Mañana domingo por este
año, termina el octavario por la unidad de los cristianos. Siempre tiene que
haber un acuerdo según el Corazón Divino de Cristo Jesús, el Dios que ha venido
a salvarnos. Lo que nos divide… son tantas cosas, porque incluso entre los
católicos puede aparecer un cierto desacuerdo, uno de los problemas es no vivir
precisamente la fe de la Iglesia Católica. El verdadero cristiano es aquel que
su fe está edificada en Cristo Jesús, que no tiene apego a las cosas mundanas,
aún en las aficiones fotográficas, busca siempre a Dios, la evangelización para
todos. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y la imagen del Evangelio
que algunos muestran, en diversas fotografías religiosas católicas, para
quienes estén atento al Evangelio, lo comprenden también que es así, incluso
cuando se fotografía la naturaleza, encontramos las señales de que Dios está
siempre presente.
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* *
Nosotros debemos ser
más constante, más decidido en anunciar a Cristo, algunos hermanos en la red
demuestran su constancia, siempre atentos al Señor, ellos al obrar así, va muy
por delante de nosotros, porque si accedemos a las tentaciones del demonio, que
es quien consigue ese gran descuido por la Palabra de Dios, esa inconstancia de
nuevo poner su corazón a la mundanidad, es ganancia para el demonio, pero
nosotros perdemos. Todo lo que no sea servir a Dios es pérdida irrecuperable en
todos los sentidos, aquellos hermanos que se preocupan de los intereses de
Cristo, avanzan mucho más rápidos, ¡menudo ejemplo nos están dando!, de esa
fidelidad a Cristo. Por eso, no nos sometamos a las tentaciones. Que Dios es
luz y salvación para todos nosotros.
Las palabras de San Pablo,
en la cárcel, encadenado, era libre en su espíritu, no se angustiaba, porque
todo lo esperaba en el Señor Cristo Jesús nuestro Salvador. Nosotros
necesitamos romper las cadenas de nuestras malas costumbres, vicios y pecados.
Porque esto nos puede llevar todavía más en la oscuridad de tal forma, que ya
no veamos luz para salir.
Si cuando Cristo nos ha
llamado, siempre es para lo bueno y santo, por eso, la inconstancia no forma
parte del creyente, los apegos a las cosas mundanas pueden poner fin a nuestra
fe, y no avanzar en el camino de nuestra salvación.
San Pablo era muy
feliz, porque tenía fieles colaboradores para seguir anunciando el Evangelio de
Cristo en todas partes.
Es importante salir de
la superficialidad, pues en lo superficial no hay autentico amor a Dios, y se
descuida siempre su Palabra para nuestra vida interior.
Tener los mismos sentimientos de Cristo es preocuparse unos de otros, siempre conforme al Altísimo, y muchos hermanos nuestros se han hecho uno con Cristo para bien de todos nosotros, pues también necesitamos como San Pablo y todos los santos, hacer que esos mismos sentimientos de Cristo, forme parte y para siempre en nuestras vidas.
Los textos y el comentario que sigue a la epístola a los Efesios, es del Nuevo
Testamento (Eunsa)
Acción de gracias
Epístola a los cristianos Filipenses 1, 3-11:
3 Doy
gracias a mi Dios cada vez que os recuerdo, 4y siempre
que rezo por todos vosotros, lo hago con alegría, 5por vuestra
participación en la difusión del Evangelio desde el primer día hasta hoy, 6convencido de quien comenzó en vosotros la
obra buena, la llevará a cabo hasta el día de Cristo Jesús. 7 Es justo que yo sienta esto por cada uno de
vosotros, ya que os tengo en el corazón, porque todos vosotros sois partícipes
de mi gracia, tanto en mis cadenas como en la defensa y consolidación del
Evangelio. 8Dios es testigo
de cómo os amo a todos en las entrañas de Cristo Jesús. 9Pido también que
vuestro amor crezca cada vez más en perfecto conocimiento y en plena sensatez, 10para que sepáis
discernir mejor, a fin de que seáis puros y sin falta hasta el día de Cristo, 11 llenos
de frutos de justicia que proceden de Jesucristo para gloria y alabanza de Dios.
·
1, 3-11: La alegría es una de las notas
sobresalientes de este escrito (cfr. 3.1; 4,4), causada de modo especial por el
buen espíritu y comportamiento de los filipenses. A ella se refiere Pablo como
uno de los frutos del Espíritu Santo (cfr. Ga 5, 22). Proviene de la unión con
Dios y del descubrimiento de la amorosa Providencia con la que Dios vela por
sus criaturas y, de modo particular por sus hijos. La alegría da serenidad, paz
y objetividad al cristiano en todas las acciones de su vida. La identificación de
San Pablo con Jesucristo es tan grande que puede decir que han pasado a su
corazón los mismos efectos del corazón de Cristo (v.8).
·
El
Magisterio de la Iglesia, a partir de las palabras del v. 6, ha enseñado frente
a la herejía pelagiana, que tanto el inicio de la fe son fruto de la gracia y
de la libre correspondencia humana (cfr. Conc. II de Orange, can. 5). Siglos más
tardes, el Concilio de Trento reiteró esta enseñanza: así como Dios ha empezado
la obra buena, la acabará, si los
hombres cooperamos con su Gracia (cfr. De
iustificacione, cap. 13). Junto a esa confianza en el auxilio divino, es
necesario el esfuerzo personal por corresponder a la Gracia, pues en palabras
de San Agustín: «Dios
que te creó sin ti, no te salvará sin ti» (Sermones
169, 13)
·
1,9: El crecimiento en la caridad estimula
el empeño por alcanzar un mayor «conocimiento» de Dios. «El que ama –dice Santo Tomás–
no se contenta con un conocimiento superficial del amado, sino que se esfuerza
por conocer cada una de las cosas que le pertenecen, y así penetra hasta su
interior»
(Summa theologiae 1-2.28.2c)
* * *
Hasta aquí arriba la Lectio divina,
Es necesario mantenernos perseverantes en la evangelización, no como lo hacen los hijos de este mundo, sino con el Espíritu Santo, desde Dios para Dios, como exhortaba el Cardenal Joseph Ratzinger/Benedicto XVI
Con la alegría y la dulzura de Cristo Jesús, mantengámonos siempre firmes en la fe, y que la Santísima Virgen María nos libre de todo peligro de alma y cuerpo.
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