sábado, 11 de enero de 2014

La comunión de rodillas es un derecho de Dios, respetemos los intereses de Cristo Jesús

Ha sido corregido, modificado y actualizado,

He añadido De los sueños de San Juan Bosco que nos llama la atención, de que son los malos espíritus, la influencia de diablillos, que impiden que se arrodillen. Y como los demonios no pueden impedir a otros, que se arrodillen, y lo mismo sucede en nuestros días, jóvenes, adultos y ancianos, niños, hombres y mujeres, unos se arrodillan pero los que viven una superficialidad y mundanidad, son dominados por el demonio.

Y el testimonio ejemplar del Beato Juan Pablo II, que estando doloroso, muy enfermo, se llegó a arrodillarse ante el Señor nuestro Dios, en la última procesión del Corpus Christi, por el año 2004




Hay personas que defienden la comunión de pie y en la mano, atrayendo gravísimas consecuencias a la fe personal de las personas.

 Gracias a Dios que todavía hay personas que tienen fe, y optan por la Sagrada Comunión de rodillas.

Lo que impide el reconocimiento de la Majestad Divina es la consecuencia de que se ha perdido totalmente la fe, y con esta pérdida de fe, ha llegado t
ambién la indiferencia, las irreverencias, el olvido de Dios, aparece la rutina.

Ciertamente, hay personas que no están de acuerdo con esto, pero basta abrir el Nuevo Testamento para meditarlo, y las enseñanzas de los Santos Padres, incluso en la doctrina de santos sacerdotes de nuestros días, enamorados de Dios, y que rechazan la mundanidad, que nos lo confirma.


Pienso, que los hermanos sacerdotes, debe guiarse por este deseo de una más perfecta adoración al Señor, poniendo comulgatorios, reclinatorios en sus las parroquias, es sobre todo el deseo de Dios, que al Nombre de Jesús, toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, y en los abismos (Filipenses 2, 10).

Una de las causas de la descristianización más graves es por ejemplo la gran indiferencia en el momento de comulgar, aquellos que han dejado de creer, prefieren la comunión de pie y en la mano. Efectivamente esa es la realidad, han dejado de creer, no tienen tiempo ni para la oración ni la adoración ni antes ni después de la Santa Misa, por eso, por influencia del mal, no se arrodillan ante el Altísimo.

Sin duda habrá quien pudiera decir: --"no pasa nada por comulgar de pie y en la mano, soy católico y lo hago"-- Pero el verdadero creyente ama al Señor, quiere algo mejor para el Señor, ofrecerse enteramente. Leemos en el Evangelio, que los más agradecidos al Señor, se arrodillaban ante Él. Cristo es Dios que ha venido del cielo, el Creador que ha tomado forma humana para redimirnos, y no hay que temer arrodillarnos ante el Altísimo.

Recibir a Cristo de rodillas y en la boca, es cosa de ángel de Dios y no de demonios, no terminar como Judas Iscariote, que con su mala conducta traicionó a Cristo Jesús.

San Pablo con las dos rodillas adoraba a Dios. No una rodilla para no parecernos a los soldados, que se burlaron de Jesús. El amor a Dios no tiene en cuenta los propios dolores en las rodillas, pues si nos cuidamos. "Estoy mal de los huesos y por eso no puedo arrodillarme", el hombre viejo no le gusta hacer sacrificios por amor a Dios. Seguir a Cristo es negarnos a nosotros mismos.

Por eso, nuestros hermanos sacerdotes, deben tener más consideración con los intereses de Cristo.

Es muy interesante conocer que el Emérito Benedicto XVI, un gran Papa que supo guiar a la Iglesia complaciendo siempre a Dios, pero que no todos correspondían a la santa obediencia. Por su entrega plena al Señor, estaba a favor, y sigue estándolo sobre la Comunión de rodillas para los comulgantes.


Significa, que si un comulgante se arrodilla, es porque tiene fe. Pues si no hay fe, no encuentran ocasión de arrodillarse. Arrodillarse es un acto de reconocimiento y adoración al Señor, es reverenciar a Dios. Si pudiéndose arrodillarse, pero que no lo hace es porque no lleva una vida espiritual. Pues hasta en los matrimonios se puede llevar una gran espiritualidad, y está testimoniado por muchos hombres y mujeres que viven en santo matrimonio. Y para nada son mundanos, y saben adorar al Señor, y ellos nos testimonian con sus ejemplos a la hora de la Sagrada Comunión, su sincera adoración al Señor. Pero por falta de comulgatorios no se animan a arrodillarse siempre.

Si no hay fe, además tampoco hay obediencia a la Santa Madre Iglesia Católica, uno sigue la "doctrina del hombre viejo" su propio "yo", para hacer lo que ni los ángeles de Dios nunca harán, tratar a Dios con indiferencia. Porque los ángeles adoran a Dios. Y si tampoco en esto les imitamos para arrodillarnos en el momento de la comunión, termina el alma por perder la fe y la esperanza.

