiendo al Señor todo el tiempo de la Misa, no he vuelto a ir una segunda vez, y esto es un gran pecado, pero que no reconocen como tal. Ese tipo de manifestación grave de impiedad dentro de la Casa de Oración, y durante una misa, es una preparación al castigo eterno. Será el Señor quien juzgue. Estas y otras impiedades cierran el camino de la salvación eterna. Se imaginan que están llevando almas a Dios, y sucede que es todo lo contrario, los alejan de Cristo.
Cuando Cristo venga, que será repentinamente, toda la tierra lo verá, todo el mundo, porque ya será la hora, los que están preparados son aquellas almas que siempre momento a momento, ha hecho lo que Cristo le había pedido. Se llenarán de gozo; por el contrario, los que no han hecho el bien, ni han planeado cambiar su corazón, sino que en pleno momento de su pecado... se aterrorizarán, intentarán esconderse, pero no existe en el mundo ningún lugar en que los pecadores impenitentes, puedan apartarse de la Justicia de Dios, la verdadera Justicia, que siempre es muy distinta a la que hay en el mundo. ¡Ay de los blasfemos! de los impuros, de los libertinos, de todos los pecadores impenitentes, que siempre se burlaron y desafiaron a los hijos e hijas de Dios. ¡Ay de los que establecieron leyes contra algunos o todos los mandamientos de Dios y de la Santa Madre Iglesia Católica!
Mantengámonos fuera del camino que arrastra a la perdición, seamos siempre fieles al Señor en todo momento de nuestra vida.
Mantengámonos fuera del camino que arrastra a la perdición, seamos siempre fieles al Señor en todo momento de nuestra vida.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)