El Señor nuestro Dios nos bendiga a todos y a la familia, amistades y conocidos.
El Señor se muestra cada día, siempre, misericordioso con
nosotros, es una oportunidad que debemos aprovechar para entregar plenamente
nuestro corazón a Dios, toda nuestra vida, nada para nosotros, y todo para
Dios.
Nuestros ofrecimientos de Dios, no debe incluir nada
mundano, nada profano, es decir, que toda nuestra vida, entera debe seguir
trabajándose en el sentido espiritual, y Dios nos ayuda a ello, y más
fácilmente cuando la Bienaventurada Virgen María Santísima, nos escucha cuando
la invocamos con humildad. Debemos
perseverar.
Salmo 130 (129)
Desde lo hondo grito hasta Ti,
Señor,
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos a la voz
de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos,
Señor, ¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la
misericordia,
la redención copiosa;
y Él redimirá a Israel de todos
sus delitos.
Mi reflexión, en este salmo, vemos Dios ya ha venido al
mundo para salvarnos, encarnandose en la humildad del Niño Jesús, el cristiano
que lo es de verdad, clama a Dios día y noche. Cuando nuestro preparamos
nuestro corazón, insistimos en la oración, pues Cristo nos ha redimido, por lo
que nos llama por el camino de la salvación eterna.
Cuando no acudimos al sacramento de la confesión, estamos
mostrando a Dios todos los pecados que no hemos querido confesar. ¿Cómo voy a
decir los pecados a un hombre? "Me confieso ante Dios directamente, y ya
está". Así piensan quien no tienen relación personal con Cristo.
Si el que se confiesa, tiene una gran ventaja, mientras que la confesión sea sincera, oirá al sacerdote confesor: "Te absuelvo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", mientras que aquel otro, que no quiere acercarse a este sacramento, nunca oirá, mientras siga así, el perdón de sus pecados. Es Cristo, es Dios quien nos perdona los pecados.
Pues confesarse con un sacerdote es buscar el perdón de
Cristo, la absolución de nuestros pecados. Pues el sacerdote no obra por sí
propio, sino según la fe de la Iglesia Santa y Católica. La redención de
nuestros pecados es importante que vaya completando con la participación personal y humilde en el sacramento de la
Penitencia. Cristo nos perdona, absuelve nuestros pecados por medio de un
sacerdote consagrado, al servicio de la Iglesia y del Santo Padre, como Sucesor
de Pedro.
Cuando por alguna torpeza caemos y nos ensuciamos por causa de nuestros pecados, nos damos cuenta de la suciedad que son el pecado y el vicio, nos arrepentimos, corremos al confesionarios, no podemos quedarnos indiferentes ante nuestra caída, sino levantarnos, el mismo Cristo nos ayuda a hacerlo, y nos acompaña al confesionario, y allí mismo, sin ocultar nada al sacerdote, recibimos el perdón del Señor, y nos renovamos espiritualmente.
Cuando por alguna torpeza caemos y nos ensuciamos por causa de nuestros pecados, nos damos cuenta de la suciedad que son el pecado y el vicio, nos arrepentimos, corremos al confesionarios, no podemos quedarnos indiferentes ante nuestra caída, sino levantarnos, el mismo Cristo nos ayuda a hacerlo, y nos acompaña al confesionario, y allí mismo, sin ocultar nada al sacerdote, recibimos el perdón del Señor, y nos renovamos espiritualmente.
Este otro salmo, cada uno de nosotros debemos reflexionar rogando al Señor que purifique nuestro corazón y pensamientos.
Salmo 131 (130)
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas que superan mi capacidad.
Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre;
como un niño saciado
así está mi alma dentro de mí.
Espere Israel en el Señor ahora y por siempre.
Reflexión: en todas las cosas que hacemos, tiene que haber
ventaja, y no desventajas,
la ventaja, que debemos crecer en humildad en todas las
cosas que hacemos, no pretender ser más que nadie, el orgullo debe mantenerse
lo más lejos posible de nuestro corazón, porque orgullo y humildad no se
relaciona. La noche y el día nunca se ven, sino que se distancia siempre uno
del otro. Pero el día permanece y no oscurece, es decir, cuando tenemos a
Cristo en nuestra vida, debemos permanecer siempre de día, no perder la vida de
Gracia. Aunque nos vengan esas nubes "noches oscuras", no debemos
permanecer en esa angustia, sino aumentar el fervor de nuestras oraciones. El
Señor siempre está a nuestro lado, atento a nuestro corazón, no debemos jamás
desconfiar de Él, el tentador nos tentará para que caigamos en tantas
desconfianzas, no debemos hacerle ningún caso, pues acudiendo devotamente a la
Santísima Madre de Dios, nuestras "noches oscuras", las sequedades en
la oración no debe hacernos desfallecer en el comienzo que hemos decidido para
llevar una vida santa.