El que tiene fe, sabe valorar la Sagrada Comunión que debe recibirse de rodillas, con humildad de corazón, perseverar en el amor de Dios. Son los mundanos que justifican que no es necesario los comulgatorios. Los mundanos no obran por la fe, no tienen consideración a Nuestro Señor Jesucristo y animarse a colocar los reclinatorios, que también se dice comulgatorios. (Pienso yo).

Y sobre todo que no sea tentado por "el qué dirá". La descristianización es una lacra, que avanza, comenzar a pensar en el Señor para obedecerle, es remedio también para frenar la descristianización.




 Verdaderamente, el Beato Juan Pablo II, como Benedicto XVI, muy unidos a Cristo
 
 
Nótese que también está la bandeja o patena de la Comunión,
para que no se caiga al suelo.
 
 
Hay quienes dicen: "Es que la Iglesia ha dicho que se puede recibir de pie y en la mano", son personas que no salen de esta idea, pues la Iglesia ha dicho algo más,
 
La experiencia dice que no todos los comulgantes creen en la presencia de Dios, ellos para justificarse dirán que sí, y por eso comulgan, pero ¿se puede comulgar sin fe?, sí, lo hacen muchos y es acto sacrílego.
 
No solamente se perjudica el comulgante al recibir a Cristo indignamente, sino que posiblemente sin saberlo, entra en el plan del Maligno, para la descristianización. La apostasía, el libertinaje. El comulgante que tiene fe, tiene necesidad de adorar al Señor, y se arrodilla, reconoce la Presencia Real del Santísimo, en la Sagrada Hostia. Sabe que ante Dios todos deben arrodillarse.
 
Los que no se arrodillan ni le adoran, aunque comulguen, ¿dónde está su fe? Si no hay fe, la influencia del Maligno, consigue en esas almas que no se arrodille ante Cristo. Y esto lo recuerdo.
 
Muchos comulgantes no valoran el Evangelio, se equivocan. Nadie está obligado a comulgar de rodillas, pero el que adora al Señor, se obliga así mismo por amor, pero más que tomar una obligación de arrodillarse, es más bien un acto reverente de reconocimiento de la Majestad de Dios, una necesidad, una gratitud, el comulgante que se arrodilla y le recibe con humildad de corazón, muestra su agradecimiento, no se corrompe con la indiferencia, ni la corrupción del mundo.
 
En la actualidad, como Benedicto XVI, también hay cardenales y obispos, sacerdotes, que defienden la Comunión de rodillas lo que significa que no se debe poner la mano, porque eso no tiene sentido. Recibirle arrodillado es un derecho de Dios, y del verdadero enamorado de Dios. Quien no está enamorado de Dios, siempre irá atropelladamente para extender la mano, y de pie porque ya perdió su fe.
 
 

En su tiempo, se permitió la autorización de pie y en la mano, en Argentina, ¿cómo es actualmente Argentina? Según he leído, ha crecido el sectarismo, aún teniendo un Papa de Argentina, la descristianización no ha cesado sigue avanzando. 


  • Reflexionando, que cuando los más desobedientes a la Iglesia Católica, comenzaron por la comunión de pie, luego retiraron la bandeja o la patena de la Comunión, cayendo Cristo por los suelos, la gente pasa y lo pisotea. también tengo otra reflexión sobre este tema: Cómo ir a Misa y no perder la fe
 

 


Extractos de la obra: "LA COMUNIÓN EN LA MANO" de Mons. Juan R. Laise, Obispo dimisionario de San Luis (Argentina), perteneciente a la Orden Capuchina y que reside en San Giovanni Rottondo (Italia)
 
 
«Conociendo la historia de este rito, reintroducido CLANDESTINAMENTE, difundido en base a equívocos, y confirmado por medio de desobediencias inquebrantables… ...imponiendo a lo largo de veintisiete años un uso que el Papa no quería autorizar por considerarlo peligroso para el bien de la Iglesia, hasta que lo lograron. » (Comunion en la Mano, pág. 133).
 
«El mismo Pablo VI ha tenido que lamentar públicamente: "Ciertas formas de actuación en diferentes partes de la Iglesia son motivo de no poca preocupación y dolor… ... sobre todo a esa mentalidad según la cual muchos reciben con disgusto cuanto proceda de la autoridad eclesiástica. ... Se hacen experimentos arbitrarios… y se introducen ritos que repugnan abiertamente a las normas de la Iglesia." »
 
(Disc. "Ad exequendam Constitutionem de Sacra Liturgia", 14-10-1968, A.A.S., 1968, p. 735.)
(Comunión en la Mano, página 119.)
 
NO RESPETAN LA LEGISLACIÓN DE LA IGLESIA, DE COMULGAR EN LA BOCA
El Papa Pablo VI denuncia estos abusos en su Instrucción Memoriale Domini, (abrev. M. D.): «En algunas comunidades y lugares se ha practicado este rito, a pesar de no haberse pedido antes la Aprobación de la Sede Apostólica. »
(Mem. Domine 1274.) (C.M. p. 17, 19.)
 
