Cristo nos llama porque nos ama, quiere nuestro bien, que seamos felices, por eso nos anima, y lo estamos viendo también en lo que nos enseña el Papa Francisco, como sigue enseñándonos el gran Papa Benedicto XVI, ya emérito, siempre nos encaminan hacia el cielo, abriéndonos el corazón a Dios, muchos ya le hemos dicho que sí, por eso, aunque vivimos en el mundo no somos mundanos, pues la mundanidad es un medio de rechazo al Amor de los amores.
Los días festivos son importantes para la vida del creyente, el alma fiel se aparta del ruido del mundo, pues ¿cómo podemos habla de misericordia con el corazón endurecido por la mundanidad? es realmente imposible. El Domingo, y otras solemnidades, son tiempos para que nuestros corazón crezca conforme al Corazón de Cristo. Dios nos ama, no estamos hecho para la vida según el mundo, que es una verdadera tragedia contra la vida del espíritu.
La siguiente meditación espiritual, nos ayudará a comprender, lo que sigue pidiéndonos Jesús, a través de su autor, un alma que ama a Dios y a la Iglesia Católica.
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Cristo nos llama desde la orilla ¿Qué hacemos? (por Néstor Mora Núñez)
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