miércoles, 21 de septiembre de 2011

Liturgia: Semana 25 del Tiempo Ordinario y domingo 26

Recomiendo las meditaciones del padre José María Iraburu sobre la liturgia de la Semana; 

Benedicto XVI: la Noche del Yaboq

Hay pecadores que por más que oremos por ellos, parece que su situación no anda en mejoría, la ira, la lujuria, la soberbia que es madre de todos los vicios, obstaculizan la vida de gracia, se cierra a la luz de Cristo,
«El impío, después de haber llegado a lo profundo de los pecados, no hace caso» (Pr. 18,3).
Oramos por nuestros enemigos, es posible que nuestras oraciones no le digan nada, la rechazan con brusquedad y desprecio: “¡no quiero que recen por mí!”. Pero nosotros hemos de mantenernos en la paz y en el amor a Cristo, no responder a su violencia.
He conocido a personas, que en momentos parecía lleno de bondad, de comprensión, de respeto y caridad, y en cuánto se me ocurre, hablar de Dios, es como si estallara, temblores por su cuerpo, su rabia, comienza a blasfemar.
Hay dos clases de ceguera en el hombre, la que se puede curar y la que es irrecuperable por la conducta del soberbio:
Y dijo Jesús: «Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos
Algunos fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: «Es que también nosotros somos ciegos?» Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero, como decís: Vemos” vuestro pecado permanece.» (Jn 9, 39-40)
 Mientras que hay ciegos y enfermos (espirituales) que buscan la curación en Jesús, hay otros: también ciegos y enfermos, que se creen que están sanos, y constantemente rechazan los remedios que Jesús nuestro Señor y la Santa Iglesia Católica ofrecen a cada alma para su salud espiritual, dice el Santo Padre Benedicto XVI:

... al ciego curado Jesús le revela ha venido al mundo para realizar un juicio, para separar a los ciego curables de aquellos que no se dejan curar, porque presumen de sanos… (cfr. Jn 9, 1 y siguientes; Enseñanzas del Magisterio del Santo Padre Benedicto XVI. Jesucristo, Tomo 4, 2008, página 421. Edibesa)

De San Agustín:

«Los hombres sin remedio son aquellos que dejan de atender sus propios pecados para fijarse en el de los demás. No buscan lo que hay que corregir, sino en qué pueden morder. Y, al no poderse excusar a sí mismos, están siempre dispuestos a acusar a los demás ( L. H. De los sermones de San Agustín, Domingo, Semana XIV. T. III,, p. 380. Ediciones Paulina. 1984).
 Por tanto, nosotros hemos de evitar todo tipo de murmuración, no caer en esa tentación del mal, y necesitamos poner en práctica con el corazón; la humildad, la caridad, y demás virtudes que Cristo nos enseña en la Santa Madre Iglesia Católica, y nuestra obediencia más sincera al Papa y a los obispos en comunión eclesial con él. Son ayudas que nos mantendrán firmes en el Señor.

Benedicto XVI: La oración según el Patriarca Abraham


Si nuestra oración corresponde al Corazón de Jesús, iremos alcanzando misericordia, y del mismo modo trataremos con misericordia y caridad a los hermanos, si nos injurian, la caridad permanecerá en nuestro corazón, no podemos devolver mal por mal y no tendremos resentimientos contra nadie, pero también con la vida de oración, no podemos obligar a nadie que se salve, y según la gravedad de su conducta, evitaremos su mismo camino, como hicieron los santos.

Si nuestro comportamiento con el prójimo es violento, poniéndonos casi a su mismo nivel, es que nuestra oración, no hay pureza de intención, y no oramos para Dios.
En conclusión, tened todos unos mismos sentimientos, sed compasivos, amaos como hermanos, sed misericordiosos y humildes.
No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto; por el contrario, bendecid, pues habéis sido llamados a heredar la bendición. (1Pedro, 8-9)

De ninguna manera debemos responder al violento que no quiere tener una vida según Jesucristo, pues por más que con caridad le tratamos, no es capaz de aceptar el bien.

No lo tuvieron fáciles los Santos Patriarcas, guiaba a un pueblo que era incapaz de aceptar la Voluntad de Dios, y no hacía más que ofenderle.

El Santo Padre Benedicto XVI, nos enseña de cómo Abraham intercede no solamente para salvar a los inocentes, sino también para que los culpables no perecieran. Pero ese tipo de culpa, es muy difícil, y con frecuencia es imposible que halle la conversión del propio corazón, porque se cierra a la Misericordia de Dios, y se dicen que no necesita nada del perdón de Dios, ya que el número de sus pecados, les ha cegado. Había dicho que en parte es difícil, pues solo unos pocos, se convierten al Señor, de los que se habitúan a esa abominación pecaminosa de Sodoma y Gomorra.  Y porque ahora se amparan en unas leyes infame que legaliza ofensas contra Dios, y están más embrutecidos, que no les han valido los testimonios de los peregrinos de la JMJ, por la pureza de vida.