«La introducción de este uso ha sido ilegal y abusivo», nos dice el obispo de San Luis: «En realidad el motivo de la Instrucción Memoriale Domine no fué examinar y permitir la posibilidad de la adopción de la comunión en la mano, sino más bien la necesidad de su PROHIBICION. » (C. M., pág. 136.)
 
«En los primeros tiempos de la Iglesia comulgaban en la mano, se dice. Un evidente anacronismo: los antiguos no conocían otro modo. » (C.M., pág. 69)
 
«Pero la comunión en la boca es el modo que hubieran deseado tener. » (C.M.,pág. 68).
 
1275.- «Las prescripciones de la Iglesia y los documentos de los Padres, manifiestan claramente la máxima reverencia y suma prudencia tenidas para con la Sagrada Eucaristía. Porque "nadie come aquella carne a no ser que previamente la haya adorado, ... recíbela cuidando que nada de ella se pierda, porque es el Cuerpo de Cristo. » (M. D., 1275.) (C. M., p.19.)
 
¿PORQUE SE PREFIRIÓ EN LA BOCA?
1276.- Después de que la verdad del misterio eucarístico, su eficacia y la presencia de Cristo en el mismo, fueron escrutadas más profundamente, por urgirlo ya, la reverencia debida hacia este Santísimo Sacramento, y al sentido de la humildad con la que es preciso que sea recibido, se introdujo la costumbre de que el ministro pusiese por sí mismo la partícula de pan consagrado en la lengua de los que recibían la comunión. (Memoriale Domine, 1276.)
 
Monseñor R. Laise cita al historiador Jungmann:
  • «Entregar la Eucaristía en la mano traía consigo el peligro de abusos. ... Más que el temor a los abusos, influyó sin duda, la creciente reverencia al sacramento a que se diese la sagrada forma directamente en la boca.. » (Comunión en la Mano, p.58.)
 
RAZONES PARA COMULGAR EN LA BOCA:
 
1277.- «Este modo de distribuir la santa Comunión, (en la boca), considerado el estado actual de la Iglesia en su conjunto, debe ser conservado no solamente porque se apoya en un uso transmitido por una tradición de muchos siglos, sino principalmente, porque significa la reverencia de los fieles cristianos hacia la Eucaristía. » (M. D.,1277) (C.M., pp. 21, 23.)
 
1278.- «Con esta manera tradicional, se asegura más eficazmente que la Sagrada Comunión sea distribuida con la reverencia, el decoro y la dignidad que le son debidas, de modo que se evite todo peligro de profanar las sagradas Especies Eucarísticas, en las que "de modo singular está presente todo y entero Cristo, Dios y hombre, de manera substancial y permanente. » (Instrucción Memoriale Domine, 1278.)
 
«EL PAPA PABLO VI prohibió la Comunión en la mano porque lo consideraba un cambio ofensivo… después de haber hecho una encuesta a todos los Obispos del mundo. » El Texto concluye: El Papa decidió no permitir la comunión en la mano.
 
1279.- «Un cambio en un asunto de tanta importancia, que se apoya en una antiquísima y venerable tradición, además de lo que toca a la disciplina, puede traer consigo peligros ... : una menor reverencia hacia el augusto Sacramento del Altar, profanación del mismo Sacramento y adulteración de la recta doctrina. » (Mem. Domine, 1279.)
 
1280.- «Por las respuestas de los obispos, es evidente que estiman, que no se debe cambiar la disciplina actual. Más aún, si se cambiara, este cambio sería ofensivo, tanto para la sensibilidad, como para la espiritualidad de estos mismos obispos, y de la mayoría de los fieles. » (M. D.)
(Instrucción Memoriale Domine, 1280.)
 
1281.- «Así, teniendo en cuenta las advertencias y los consejos de aquéllos a quienes el Espíritu Santo ha puesto como obispos para regir la Iglesia..., en razón de la gravedad del asunto y la fuerza de los argumentos aducidos... Al Sumo Pontífice no le parece oportuno cambiar el modo hace mucho tiempo recibido, de administrar a los fieles la SAGRADA COMUNION. » (M. D. 1281.)
 
«"Esto es la síntesis de la Instrucción Memoriale Domini", comenta Monseñor Laise, Obispo de San Luis, "la ratificación y vigencia como ley universal dentro de la Iglesia de comulgar en la boca, nunca en la mano". » (Comunion en la Mano, pág. 75.)
 
«Con el indulto no se buscaba derogar la comunión en la boca, más bien evitar la desobediencia y apostasía generalizada. »
 
PARTE DISPOSITIVA:
«En consecuencia, la Sede Apostólica exhorta vehementemente a los obispos, sacerdotes y fieles a que se sometan diligentemente (con empeño, y con ardor), a la ley ya vigente otra vez confirmada, (por votación realizada entre los Obispos, Pastores de la Iglesia), atendiendo tanto a la opinión de la mayor parte del Episcopado Católico. » (M. D. 1279-1281) (C. M., pág. 23, 25, 27.)
 
