domingo, 8 de diciembre de 2013

Solemnidad de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre de 2013)

¡Feliz Solemnidad de la Inmaculada Concepción!
 
Nuestra vocación a la santidad se hace más fuerte, en cuánto tengamos siempre a la Madre de Dios en nuestra vida, pues gracias a Ella, tenemos a Jesús, y la salvación; nuestra salvación, pero no nos confiemos en nosotros mismos, sino que debemos perseverar en nuestra devoción. Si meditamos la Palabra de Dios como lo hizo Ella, la Santísima Madre de Dios, si la imitamos en su silencio para estar más pendientes de Dios, si la imitamos en la entrega total a Dios, tendremos fortaleza para vencernos a nosotros mismos. Sin Ella, es imposible agradar a Dios. Eso es lo que pienso. 
 Hay quien pudiera decir; "Yo adoro a Dios, le sirvo", pero que también tiene una extraña "misión", de de perseguir iglesias católicas, almas consagradas al servicio de Dios que viven conforme al mismo sentir de la Iglesia Católica, calumnian, difaman a los hijos e hijas de la Iglesia Católica, pero resulta, que esta "misión" no es de Dios, sino del Maligno, Por lo que no son verdaderos adoradores de Dios. Siempre dispuestos para hacer la guerra en "nombre de Dios", pero en realidad, no lo hacen en Nombre de Dios, pues Satanás no es ningún "dios", pero así viven confundidos tantos y tantos.



Con la Santísima Madre de Dios, los demonios huirán de nosotros. Si quieres amar a Dios, ama acepta a la Santísima Madre de Dios, como nuestra Madre, nuestra Reina, Corredentora con Cristo.
 
Nada más despertar, nosotros hemos de dar gracias a Dios, que nos ha dado a María por Madre nuestra, y en gratitud a la Inmaculada Concepción, a lo largo del día, después de las Tres Ave María por la mañana y antes de acostarse, y de rodillas con humildad rezaremos. De esta manera los inmundos espíritus de las tinieblas, no podrán conseguir que tengamos malos sueños.
 
A lo largo del día, que importante es rezar devotamente, además de nuestras devociones a Jesús nuestro Dios y Salvador, el Santo Rosario, meditando profundamente los misterios, no hace falta tener prisa para terminar. Y nuestra atención a la Eucaristía se asemejarán al de los Santos Ángeles de Dios y los Santos, que únicamente están pendientes del Altísimo, también nosotros podemos hacerlo.
 
Pues no es suficiente ser devoto de la Santísima Madre de Dios, que es un buen comienzo, pues se necesita que perseveremos, en la humildad, en el recogimiento.
 
La verdadera devoción nos lleva a renunciar la vida de la mundanidad del Maligno, el mundano no es capaz de ofrecer todo su corazón entero a María Santísima, por lo que no llega a Cristo.
 
Si estamos en esta situación, no podemos olvidar que para Dios no hay nada imposible, y le pediremos todos los días, orando con nuestro corazón, siendo sinceros, que arranque de nuestro corazón toda la contaminación y putrefacción de todo lo que no nos enseña Cristo y la Iglesia en el Evangelio.

Nuestros queridos Papas, insisten una y otra vez, que debemos estar mas atento al Señor, abrirnos al Espíritu Santo.
        
 
 

 
 
 
Para meditar: 

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