Insistentemente hablamos de Dios, porque le amamos, no buscamos nada de lo que les interesan los idólatras. Somos cristianos, por eso vivimos como hijos e hijas de la Santa Madre Iglesia Catolica. El Señor nos ha mostrado que el camino de la salvación es mediante su Hijo Divino, y por eso, en la Iglesia Católica, Madre y Maestra, nos está facilitando todo para nos desviarnos de la salvación eterna.
No, algunos no nos olvidamos de que estamos en el Año de la Fe, mucho menos que la Nueva Evangelización, pues en esto rogamos al Señor que nos conceda la perseverancia.
Junio es el mes del Sagrado Corazón de Jesús,; Cristo nos espera en el Sagrario, no podemos perder el tiempo, porque es Dios quien nos espera.
Junio es el mes del Sagrado Corazón de Jesús,; Cristo nos espera en el Sagrario, no podemos perder el tiempo, porque es Dios quien nos espera.
Meditemos el siguiente discurso de nuestro querido Papa emérito: Benedicto XVI.
Queridos hermanos, nuestra primera, verdadera y única tarea sigue siendo la de comprometer la vida por lo que vale y perdura, por lo que es realmente fiable, necesario y último. Los hombres viven de Dios, de aquel a quien buscan, a menudo inconscientemente o sólo a tientas, para dar pleno significado a la existencia: nosotros tenemos la misión de anunciarlo, de mostrarlo, de guiar al encuentro con él. Sin embargo, siempre es importante recordar que la primera condición para hablar de Dios es hablar con Dios, convertirnos cada vez más en hombres de Dios, alimentados por una intensa vida de oración y modelados por su Gracia. San Agustín, después de un camino de búsqueda, ansiosa pero sincera, de la Verdad llegó finalmente a encontrarla en Dios. Entonces se dio cuenta de un aspecto singular que llenó de estupor y de alegría su corazón: entendió que a lo largo de todo su camino era la Verdad quien lo estaba buscando y quien lo había encontrado. Quiero decir a cada uno: dejémonos encontrar y aferrar por Dios, para ayudar a cada persona que encontramos a ser alcanzada por la Verdad. De la relación con él nace nuestra comunión y se genera la comunidad eclesial, que abraza todos los tiempos y todos los lugares para constituir el único pueblo de Dios.
Por esto he querido convocar un Año de la fe, que comenzará el próximo 11 de octubre, para redescubrir y volver a acoger este don valioso que es la fe, para conocer de manera más profunda las verdades que son la savia de nuestra vida, para conducir al hombre de hoy, a menudo distraído, a un renovado encuentro con Jesucristo «camino, vida y verdad».
Para leer el discurso completo, ir aquí: A la asamblea de la Conferencia episcopal italiana, 24 mayo 2012 ...
Así es José Luis, Dios nos espera... tenemos que apresurarnos. Gracias siempre por esta gran muestra de Fe y evangelización, por estas palabras que nos acercan a Dios y nos renuevan el alma. Feliz mes del Sagrado Corazón amigo. Un fuerte abrazo.
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