Pero la comunión en la mano se había difundido a pesar de los intentos de Pablo VI por evitarlo. El Cardenal Gut, Prefecto de la Congregación del Culto Divino, en una conferencia publicada el 20 de julio de 1969 afirmó:
  • «...se había permitido a los obispos autorizar experiencias, pero con frecuencia se han franqueado los límites autorizados y muchos sacerdotes han hecho simplemente lo que han querido. Con su gran bondad y prudencia el Santo Padre ha cedido con frecuencia, a veces contra su voluntad. » (Comunión en la Mano, págs. 78-79.)
 
«Con el INDULTO no se concede un bien, algo más perfecto que lo anterior. La concesión se debe a la decisión prudencial de tolerar un uso peligroso para evitar un mal mayor: La desobediencia y APOSTASÍA generalizada. » (Comunion en la Mano, pág. 126.)
 
«El indulto se concedió temiendo una reacción violenta, ... y una desobediencia generalizada, donde el uso ya estaba introducido. » (C. M., p.134.)
 
«Prohibir la Comunión en la mano, que hubiera obtenido la mayoría absoluta, evitaría las consecuencias negativas, temidas a causa de ese uso, y tendría el apoyo de gran parte del clero y de los fieles. »
(Comunion en la Mano, pág.114.)
 
 
CONCLUSIÓN:
«La Comunión en la mano se introdujo sin autorización. El Papa Pablo VI se opuso pero ante la desobediencia, decidió otorgar permisos sólo donde el uso estaba ya muy arraigado, con el propósito de "ayudar a las Conferencias Episcopales a cumplir su oficio pastoral". » (C. M., pág. 118.)
 
La reflexión final de Monseñor Laise, refutando las razones de los responsables de la introducción de la Comunión en la mano en Argetina, Supl. del Boletín Inform. AICA n 2068, 7-8-1996, pág. 241, y en la revista episcopal argentina "Pan Vivo",
 
« "Si, -como dice el "Pan Vivo"-, la reintroducción de la Comunión en la mano es "signo de crecimiento de la vida eclesial"… ("Pan Vivo", pág. 5), o si "es motivo de alegría retomar esta genuina tradición" ("Pan Vivo", p.16.), o si "no se puede afirmar o priorizar que un modo sea mejor que otro", ("Pan Vivo", p.18.), no se entiende por qué, en 1968, a Pablo VI no le pareció oportuno cambiar el modo de dar la Sagrada Comunión, recibido hace mucho tiempo. ... Y mucho menos porqué en 1996 Juan Pablo II mantiene como norma dichas disposiciones. » (C. M. pág. 135.)
 
«Si tales afirmaciones y sus fundamentos fueran ciertos, entonces la prohibición estricta del siglo X, mantenida por un milenio, fue un error. »
 
  • «La nueva práctica (comulgar en la mano), no ha sido querida por la Santa Sede, ni es parte de la reforma litúrgica postconciliar, sino solamente ha sido permitida por la insistencia abusiva de algunas Conferencias Episcopales... (sobre todo en países de mayoría protestante.) Y sólo después de una introducción totalmente abusiva ... a pesar de las prohibiciones de Roma. » (Comunión en la Mano, pág. 135.)
 
Se utilizó la mentira para introducir la Comunión en la mano en Argentina.
 
«En "El Pan Vivo", revista episcopal, la confusión llega a su punto culminante cuando dice:
"A fines de 1968, la Santa Sede hizo una consulta a los obispos del mundo acerca del tema de la comunión en la mano. Más de un tercio veía la posibilidad con buenos ojos. En 1969 la Instrucción Memoriale Domini estableció que, donde lo creyeran conveniente las Conferencias Episcopales, por más de dos tercios de votos de sus Obispos, se podía dejar a los fieles la libertad de recibir la comunión en la mano."
("El Pan Vivo", p. 16.)
 
Esto es desvirtuar la realidad histórica. La Instrucción Memoriale Domine (M. D.), dice:
«A partir de las respuestas dadas, es evi-dente que la inmensa mayoría de los obispos estima que no se debe cambiar la disciplina actual », (de recibir la Sagrada Comunión en la boca y de rodillas.)
 
«Lo que la Instrucción Memoriale Domine estableció, es que la ley que determinaba que la Comunión debía darse solamente en la boca del fiel, continuaba vigente y sin cambios. Concedió un indulto, "donde el uso hubiera arraigado ya", poniendo serias condiciones. »
(M. D. 1282-1283) (C. M, p. 73-74)
_ "Pidieron el indulto para Argentina, donde la comunión en la mano no se había arraigado, y así lograron introducirla con estos "manejos", faltando a la verdad, y fuera de la legislación vigente."
 
PARA TENER EN CUENTA:
«Se asegura más eficazmente que la Sagrada Comunión sea distribuida con máxima dignidad». Aquí hay que recordar las palabras de la Instrucción Memoriale Domine 1273: "mucho importa que la Eucaristía sea celebrada del modo más digno posible." ... "para que se guarde con diligencia." »
  • El modo más digno posible es comulgar en la BOCA y de RODILLAS. Y notemos que...
  • «La Instrucción Memoriale Domine presenta el citado texto de San Cirilo para ilustrar el extremo cuidado que tenía la Iglesia primitiva aún con los más pequeños fragmentos del pan consagrado: "recíbela cuidando que nada de ella se pierda."
 
