lunes, 30 de marzo de 2015

Semana Santa, tiempo de recogimiento interior, y novena a la Divina Misericordia

Novena a la Divina Misericordia:
Comienzo de la novena: Viernes Santo 3 de abril
Termina el II Domingo de Pascua: 11 de abril.

 
El 12 de abril es Domingo de la Divina Misericordia; II (segunda) Semana de Pascua.
 
Cuando comencemos la novena, los que no tienen el devocionario, pueden hacerlo a través de Internet, con su querida familia.
Los que tenemos el devocionario, necesitamos acudir a la iglesia, ante el Santísimo,
En cualquier circunstancia (en la iglesia o a través de Internet), nos prepararemos delante del Señor, recogimiento interior durante la novena, como si estuviéramos viendo al Señor, y así las distracciones se mantendrán alejadas de nosotros.
Oración por toda la humanidad. No es necesario apresurar a la carrera. Las oraciones deben hacerse sin prisas, no de carrerilla con deseos de acabar pronto. Es una tentación que todos debemos evitar. si el tentador nos dice, "termina ya", iremos despacio, y con humildad, solo pensando en dar gloria a Dios.
 
Recomiendo que antes de hacer la novena, si tenemos que confesar nuestros pecados, debemos hacerlo. Antes de comenzar cada día la novena, es importante hacernos un examen de conciencia, pidiendo perdón al Señor por nuestros pecados e infidelidades, que deseemos con todas nuestras fuerzas, no volver a ofenderle nunca más de forma deliberada, pues caemos en pecados involuntarios, por no estar suficientemente preparado en el camino del Señor. Acudiendo con devoción a la Santísima Madre de Dios, para que nos ayude a vencernos a nosotros mismos, como Cristo quiere, Ella intercede siempre por nosotros, por lo que debemos tener muchísima confianza.
Este próximo Viernes Santo, ayuno, abstinencia, participar en el Santo Vía Crucis con nuestra parroquia, y además la novena como queda dicho.
Cuando terminemos la novena, no retornemos a las costumbres impías e infame de la mundanidad, de los paganos, siempre debemos ser fieles al Señor, Él nos ha rescatado, y con Él debemos permanecer a lo largo de toda nuestra vida en este mundo.


Las ventajas son saludables, cuando oramos con verdadera devoción, si se reza mal, siempre está la ocasión del fracaso y del alejamiento de Cristo. Por lo que nos tenemos que animar a orar bien, pues Jesús y María Santísima siempre nos ayuda a ello. Y debemos ser dóciles para seguir el camino de la humildad del corazón.

Reflexiones espirituales / Salmos 130 (129) y Salmo 130 (129) / Novena a la Divina Misericordia

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