Pero reflexionemos esta enseñanza de Su Santidad Benedicto XVI:

lunes, 19 de septiembre de 2011

Benedicto XVI: oración y sentido religioso

Ser cristiano es hacer todo lo que Jesús nos enseña, y muy común para todos nosotros es la vida de oración, que no solamente pueden disfrutar los religiosos y sacerdotes, sirve para cada persona, sin importar el oficio o profesión que realice, como carpintero, jardinero, albañil, fotógrafo, y todo lo que decente.
Como albañil, no es imposible dedicar nuestro tiempo al Señor, pues tenemos las jaculatorias, “Jesús, confío en Ti”; Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío”, “Sagrado Corazón de María, sed mi salvación”, etc. Los trabajos duros de la construcción gracias a la vida de oración y entrega al Señor, dejan de ser dura. La oración del Santo Rosario, siempre hay otros momentos para dedicarlos devotamente al Señor. No existe ningún tipo de justificación que diga que no se puede orar.
Deja de orar, y aparecen multitud de problemas, uno de ellos es ir apagando sin que se de cuenta la fe.
«El que persevere en la oración, por pecados, caídas de mil manera que ponga el demonio, tengo por cierto le sacará el Señor a puerto de salvación. » (Santa Teresa de Jesús, vida 8) [Antología de la Oración, página 156, 1. Apostolado Mariano]
El camino de la oración es un medio muy eficaz, para ir superándonos, si hemos caído en la suciedad del pecado, nos da fuerzas para levantarnos.
Hay sacerdotes, religiosos y religiosas, que perseveran en la vida de oración, y se perfeccionan cada vez más en su vocación, en la llamada que el Señor ha hecho. Cuánto más oración es más perfecta la vocación, hay más santidad y verdadera vida de pureza y obediencia a la Iglesia Católica. Un alma que ora en espíritu y verdad, es imposible que renuncie a su vestimenta eclesial, ni el religioso renunciará a su hábito religioso. Pero cuanto menos trato de amor se tenga con Cristo, más un alma, opta por identificarse con el mundo, y se olvida de su compromiso con Cristo.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Benedicto XVI: Es necesario aprender a rezar

La oración es necesaria para saber vivir en la caridad, en el respeto cristiano, nos ayuda a superar adversidades, a no caer en la desesperación, en perdonar inmediatamente cuando alguien nos ofende. Un perdón y olvido en su totalidad, sin recordar las causas del mal entendido por ejemplo.

¿Cuáles son las causas de que nuestras oraciones son imperfectas? El hombre viejo que no quiere que seamos libres, sino que en la esclavitud nos arrastra hacia otros caminos que no llevan a Dios.

Es preciso orar, desear que nuestras oraciones sean acogidas por la misericordia de Dios, entonces podremos seguir adelante en el camino de la santidad. Un alma que ora a Dios, pero luego se complace en las cosas terrenales, está dando marcha atrás del camino de la santidad. En la oración debemos perseverar constantemente en el fiel cumplimiento de la Voluntad de Dios.

La medida de nuestras oraciones debe ser la de Jesucrsito nuestro Señor, y de la Santísima Madre de Dios, con ellos aprenderemos, a ser verdaderos adoradores del Señor, también nos encaminará dándonos facilidades para ir educando nuestro corazón hacia los Sagrados Corazones de Jesús y María, la experiencia de los Santos Padres de la Iglesia Católica, y entre ellos tenemos al Papa Benedicto XVI, que comparte con nosotros sus conocimientos, para que podamos ser santos.

Enviaron espiar al Cardenal Joseph Ratzinger

Cuánto más queremos acercarnos a Cristo, para vivir su vida, poner en práctica el Evangelio de Cristo, según nuestra vocación; la que Dios mismo ha puesto en nuestro corazón, más dificultades podríamos tener, pero con la ayuda de Dios, la perseverancia en la vida de Gracia,

Antes de ser Papa, el Cardenal Joseph Ratzinger, por ser un hombre íntegro, lleno de Dios, y como todos los santos, fueron desconfiados por la gente que no valoran la vida de Jesús, intentan encontrar algo con lo que puedan acusarle, y si no lo encuentra se inventan calumnias, como hicieron con Jesús y los Santos Apóstoles, en todas las épocas y generaciones.


Antes de venir el Santo Padre a Madrid, a la JMJ, algunos descontentos, políticos, y oitros informadores de prensa, hicieron lo posible de examinar las palabras del Santo Padre en sus homilías, pero no para meditar sobre la vida de santidad, sino tener algo con lo que acusarle.