Lo cita entre otros testimonios, que "manifiestan con abundancia la máxima reverencia y la suma prudencia tenidas para con la Sagrada Eucaristía". Esto es más evidente aún en las palabras que siguen en el texto de San Cirilo:
«"Porque dime: si alguno te diese unas limaduras de oro... ¿no las guardarías con toda diligencia procurando no perder nada de ellas? ¿No procurarás, pues, con mucha más diligencia que no se te caiga ninguna migaja de lo que es más precioso que el oro y las piedras preciosas?" »
Más aún, la Instrucción M. D. lo cita afirmando claramente que este cuidado deseado por San Cirilo se ve mucho más eficazmente garantizado comulgando en la boca y de rodillas, pues así ... asegura más eficazmente que la Sagrada Comunión sea distribuida con la reverencia, el decoro y la dignidad que le son debidas.
De modo que se aparte todo peligro de profanar las especies eucarísticas… para que se guarde con diligencia el cuidado que la Iglesia ha recomendado siempre acerca de los fragmentos consagrados." »
«Al decir "Se aparte TODO peligro de profanar...", se refiere también a los sacrilegios materiales, que se producirían con la caída de las formas, o fragmentos al suelo. Los testimonios antiguos son múltiples:
  • TERTULIANO dice: "cuidamos escrupulosamente que nada del cáliz o del pan pueda caer a tierra."  (De corona, 3 PL 2,99.)
  • SAN HIPÓLITO: "cada uno esté atento... que ningún fragmento caiga y se pierda, porque es el Cuerpo de Cristo que debe ser comido por los fieles y no despreciado." (Trad. Ap. 32.)
  • ORÍGENES: "precaución y veneración, cuando recibís el Cuerpo del Señor. ... de manera que no caiga nada o se pierda algo del don consagrado".
  • Os consideraríais justamente culpables si cayese algo en tierra por negligencia vuestra." (In Exod. Hom., hom. XIII, 3, Migne, PG 12, 391.)
 
SAN EFRÉN: "Comed este pan y no piséis sus migas, ... una partícula de sus migas puede santificar a miles de miles y es suficiente para dar vida a todos los que la comen." (Serm. in hebd. s., 4, 4.)
 
EL PAPA PABLO VI comenta así este último texto: 
  • «Consta que los fieles creían, y con razón, que pecaban, como nos recuerda Orígenes, si, habiendo recibido el cuerpo del Señor, y conservándolo con todo cuidado y veneración, algún fragmento caía por negligencia." » (Mysterium Fidei, 32.)
 
¿QUÉ SE ENTIENDE POR FRAGMENTOS?
«No sólo las hostias que quedan, y las partículas de hostia que se han desprendido de ellas, y que conservan el aspecto exterior del pan deben ser conservadas o consumidas respetuosamente, a causa del respeto debido a la presencia eucarística de Cristo, sino que también para los otros fragmentos...
Se debe observar lo prescrito sobre la purificación de la patena y el cáliz en las Normas Generales del Misal Romano» (Congregación para la Doctrina de la Fe, "De Particulis et fragmentis hostiarum reverenter conservandis vel sumendis", 2-mayo-1972). » (C. M. P. 66-68.)
  • «La comunión en la mano no nos acerca a las fuentes de la Iglesia primitiva, sino al protestantismo, y a desviaciones doctrinales actuales. » (Comunión en la Mano, p. 128.)
  • 1277.- «La comunión en la mano no solo ha sido abandonada, fue PROHIBIDA expresamente: No se debe entregar la Eucaristía en manos de ningún laico, hombre o mujer, sino solamente en la boca» - Sínodo de Rouen, Año 878. (Memoriale Domine 1277.)
 
1277.- «Testimonios similares se hallan en Reginon de Prüm. "De eccless. disciplinis", I 199, VII, y el "Ordo Romanus", (s. X-XI) "Este modo de distribuir la Santa Comunión... (en la boca) debe ser conservado." » (M. D. 1277.)
1273.- «Porque este gesto litúrgico, la comunión en la BOCA y de RODILLAS: "significa la reverencia de los fieles cristianos hacia la Eucaristía". Nótese la fuerza de esta expresión usada después de decir que la Iglesia "atestigua a través del rito mismo, la fe y la adoración dirigidas a Cristo." » (Mem. Domine 1273).
«Este significado de reverencia era tan notorio que reformadores protestantes, como Martin Bucer, -anglicano-), se esforzaron vivamente en cambiar el uso e introdujeron la comunión en la mano, para que sus fieles no pensaran que Cristo estaba presente en las formas.
 