El alma que ora con ligereza, comienza por tener la
desventaja de entibiarse, hay que volver en sí para no continuar en ese sendero
espinoso que nos apartaría de la fe y arrastrarnos al camino de la condenación.
Desde lo hondo a Ti
grito, Señor, los oídos del Señor están siempre escuchando nuestra oración.
Pero no debemos lo que dice Jesús: «Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que
los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el
Padre desea que adoren así. Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo
en espíritu y verdad» (Jn 4, 23-24).
Mis buenos hermanos, llega la hora, no pongamos obstáculo a
ese momento en que cada uno debemos convertirnos en verdaderos adoradores de
Dios. Cristo nos ha enseñado como debemos adorar al Padre Celestial.
Aunque el Señor nos ha redimido, debemos convencernos de que
es así. Me refiero, a vivir una vida plenamente espiritual, porque en el Reino
de los cielos, nada manchado puede entrar en la Vida eterna. «Y no entrarán en ella (en la
vida eterna) nada profano, ni el que comete abominación mentira, sino sólo los inscritos en el libro
de la Vida del Cordero» (Ap. 21, 27).
Cuando
dedicamos una vida a lo profano, nuestras oraciones caen por tierra, no llegan
a lo alto, el deporte nos impide sin duda, que nuestra vida sea espiritual, el
deporte pertenece a lo profano, así como todos los tipos de entretenimientos
que la Santa Biblia rechaza, que reprueba,
La mundanidad nos convierte en cadáveres que camina, las
almas tibias no ofrecen a Dios oraciones perfumadas de suave olor, sino la
inmundicia que el Seños no puede soportar. Muchas pobres almas han sido engañadas por el
Maligno, haciéndoles creer que determinados eventos mundanos, entretenimientos,
deportes, juegos, diversiones, bailes, sean del agrado de Dios, cuando se
piensa así, ya han sido cogidos por el diablo. Y defenderán precisamente esa
mundanidad, se agarrarán precisamente a "esa tabla de salvación", que
no es sino, como una tabla podrida que se hunde al fondo del mar, a lo más
hondo, porque no edificaron sobre Cristo.
La redención de Dios ya ha venido para salvarnos, por eso,
no debemos ponernos al margen de la Redención.
No perdamos detalles en este Salmo, que ya hemos leído:
Salmo 131 (130)
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas que superan mi capacidad.
Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre;
como un niño saciado
así está mi alma dentro de mí.
Espere Israel en el Señor ahora y por siempre.
Nota: El próximo 18
de abril VIERNES SANTO, comienza la novena a la Divina Misericordia, cada año solemos hacerlo muchos, si no es en comunidad, también en lo personal. Este día es también ayuno y abstinencia. Toda la Cuaresma es tiempo de penitencia. Si queremos salvar el alma, es necesaria la penitencia toda nuestra vida, oración, Eucaristía, buscando diariamente tiempo para ir a la Santa Misa.
La novena de la
Divina Misericordia, tengo un librito bastante estropeado, pero de contenido
que nos puede ayudar a mejorar nuestras vidas, salir de la corrupción mundana,
para caminar con Cristo al Padre Celestial.
Este pequeño devocionario como se ve, un tanto descolorido, pues cada año muchos nos acordamos de rezar la novena a la Divina Misericordia, Tiene noventa páginas.
Los interesados pueden comprarla en alguna librería religiosa
o aquí: DIVINA MISERICORDIA
Este libro contiene brevemente, (190 páginas) el diario de los diálogos de Jesucristo con Santa Faustina Kowalska. Lo recomiendo.
Este novenario que he colocado con la Biblia, tiene 24 páginas y explica que es de origen bíblico.
Pidamos también por España, por Europa y el mundo entero.
No puede existir la
paz mientras participemos de la corrupción del mundo. Cristo ha vencido al
mundo, y sólo en Cristo, también cada uno de nosotros podemos vencer al mundo,
sólo no podemos hacer nada.
Vemos también tantos
cristianos que quieren solucionar los problemas del mundo, pero no cuentan
seriamente con Cristo, y no avanzan, y no es bueno quedarse estancados.
Una vez más tengo que darte las gracias por acercarnos a Dios amigo José Luis. Te deseo de todo corazón una Semana Santa llena de recogimiento y paz en tu interior. Un fuerte abrazo y que Dios te bendiga amigo.
ResponderEliminarTu Verdad, Señor, inunda mi corazón y enciende en mí la llama de la fe. Hazme, Señor, por tu Gracia, descubrirte como el Mesías esperado.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo en Xto. Jesús.