Pero finalmente, al no encontrarlo, algunos de esas personas descontentas, se admiraron, y felicitaron al Papa. Pero el Santo Padre no busca su recompensa en las glorias terrenales, ya lo tiene y lo recibe de Dios, en el tiempo, y para una eternidad feliz.

La Iglesia Santa de Dios, nos recuerda que hemos de orar por todos los gobernantes, y así debe ser. Por su conversión, y por el bien de todos, de España, Europa, y todos los continentes del mundo, y sus islas.



Pero, a causa de los intrusos, los falsos hermanos que solapadamente se infiltraron para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús, con el fin de reducirnos a esclavitud, a quienes ni por un instante cedimos, sometiéndonos, a fin de salvaguardar para vosotros la verdad del Evangelio... (Gal 2, 4-5)

viernes, 16 de septiembre de 2011

Una Voce Sevilla

Con la música sacra en las parroquias, haría un inmenso bien a todas las almas que quieren santificarse, todos amamos a Cristo, pero la inconstancia de un corazón dividido que comparta a Cristo con otros asuntos terrenales, no pueden ayudar a la santificación. Nuestro espíritu necesita reeducarse, nuestro corazón, en todos los modos que pueda ayudarnos a acercarnos más a Dios.
Deben desterrarse toda la música que no ayude a la verdadera piedad, a la santidad de vida. ¿De verdad queremos alcanzar la santidad, con nuestro corazón apegado a música profana, de grupos de personas que ni siquieran se esfuerzan en convertir su corazón al Señor?

Hemos, y además que lo necesitamos hace una renuncia total, a todo lo que no nos ayude a acercarnos a Jesucristo.
...


jueves, 15 de septiembre de 2011

Jornada Mundial de la Juventud: Una propuesta de amistad que rompe fronteras

Hoy abro una nueva sección para reflexiones espirituales, de sacerdotes, pero no voy a poner el sitio donde lo he encontrado, porque ahí hay una sección de comentarios, y que los comentaristas no tienen el mínimo respeto ni caridad cristiana.

Se publicó el pasado 17 de agosto de 2011.

Es una reflexión sobre la JMJ, por la que un servidor como otros, participó en esas interesantes jornadas tan maravillosa. Toda una aventura, yendo solo, como aquel hombre de más de sesenta años de Uruguay, que se sentía jóven, no tenía la preocupación de estar pendiente de su grupo. Pero en realidad no iba solo, y se lo dije a él, que tiene como una preciosa compañía de Jesús y María Santísima.

Yendo en grupo, es más complicado, porque la cantidad de peregrinos que había, si varios pasan delante de ti, y tienes que respetar, en cuestión de segundos, ya se pierde de vista al grupo, y para encontrarlo, toda una aventura.

Lo más importante para mí, fue escuchar al Santo Padre, retener sus palabras en la memoria, y en mi corazón, para poner en práctica todo aquello que me corresponde en mi vocación hacia la santidad; la Eucaristía, pero antes una visita al sacramento de la confesión, y con la Santa Misa, la comunión espiritual, pues no fue posible, la distribución sacramental, y la indulgencia plenaria. Es una vocación de todos los cristianos, estén o no estén casados; sacerdotes, religiosos, religiosas, todos estamos llamados a la santidad, y debemos vivir a ejemplo de Cristo Jesús, con una total entrega a Dios Padre, amando a la Iglesia Católica y al Papa. No olvidemos, que el Santo Padre Benedicto XVI, es la imagen visible de nuestro Señor Jesucristo. Como bien dice Santa Catalina de Siena: El Dulce Cristo en la Tierra.

Ahora vamos con la reflexión del padre Ismael.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La exaltación de la Cruz

Estoy preparando una reflexión en defensa de la sotana y el hábito religioso. Su uso necesario está confirmado por documentos del Concilio Vaticano II, por lo tanto, no es verdad, aquello que dicen algunos, que la reforma conciliar ha permitido que ... ya lo iré explicando más adelante con la ayuda de Dios y de la doctrina católica, que no son simplemente opiniones personales.

Debo hacer las cosas sin faltar a la caridad cristiana. Hay sacerdotes que lo llevan, y religiosos, con su hábito que corresponde a su orden religiosa; resulta que tienen muchas ventajas.

Pero los sacerdotes, religiosos, religiosas, que prefieren un vestido seglar, tienen sus desventajas, esto y más lo intentaré explicar más adelante, no voy a dar de momento una fecha, pero hasta que llegue, compartiré otros temas.

Pero hoy...

martes, 13 de septiembre de 2011

Sea nuestro corazón entero para Dios

Hemos de entregar sinceramente, y para siempre nuestro corazón, sin división, a Dios.

Cuando un corazón no se entrega sinceramente a Jesucristo, y va la Santa Misa. Cosas como esta suele ocurrir...