Así refería Martin Bucer:
"No hay dudas de que el uso de no poner estos sacramentos en la mano de los fieles se debe a dos supersticiones… en primer lugar: el honor falso que pretenden tributar a este sacramento… y en segundo lugar: la perversa arrogancia de los sacerdotes que presumen tener mayor santidad que el Pueblo de Cristo, a causa del crisma de la consagración." »
«Los protestantes no creen en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, Martin Bucer llama a la Sagrada Hostia "símbolo":
«... Y dado debe detestarse toda superstición del Anticristo Romano, y retomarse la simplicidad de Cristo, de los apóstoles y de las antiguas iglesias... Quiero que se mande a los pastores y maestros del pueblo, que enseñe que es supersticioso y malicioso pensar que las manos ... son menos puras que sus bocas, o que las manos de los ministros son más santas que las manos de los laicos. De tal manera que fuera malo, o menos correcto, como el pueblo sencillo creía, que los laicos recibieran esos sacramentos en la mano. »
 
 
Martin Bucer afirma exactamente lo contrario de lo que el Papa Pablo VI nos enseña en la Instrucción Memoriale Domine, p. 1280, donde se dice:
 
 
"ESTE CAMBIO SERÍA OFENSIVO".
Y prosigue la doctrina de Martin Bucer:
«Las buenas gentes serán fácilmente conducidas a recibir los "símbolos sagrados" en la mano. Se mantendrá la uniformidad. ... ... Y si bien por un tiempo puede hacerse una concesión a aquéllos cuya fe es débil, dándoles la libertad de recibir los sacramentos en la boca si lo desean, cuidadosamente instruidos pronto se pondrán en consonancia con el resto de la Iglesia y tomarán el Sacramento en la mano. »
Citado por D. Harrison, "The First and Second Prayer Books of Edward VI." London, 1968, p.392. Cf. E.C. Whitaker, Martin Bucer and the book of Common Prayer, London, 1974." (C.M., p. 61,62.)
 
«Monseñor Juan Rodolfo Laise decidió no acogerse al indulto (permiso para dar la comunión en la mano), en su diócesis de San Luis. Allí está prohibido comulgar en la mano. »
Monseñor Laise nos dice:
«La carta pastoral por la cual se concede el indulto no da la facultad de aplicarlo a la Conferencia Episcopal, sino a cada obispo para su diócesis. Además: Si el obispo no lo hace, queda vigente la ley universal que prohíbe la comunión en la mano. Por lo tanto, cuando en una diócesis no se adopta el indulto, no es el obispo quien prohíbe la comunión en la mano, sino el Papa ». (Comunión en la Mano, págs. 97-98.)
 
«Nulli autem laico aut faeminae eucharistiam in manibus ponat, sed tantum in os eius. »
(Sínodo de Rouen (Canon 2, Mansi 10, 1199 ss)
 
Hasta aquí hemos leído esta documentación resumida.

pero hay personas le interesan su modo de cambiar, y siempre dirá, "es que la Iglesia enseña que se puede recibir la comunión de pie", No. no culpes a la Iglesia Santa de Dios, por el deseo de preferir tu voluntad para vivir superficialmente. Mala costumbre siempre acarrea cuando sigue los pasos de nuestro hombre viejo.

Los Papas han autorizado la comunión de rodillas, pero si no quieren oír, es cosa de ellos.

Otras reflexiones: Nuevas consideraciones y doctrina sobre la Sagrada Comunión

Salvación en la Santa Iglesia Católica: No trivializar con las cosas
 
 
Se pierde totalmente la fe, se comulga como queda dicho, en una parte se reza el santo rosario, pero los que han perdido la fe, no se unen para rezar, sino que se entretienen en hablar entre ellos mismos, y reírse de las ocurrencias. Nótese que son personas que también comulgan, pero de pie, sin interés, según la conducta eterna, porque el corazón lo ve Dios, pero lo que hay en el corazón, se llega a manifestar de forma pública, con palabras, gestos.

No podemos aceptar que el demonio siga tentando, para que los cristianos no se arrodillen. Los que no se arrodillan ante el Señor, se arrodillan ante la mundanidad, la idolatría de sus aficiones deportivas, y otros procederes del mundo. Muchos comulgantes no ofrecen a Dios su corazón, pero sí ante la programación televisiva.


Actualización:


LAS DISTRACCIONES DE LA IGLESIA
SUEÑO 34.AÑO DE 1861. 

(M. B. Tomo VI, págs. 1060-1061) 

En la noche del 24 de noviembre de 1861, según refiere Don Ruffino. [San] Juan Don Bosco contó un sueño o apólogo, comenzando así:

*****

 
Los sueños se tienen durmiendo; por tanto, yo estaba durmien­do. Mi imaginación me llevó a la iglesia donde estaban reunidos to­dos los jóvenes. Comenzó la Misa y he aquí que vi a muchos criados vestidos de rojo y con cuernos, esto es, a numerosos diablillos que daban vueltas entre los jóvenes como ofreciéndoles sus servicios.
 
A unos le presentaban el trompo; delante de otros la hacían bailar; a éste le ofrecían un libro, a aquél castañas asadas. A quién, un plato de ensalada o un baúl abierto en el que había guardado un trozo de mortadela; a algunos le sugerían el recuerdo del pueblo natal, a otros les susurraban al oído las incidencias del último parti­do de juego, etcétera, etcétera.
 
Algunos eran invitados con los hechos a tocar el piano, los cua­les accedían a la invitación; a otros le llevaban el compás de la músi­ca; en suma, cada joven tenía su propio sirviente que le invitaba a realizar actos ajenos a la iglesia. Algunos diablillos estaban también encaramados sobre las espaldas de ciertos jóvenes y se entretenían en acariciarles y lisarles los cabellos con las manos.

Llegó el momento de la Consagración. Al toque de la campani­lla todos los jóvenes se arrodillaron desapareciendo los diablillos, a excepción de los que estaban sobre los hombros de sus víctimas. Unos y otros volvieron la cara hacia la puerta de la iglesia sin hacer acto alguno externo de adoración.
 
Terminada la Elevación, he aquí que se vuelve a repetir la esce­na anterior, reanudándose los pasatiempos y volviendo a desempe­ñar cada criado su papel.

 

El Santo lo explica así:

Si quieren que les dé una explicación de este sueño, hela aquí: creo que en él están representadas las diversas distraccio­nes a las que, por sugestión del demonio está expuesto cada jo­ven en la iglesia. Los que no desaparecieron en el momento de ¡a Elevación, simboliza a los jóvenes víctimas del pecado. Estos no necesitan que el demonio les presente motivos de distracción, porque ya le pertenecen; por eso, el enemigo les acaricia, lo que quiere decir que sus víctimas son incapaces de hacer oración.

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A continuación mi comentario:

En la iglesia no siempre todo el que entra está dispuesto a adorar al Señor, suele verse por delante, a personas que siendo jóvenes, en todo momento desean permanecer sentado en el asiento, es la segunda vez que veo este tipo de ingratitud al Señor. Personas que van a Misa, pero que no creen en Dios, y van por alguna octava de difuntos.
 
Otras personas durante la celebración, cuando suena el móvil que tiene, corta con la Misa y se sale afuera para hablar, otras veces, lo hacen dentro de la Iglesia, hayan o no celebración eucarística. Estos desordenes, siguiendo el sueño de San Juan Bosco, está bajo la acción de demonios.


Los que justifican que no es tan necesario arrodillarse, porque se esconden tras “una enfermedad física”, es como decir, --Quiero seguir a Jesús y adorarle a mi manera”—, ni el más mínimo de amor a Cristo, la medida del hombre carnal y mundano, precisamente se cierra al amor de Dios.

        

(Mt 16,24-28): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. Pues, ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O, ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Yo os aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino».

 

Quieren entrar en la gloria, pero sin padecer por Cristo, mucho amor así mismo, con la excusa, de que hay que hay que preocuparse de la salud del prójimo, pero sin necesidad de hacer sacrificios. En realidad, cuando estas personas, hablan así, si no se preocupa de Jesucristo, la preocupación por el prójimo es falso. Pero quien ama a Jesucristo y le adora, tiene la necesidad de ayudar a su prójimo conforme a los sentimientos de Cristo, y no de la medida humana.

Si es que hay personas hombres y mujeres, que desean arrodillarse ante el Santísimo. 
 
Uno de los errores, que cuando se distribuye la Sagrada Comunión, hay quienes no dicen: “El Cuerpo de Cristo”, y debe decirse, para que los comulgantes, respondan: Amén. No se debe cambiar esta advertencia: “El Cuerpo de Cristo”, con distintos cantos. El comulgante debe saber a quién se recibe. Unos sí lo saben, pero otros, no lo tienen en cuenta.

 

Juan Pablo II, en su última procesión del Corpus Christi, 2004
 
 
 
 
¡Quiero arrodillarme!
 
El 10 de junio de 2004, durante la última procesión del Corpus Christi que presidió, el Beato Juan Pablo II rogaba, una y otra vez, poder arrodillarse ante el Santísimo, ante a la negativa de sus acompañantes, que temían un accidente del anciano Pontífice. Al final lo consiguió, con grandes dificultades físicas y mucha ayuda. Así lo contó su ceremoniero pontificio, monseñor Konrad Krajewski, en la edición especial de L’Osservatore Romano con motivo de la beatificación
 
Cuando era mi turno de asistirlo durante las celebraciones, quedaba siempre conmovido por lo que ocurría en la sacristía, antes y después de la celebración. Cuando el Papa venía, se ponía de rodillas o, en los últimos años del pontificado, permanecía en su silla y rezaba en silencio. Parecía que el Pontífice no estuviera presente entre nosotros. En un momento dado, alzaba la mano derecha, y nosotros nos acercábamos para comenzar a revestirlo en absoluto silencio. Estoy convencido de que Juan Pablo II, antes de dirigirse a la gente, pedía a Dios poder ser su imagen viva delante de los hombres. Lo mismo ocurría después de la celebración: en cuanto se quitaba los ornamentos sagrados, se arrodillaba en la sacristía y oraba.
 
¡Aquí está Jesús! Por favor...
 
Durante la última celebración del Corpus Christi, presidida por el Papa, ya no podía caminar. El maestro de celebraciones y yo lo habíamos alzado con la silla sobre la plataforma del coche, expresamente preparada para la procesión: delante del Papa, sobre el reclinatorio, estaba puesto el ostensorio con el Santísimo Sacramento. Durante la procesión, el Pontífice se dirigió a mí en polaco, pidiendo poder arrodillarse. Me quedé desconcertado, porque físicamente el Papa no estaba en condiciones de hacerlo. Con gran delicadeza, le sugerí la imposibilidad de arrodillarse, dado que el coche oscilaba durante el trayecto, y habría sido muy peligroso. El Papa respondió con su famoso dulce murmullo. Transcurrido un poco de tiempo, repitió de nuevo: ¡Quiero arrodillarme!, y yo, con gran dificultad al tener que repetir el rechazo, sugerí que sería más prudente intentar hacerlo en las cercanías de Santa María la Mayor; de nuevo escuché el murmullo. Sin embargo, después de unos instantes, al llegar a la Curia de los padres redentoristas, exclamó con determinación, casi gritando, en polaco: ¡Aquí está Jesús! Por favor... El maestro de celebraciones fue testigo de aquellos momentos. Nuestras miradas se encontraron, y, sin decir nada, comenzamos a ayudarlo a arrodillarse. Lo hicimos con gran dificultad, y prácticamente sujetándolo nosotros sobre el reclinatorio. El Papa se aferraba al borde del reclinatorio y trataba de sostenerse; pero las rodillas no lo soportaban, y tuvimos que volver a colocarlo en la silla, entre dificultades que no eran sólo físicas, sino que se debían también al obstáculo de los ornamentos litúrgicos.
 
Asistimos a una gran demostración de fe: aunque el cuerpo ya no respondía a la llamada interior, la voluntad permanecía firme y fuerte. El Pontífice había demostrado, no obstante su gran sufrimiento, la fuerza interior de la fe, que quería manifestarse a través del gesto de ponerse de rodillas. No contaban para nada nuestras sugerencias de no llevar a cabo aquel gesto. El Papa siempre sostuvo que, ante Cristo presente en el Santísimo Sacramento, hay que ser muy humilde y expresar esta humildad a través del gesto físico.
 
Desde que Juan Pablo II regresó a la Casa del Padre, he sugerido a distintas personas que vayan a la tumba del Beato a rezar. Porque él se superaba a sí mismo. Superaba su propio cuerpo, sus propios sufrimientos. Mediante mi sencillo servicio al Romano Pontífice, también yo me he vuelto mejor, como hombre y como sacerdote.  (Konrad Krajewski)

Mirad, mis buenos hermanos, haya o no reclinatorio, si de verdad adoramos al Señor, le amamos con todo nuestro corazón. ¿Quién nos impide que nos arrodillemos? Nada en el mundo existe que nos impida que nuestra adoración al Señor, nos impulse a arrodillarnos ante Él.

¡Menuda lección de amor que nos da el Beato Juan Pablo II, a Cristo! ¿verdad, mis buenos hermanos?


Personas que padecen de los huesos, no solamente en el testimonio de este Santo Juan Pablo II, también entre los hijos e hijas más agradecidos al Señor, no se preocupan tanto de sus dolores, que deseen arrodillarse. Como el Sucesor de Pedro. 
 
Pensemos, ¿cuál es la causa, de que algún cristiano, sea sacerdote o no, diga que no es lo importante recibir la Sagrada Comunión de rodillas, acusándolo de alguna enfermedad física? La influencia del diablo, que se ha atraído para sí, y justificar que no hay que arrodillarse. 
 
El amor a Dios es superior a nuestras enfermedades físicas. Si estamos apegados a la mundanidad, ese amor a Dios, no existe, la idolatría no inspira un amor a Dios.

La fe verdadera es un impulso de amor, en que el alma quiere adorar arrodillado ante el Señor. 
 
Conociendo todos, como sufría el Beato Juan Pablo II, a pesar de su enfermedad física, pudo más el amor, y se arrodillaba ante el Santísimo. El que no ama no reconoce a Cristo, y se convierte en ciego guía de ciegos. 
 
Pero el reclinatorio en las iglesias es imprescindible, en atención y por amor a Cristo y tantos buenos hijos e hijas de Dios que lo solicitan, la causa por su unión a Cristo Jesús. 
 
Los comulgatorios es una obra de amor y de caridad, para con Dios y el prójimo. Habrá quien no pueda arrodillarse ante el suelo, pero le sería más fácil hacerlo ayudado del reclinatorio o comulgatorio para recibir a Jesús. 

2 comentarios:

  1. Me ha encantado leer todo esto José Luis, por supuesto, comulgar sin Fe no tiene sentido, o al menos yo no lo encuentro. A mi me gusta recibir el Cuerpo de Cristo en la boca, y antes de hacerlo, me gusta bajar la cabeza hacia Él reberenciándole. No quiere decir que por ello tenga más o menos Fe, pero puedo asegurar que lo hago con mucho amor. Espero que te mejores José Luis, cuídate mucho. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amigo.

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  2. Gracias Pepe, que el Señor te llene de muchas bendiciones.

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